La madre

Kate Waters, una desilusionada y aburrida reportera del London Daily Post, teme por su empleo como muchos de sus compañeros de la vieja escuela ante el fuerte avance de la prensa digital. La fama adquirida con la exclusiva de la viuda Taylor, hace ya dos años, se ha desvanecido y necesita una primicia con la que elaborar un reportaje para impresionar a su jefe y evitar que la ponga de patitas en la calle. Por eso cuando Kate se fijó en un recorte diminuto que hacía referencia al hallazgo del cadáver de un bebé, bajo los escombros de una obra, tuvo la esperanza de escribir un artículo conmovedor acerca de este recién nacido olvidado y la tragedia personal que se esconde tras su muerte. ¿Quién era el bebé? ¿Cómo murió? Y lo más importante de todo, ¿dónde está la madre?. Hurgará en el caso, investigará el incidente, magnificando la historia, y removiendo la superficie van a aflorar un montón de secretos inesperados, conexiones con un caso que sacudió a la opinión pública décadas antes: un bebé recién nacido fue robado de la habitación de un hospital local y nunca fue encontrado…

La novela está trazada con una prosa sencilla y amena, su estilo es directo y a base de múltiples capítulos de corta extensión, algunos de ellos obviables porque arrastran la historia y no aportan nada, que le dan fluidez a la lectura, aunque su ritmo no llega a ser vertiginoso, pero sí lo suficientemente fluido como para mantener al lector enganchado a sus páginas. Me ha sorprendido la capacidad introspectiva de su autora para diseccionar los sentimientos de tres mujeres que son las protagonistas absolutas de esta historia. Mujeres cuyas vidas se vieron alteradas tras un macabro descubrimiento. Emma es editora, trabaja desde casa porque está enferma. Padece ansiedad, es un ser frágil, desgarrado y roto, hundido en una espiral descendente, un personaje muy bien dibujado a quien la autora da voz propia para que, de manera intimista y en primera persona, haga al lector partícipe de su destrozada existencia y de sus intentos por dominar el miedo que la ahoga para poder cerrar una cicatriz que aún supura dolor y culpa. El resto de personajes están correctamente perfilados, con sus luces y sombras, y vienen presentados de la mano de un narrador omnisciente que alternará su atención sobre varios de ellos, todos con nombre femenino. He encontrado similitudes con la anterior novela, ya que ambas comparten la misma estructura narrativa de múltiples puntos de vista y está relatada a dos voces, de ahí que no me haya sorprendido tanto la historia.

Sintetizando: " La madre" es un thriller psicológico que mezcla diferentes puntos de vista de una misma historia e incide en el fuerte vínculo entre una madre y su hijo. La historia de tres mujeres que se ven obligadas a confrontar la verdad, lo quieran o no, a medida que se desentierran sus secretos más ocultos. Secretos que, con el tiempo, lograrán cobrar vida propia. Una novela cuya intriga y tensión narrativa se difuminan en momentos puntuales y que, a pesar de ser un thriller, no cuenta con un ritmo trepidante ni con giros argumentales inesperados y cuyo desenlace se me hizo bastante predecible, pero logró emocionarme. Un título autoconclusivo y que perfectamente podéis leer, porque no tiene nada que ver con la anterior novela de la autora, tan solo comparten uno de sus personajes, el de Kate Waters, una periodista agresiva, capaz de hacer cualquier cosa para obtener beneficio propio. Una lectura interesante y que recomiendo a los amantes del género…
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La madre es la nueva novela de Fiona Barton, escritora del éxito La viuda. La madre tiene una trama que hace imposible dejar de leer y es una obra más madura que la anterior. Una vez más debemos preguntarnos qué esperamos de una novela. En mi opinión, este tipo de domestic noir (thriller que se desarrolla en el hogar, cuyos protagonistas son gente común), son novelas para leer sin más, sin detenerse, dejándose llevar por los acontecimientos. Cada novela tiene su público, su finalidad y su momento. La autora se siente cómoda con este género.

