Me gusta el escritor y me gusta su forma de narrar, es siempre muy poético. Una magnífica prosa que no dudas en subrayar. Esta novela, tiene una temática sobre los conflictos entre parejas, aunque siempre acompañadas de reflexiones sobre el acto de crear. Nos presenta un retrato de los conflictos surgidos entre parejas amigas. Y es, por tanto, una historia incómoda de relaciones truncadas. Novela dividida en tres partes, cuyo protagonista es Oliver Orme un hombre que siempre se ha sentido bien pintando, también con su mujer y en su vida en general. Pero las cosas dan un vuelco y entonces se produce su necesidad de robar aquello que no le está permitido. Pasa de ser un pintor genial a tener una crisis creativa y se convierte en un pintor fracasado y con la mano demasiado larga, que roba cosas por placer. Casado con Gloria, comenzará una aventura amorosa con Polly, la pareja de su amigo Marcus, y también amiga de su esposa, este es el gran robo que tendrá graves consecuencias para todos los implicados, aunque sobre todo para él. Pero además es que él no la ama. El protagonista se refugia en sus recuerdos infantiles para exponer toda una teoría sobre el amor, los celos, las relaciones humanas, la pasión, el dolor, la indiferencia, la culpa, el abandono, la pérdida y las heridas que quedan. La historia está narrada en primera persona y en un tono confesional que nos acerca a sus sentimientos y pesares más profundos. Un protagonista con el que resulta imposible identificarte, es imposible, no puedes y una historia de dolor, indiferencia y heridas, que refleja al hombre en su más pura acepción del género masculino, como ha dicho la crítica. A mí me ha resultado un personaje antipático. Las mujeres son el contrapunto, más decididas y fuertes, pero tampoco me han resultado atractivas. Y es que el tema clave es la soledad, una soledad que se impone en el protagonista que será incapaz de entenderse consigo mismo , ni por supuesto, con los demás. No hay salida, y serán la incertidumbre, la pasividad y el egoísmo los que se reafirmen ante su traición. Lo más interesante, es que se trata de una novela repleta de citas teatrales, cuadros y pintores, así como la importantes reflexiones sobre la creación literaria y el arte. A lo largo de la novela nos encontramos con alusiones a la literatura y la poesía de Keats, Dylan Thomas, Byron, Coleridge, Brontë, a los cuadros de Picasso, de Chirico, Boticelli, o Hockney. Además de referencias a la psicología, a la filosofía. El arte está muy presente. En definitiva, Banville, como siempre, vuelve a demostrar su gran sabiduría y poeticidad, mostrando la naturaleza de los celos y las reflexiones en torno a la naturaleza y las relaciones humanas. Y eso sí, es una obra emotiva pero mordaz y plenamente demoledora. + Leer más |