La elegancia del erizo

Los que saben hacer las cosas las hacen, los que no saben enseñan a hacerlas, los que no saben enseñar a hacerlas enseñan a los que enseñan, y los que no saben enseñar a los que enseñan se meten a la política

Ya sólo me queda una opción hacerme la muerta

Si hay una cosa en el mundo por la que valga la pena vivir, no me la puedo perder, porque una vez que uno se muere es demasiado tarde para arrepentirse de nada.

Parecía muy cansado, más cansado que triste, me he dicho: así es como se ve el sufrimiento en los rostros sabios.

Me da miedo ir al interior de mi misma y ver qué ocurre allí.

¿Por qué buscamos la eternidad en el éter de esencias invisibles?

No hay nada más despreciable que el desdén de los ricos por el deseo de los pobres.

Pues el arte es la emoción sin el deseo.

A fin de cuentas, me pregunto si el verdadero movimiento del mundo no es el canto.

Uno ya no tiene miedo de que le falte nada. Se es feliz con el instante presente