“Kate volvió a leer aquellas treinta palabras y pensó en la persona que faltaba en la historia: la madre”.

La protagonista vuelve a ser Kate Waters, periodista que, al leer en el periódico que se han encontrado los restos de un bebé recién nacido, se lanza a la noticia siguiendo su instinto. Kate es una periodista a la antigua en un mundo donde lo que prima son las noticias digitales, necesita una buena historia para sobrevivir en la redacción. Por otra parte en el epílogo, la propia Fiona Barton cuenta que fue periodista y que una vez encontró una breve reseña sobre el hallazgo de un cadáver de un bebé, y que la historia seguía en el fondo de su mente hasta que escribió La madre. Es evidente que Kate no puede evitar que sus propios sentimientos afloren y saltarse las órdenes de la policía y de su propio jefe por ayudar a las implicadas en la historia.

Me parece muy interesante el planteamiento de que la novela sea contada a tres voces, las de tres mujeres que viven la historia desde tres puntos de vista: Ángela, a la que robaron a su bebé, Alice, en el hospital y ni siquiera sabe si está muerta; Emma, que guarda un terrible secreto, que no quiere descubrir a ningún precio y Kate, que quiere llegar hasta el final del misterio. Por otra parte Emma, arrastra problemas por su mala relación con su propia madre, Jude. A través de flashback, se nos va contando su pasado, la historia de su vida a través de su relación con su madre. Y solo puedo decir que llegado un momento, la todas las suposiciones que hubiéramos hecho se desmoronan como por arte de magia y todos los cabos sueltos se unen rápidamente. Jude también nos contará parte de esta historia.

De igual forma, la novela nos hace ver distintas ideas de lo que es la maternidad y nos pone en la tesitura de decidir si la actuación de los personajes es correcta, si es moral.

Toda la obra gira en torno a los pensamientos de las tres mujeres relacionados con la noticia del bebe, se habla poco de su vida familiar, de sus amigos o entorno y de sus familias Los hombres tienen muy poco peso en La madre, el jefe de Kate y su ayudante becario, el marido de Ángela, no se les define ni siquiera se les perfila. No saben casi nada de la historia que está transcurriendo, no parece importarles nada aunque es verdad que tampoco nadie se molesta en contarles más que lo esencial.
Así pues, la narración gira en torno a los diálogos internos de las protagonistas, mezclados con los rápidos y bien construidos diálogos que a menudo son parte de la búsqueda de la verdad por parte de la periodista.

La madre es una obra adictiva no solo por la trama rápida y atractiva sino por el desarrollo de la psicología de las protagonistas y el giro de los acontecimientos, la existencia de historias paralelas que se juntan en la muerte de un bebe enterrado hace tiempo. Muy recomendable.

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He dado una segunda oportunidad a Fiona Barton con el libro "La madre" y tengo que decir, que me ha gustado algo más que "La viuda". Pero tengo que decir, que la defectuosa soy yo, a mí me gustan más otro tipo de libros, ya que este libro es lineal, un ritmo tranquilo y en cambio me gustan los opuestos.

En La madre tenemos una novela de capítulos cortos contados por varios personajes protagonistas que están relacionados con el caso.

Mi consejo, si os interesa, no leáis la sinopsis. Ir a ciegas. Dejar que las emociones os dejen llevar.

Hacia mucho tiempo que no devoraba un libro así, seguir leyendo, destripar todas las páginas, descubrir que sucede y quedarme con la boca abierta. La madre es sin duda uno de los thriller que se colocan en mi podium de este año.

Leí hace mucho tiempo la Viuda, y no me acordaba bien de todo, pero si tenía esa sensación de haber leído un buen libro, así que no me lo pensé dos veces cuándo vi este. Comparte protagonistas (y portada) con su antecesor, pero se puede leer independiente, es autoconclusivo y la trama es totalmente diferente.

El ritmo del libro es ascendente: empieza presentándote a sus protagonistas, poniéndote en situación. A partir de las primeras 60 páginas, la consecución de hechos y giros son frenéticos. No pude despegar la vista de estas páginas. El enganche ha sido máximo.

La autora lo narra todo de una forma sencilla, entendible y no divaga en ambientaciones o desarrollo de relleno. Apunta y dispara! Y da en el clavo de la curiosidad del lector. Sutílmente te lleva a que pienses una cosa, pero a la vez deja hueco para que tengas dudas, te plantees que sucederá.

La trama es el descubrimiento del cadáver de un bebé enterrado en una obra. Hay comienza la historia de Angela (madre que perdió a su bebé hace muchos años), Emma (mujer con problemas por una adolescencia difícil y dura) y Kate (periodista que investiga el caso y busca saber la verdad). No lleva en sí mucha investigación policial, sino más bien periodística (sucesos) y llena de emociones y secretos que compartes con las porotagonistas. Todos féminas.

El final no me lo esperaba. Quizá un puntito negativo es que ese final surge así, derrepente, sin avisar (un poquillo irreal) pero todo cuadra y se queda resuelto.

Me ha gustado mucho, lo recomiendo y a la autora también. Intentaré buscar "La sospecha", otro libro de la autora que salió este año.

Hacía mil años que no leía un thriller y tengo que decir que me ha gustado mucho. He vuelto a revivir esa fórmula perfecta de capítulos cortitos que te invitan a seguir leyendo porque además cada capítulo es un personaje diferente.
La trama me ha gustado, aunque sí es verdad que hay un momento en que ya sabes perfectamente todo lo que ha pasado, pero es algo que suele ser común en este tipo de libros. Una lectura muy entretenida.

Esta novela de misterio que leí el año pasado está contada desde el punto de vista de tres protagonistas: Angela, Emma y Kate. Cada una juega su papel en la historia: Angela sufrió el robo de su bebé años atrás, Emma oculta un terrible secreto y Kate es una periodista que investiga el caso sobre el que se desarrolla toda la trama. En cuanto a esta última, es también la protagonista de la primera novela de la autora, La Viuda, que aún no he tenido el gusto de leer. Aun así, son libros autoinclusivos y con historias diferentes, que se pueden leer de manera independiente.

Me resultó una novela muy bien elaborada, cargada de intriga y que consiguió engancharme con facilidad. El principio es algo lento, donde se aprovecha para presentar a los tres personajes principales, su entorno y el comienzo de la investigación periodística, pero conforme se avanza en las páginas la historia comienza a desenmarañarse y el ritmo va incrementándose hasta un final de vértigo que para mí fue bastante inesperado pero bien hilado.

Este libro no es un thriller de acción como tal, sino más bien un thriller psicológico: creo que la autora consigue mostrar unos personajes muy bien definidos, que se sienten muy reales y que logra diseccionar con gran precisión, haciendo que empaticemos con ellas y nos pongamos en su piel. En definitiva, una novela muy recomendable y una autora que ha sido un grato descubrimiento y que sin duda continuaré leyendo.

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Acabe la primera parte de esta "serie", la Viuda y tuve que empezar con este y esperar lo mismo que la novela anterior. La viuda me gusto mucho y me mantuvo muy enganchada y esta historia me ha gustado más.

Un thriller que comienza con la aparición de un bebe enterrado, del cual se sabe que eso ocurrio hace mucho tiempo. Cuando salta la noticia, dos mujeres estan empeñadas que es suyo, a una por que se lo robaron y la otra???

Se iran desarrollando estas dos historias paralelamente que por supuesto finalmente estara todo hilado. Me ha gustado mucho, aunque quiza hay partes mas lentas, pero tiene un final inesperado,

Una historia donde vemos que nunca llegas a conocer a una persona del todo, siempre hay secretos, historias detras de las personas, en esta novela todos los personajes tienen sus secretos por lo que es un poco dificil fiarse de alguno de ellos.

Y bueno decir que la historia puede ser dura para alguna personas, ya que es un tema delicado el que trata.

Pueden leerse de forma independiente ya que lo único en comun es la periodista que lleva los casos.

Una lectura muy agil y que recomiendo a los amantes del thriller.

La conmoción por el descubrimiento del esqueleto de un recién nacido durante unas obras de remodelación de un viejo edificio será el punto de partida de este thriller de suspense psicológico que gira en torno a tres protagonistas: de una parte, Kate Waters, una periodista sagaz, metódica y perseverante, que a pesar de no estar pasando por su mejor momento en la redacción, convence a su jefe para que le permita indagar sobre este hallazgo, embarcándose en una investigación que se irá complicando por momentos. En otro hilo iremos conociendo a Ángela, una mujer especialmente sensibilizada con este tipo de casos, que muchos años atrás sufrió el secuestro de su hija en el mismo hospital en el que dio a luz. Por último, Emma es una editora atormentada que mantiene una complicada relación con su madre, Jude.

Puede que parte de la culpa la tenga la estructura de la novela, el caso que presenta o la profundidad de los personajes, pero de lo que no hay duda alguna es que una vez comienzas La madre es imposible soltarla. Tres mujeres, en realidad cuatro, si contamos a Jude, la madre de Emma se disputarán nuestra atención en capítulos alternos titulados con el nombre de cada una de ellas. Si interesante nos resulta el caso, no menos lo será escudriñar en la vida de Ángela y su familia o conocer los miedos de Emma, un personaje de esos que se ganan al lector por derecho propio. También habrá protagonistas masculinos pero ocuparán un segundo plano, como los miembros de la policía que colaboran con la propia Kate o Joe, el becario que le han asignado a la periodista para ayudarla en la investigación. Fiona Burton disecciona psicológicamente a estos tres personajes femeninos con absoluta precisión, y serán los encargados de mantenernos en tensión a lo largo de las más de quinientas páginas de esta historia que, sin embargo, nos habremos ventilado mucho antes de lo que pensamos.

Capítulos cortos, una prosa sencilla, un estilo directo, una narración sumamente ágil que alterna diferentes voces narrativas y ese foco de atención cambiando constantemente de perspectiva, según el personaje en el que se centre, nos harán plantearnos mil y un supuestos, apostar y equivocarnos, pero siempre impulsados a leer con verdadera avidez por encontrar respuestas. La forma en la que cada uno de los hilos se va expandiendo hacia temas mucho más complejos y el suspense en torno a la identidad del cuerpo sepultado hace décadas harán que no puedas soltar el libro.

La primera persona para dar voz a la historia de Emma acentúa en este caso la forma en que su historia llega al lector. Extraordinario el trabajo de caracterización realizado por la autora sobre unos personajes que llegas a sentir, logrando plasmar a través de ellos las huellas que dejan en el individuo los traumas del pasado, el peso de la culpa y la necesidad de vaciarse y de desprenderse del lastre para alcanzar la estabilidad emocional. También habrá lugar en ella para hablar de las relaciones de pareja, las relaciones tóxicas, la maldad, la complejidad del trato con los adolescentes o la situación actual del periodismo en esta era digital.

La madre es uno de esos thriller que no dudo en recomendar porque a buen seguro os harán pasar unas estupendas horas de lectura. A mí me ha tenido rendida de principio a fin: un comienzo impactante, unos personajes llenos de aristas, un suspense psicológico que alcanza cotas insospechadas y un desenlace a la altura. No os la perdáis.
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Comparando el libro de principio a fin se puede decir que no se parece en nada a lo que comenzó como el caso de Alice Irving, ya que de éste se desenmaraña toda una truculenta trama de la que la periodista Kate Waters ya no sabe cómo salir. Es como si hubiera encontrado un hilo, y al tirar se hubiese topado con una maraña descomunal que en un principio parece difícil de doblegar. No obstante, para eso también está la policía, aunque Kate saque muchos datos importantes de la investigación por su lado.
Esto es lo único que no me ha convencido de la novela: que la periodista, y en algunos casos su becario, supieran más que la propia policía. Me parece algo complicado que no suele aparecer en esta clase de libros. Es la policía la que suele tener más datos.

Por otro lado, al comenzar el libro me pareció algo lioso el seguir a tantos personajes que narraban la historia, su propia historia de hecho, pero una vez me acostumbré, se hacía más amena la lectura. Es una novela con muchos personajes, pero al hablar cada uno desde su propio punto de vista, hace que no te enteres del desenlace aunque siempre ha estado ahí. La autora sabe cómo dosificar la información, de manera que aparezca naturalmente de boca de sus propios personajes. Como he dicho, al principio es un lío, pero poco a poco se va entendiendo y aceptando.

Es una novela policíaca amena y no demasiado larga, que consta de capítulos cortos que hacen de su lectura más rápida, y engancha desde el minuto uno. El final es duro pero interesante, y al final no puedes sino encariñarte con varios de los personajes principales. El momento en el que la historia da un vuelco, en el que hace un click que hace que veas todo con claridad, es increíble, y te hace sentir que la autora te ha estado engañando todo el tiempo. Después, reflexionas y te das cuenta de que el desenlace ha estado siempre ahí, delante de tus narices.

¿Preparados para un caso de suspense realista? La vida da mucho más miedo que las películas, la verdad :-S

Una curiosidad sobre esta novela es que el título original es THE CHILD, mientras que en diversos países se ha traducido como La madre. ¿Por qué creéis que se ha tomado esa decisión de ponerle un título prácticamente opuesto? O_o

Es una novela de investigación periodística y valor humano.

La parte de las pesquisas corre a cargo de Kate Waters, una veterana que trabaja en el Daily Post, donde medran los esclavos digitales y se desvanecen los periodistas de antaño como viejos soles al ocaso.

Un hallazgo accidental durante unas obras ordinarias destapa los truculentos restos de un bebé. La noticia, pequeña en principio, salta del periódico a la casa de dos mujeres, Emma y Ángela.

A través de capítulos alternos, penetramos en la psique de ambas, sus vidas desgastadas y sus pasados picoteados de miseria. Sus secretos rodean la figura del esqueleto infantil y se van desenrollando como un hilo arrugado mientras la periodista realiza una labor de campo meticulosa, al antiguo estilo detectivesco, poco tecnológico y muy interpersonal.

No se trata de un thriller de sobresaltos, sino de un caso realista que combina el trabajo policial, las pesquisas minuciosas de una periodista incansable y la tragedia de dos mujeres que han pasado decenios de angustia. Bien dice la autora que siempre se ha sentido fascinada por la vida oculta de las personas y que su experiencia profesional la ha preparado para tejer tramas enrevesadas, absorbentes y profundamente psicológicas. Coincido con ella. Nos subyuga hurgar en los secretos de los demás y la ficción de suspense es un vehículo magistral para desentrañar la infelicidad que motiva actos de desesperación y ocultamiento.

Cual Ariadna moderna con el ovillo que ayudó a Teseo a escapar del laberinto del Minotauro, Kate Waters va uniendo pistas diminutas y, con una mezcla de astucia, comprensión de la naturaleza humana, paciencia, determinación y tácticas sociales, desentierra el enorme iceberg que se intuía bajo la punta. LA MADRE posee un ritmo latente, coloca todas las piezas horribles en su lugar sin aspavientos pero concluye su alegato de forma clínicamente monstruosa porque la realidad no tiene banda sonora orquestal, sino un peso sórdido para reflexionar en silencio. Muy interesante novela con una lamentable vigencia de actualidad.
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