Los solitarios

Directamente en la portada, nos dice la editorial: Un thriller de Álvaro Arbina. Si bien es verdad que no está mal que nos avisen que no nos vamos a encontrar con una novela histórica, algo que en principio cabría suponer de este autor, no es menos cierto que lo de “thriller” puede despistar y mucho al futuro lector.
Ya pasó con otra editorial que nos quisieron “vender” una novela como el thriller del año. Algo que la perjudicó seriamente porque era de esos thrillers de ritmo lento. Que a mí me gustan, pero que no es lo que espera el lector habitual de thrillers.
Algo semejante puede pasaros con Los solitarios, pues yo no me atrevo a calificarla como thriller. Más bien es novela negra por muchos factores. El primero es que el ritmo salvo quizás en las páginas finales no es el del género. El segundo, que la resolución de un misterio no puede servir para catalogar una novela como thriller. El tercero, que a mi parecer estamos ante una buena novela negra.
Sí, novela negra, por lo que realmente destaca en Los solitarios es el tratamiento que se le da a los personajes.

Un tratamiento que lleva al autor a detenerse brevemente (ese brevemente no son un par de líneas) para contar las vidas de cada uno de ellos, incluyendo la de los dos investigadores del caso. Lo cual nos lleva a conocer las historias de más de doce personajes, muy interesantes y peculiares las de alguno de ellos, desde un antiguo niño soldado, un empresario ruso con su ayudante, un rico empresario…
De ese modo, la novela no puede por fuerza tener un ritmo frenético si a cada poco va presentándonos a tanto personaje. Una presentación que por otra parte es indispensable si queremos entender la compleja relación que entre ellos se establece en la casa y que les lleva a desconfiar a unos de otros desde el primer momento.
Lo curioso es que, me hubiera gustado que en alguno de los personajes como el de la mejicana con un coeficiente intelectual altísimo, se hubiera detenido un poco más.

Pensaba mientras leía que me había sacado información de la manga, porque recordaba algo de diez personas salvajemente asesinadas. Imaginación mía no, que lo dice en la contraportada. Pero en un principio solo sabemos de nueve. Y, a pesar de eso, la sombra de Agatha Christie sobrevuela toda la novela. Desde el primer momento no pude dejar de pensar en su novela Diez negritos, aquella que un grupo de personas es invitado a una isla y una a una van muriendo asesinadas hasta que no queda ninguna. Aquí no es una isla, pero están en la casa igual de aislados que si de una isla se tratase. ¿Casualidad? ¿Exceso de imaginación por mi parte?
No, está Los solitarios es un claro homenaje a Diez negritos. Y en cierto modo a su autora, porque nos encontraremos con un final digno de Agata Chrstie.


Hay otro personaje fundamental en la novela, por más que se inanimado: la casa. Es la novela de Álvaro Arbina en la que más patente queda su formación de arquitecto, que aquí sale a relucir en todo su esplendor con esta casa con la que por cierto arranca la novela:
La casa es el centro y todo gira alrededor de ella; no importa que sea un cubo o una esfera o una pirámide, pero sí una casa, un espejismo de casa que emerge de la bruma en la quietud del amanecer. Nadie sabe qué hace allí, en la nada, y todos piensan que debió caer del cielo, con la primera nieve.

En Los solitarios, el autor va moviéndose desde el momento en el que llegan los inspectores al escenario del crimen, la casa, hasta por otro lado el momento en que los invitados llegan a la misma. Esos capítulos comienzan con Día 1, Día 2...

Solo un apunte más sobre la novela que a mi parecer es muy curioso. al principio de cada una de las ocho partes en las que viene dividida la novela, encontraremos fragmentos de una “falsa” entrevista al autor de Los solitarios. Una entrevista por otra parte, muy buena, que sin duda merece la pena releer de un tirón al acabar la lectura de la novela.



OPINIÓN PERSONAL

Si te ha quedado muy claro que Los solitarios no es en realidad un thriller. Si te gustan las novelas en las que por encima de todo brillan los personajes. Si te gustan las tramas de misterio al estilo de Agata Christie… Si todo eso se cumple, seguro que Los solitarios es tu novela.

A mí me ha gustado. Bien es verdad que me gusta el estilo narrativo de Álvaro Arbina que no cambia en esta novela, que salvo por las últimas páginas, no es el ritmo de un thriller. Tranquilo, sosegado, penetrando en los pensamientos y en los sentimientos de sus personajes…

Solo un pero le pongo a Los solitarios, aunque teniendo en cuenta mi estado mental, no sé hasta qué punto es achacable a la novela o a mí. Hubo momentos en que me hice un pequeño lío con los habitantes de la casa. Tal vez porque son muchos, tal vez por sus nombres, tal vez porque van apareciendo con cuentagotas. Francamente no lo sé.
Y a pesar de ello y de bajarle un poco la nota, creo que sigue siendo una novela muy recomendable. Sobre todo para aquellos que cumplís las indicaciones que digo al principio de esta parte de opinión personal.


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En esta novela he encontrado cosas que me han parecido positivas y otras que me han sabido a poco.

Nos encontramos ante un caso de lo más peculiar, han aparecido una serie de personas asesinas en el medio de la nada. ¿Cómo han llegado a esa casa? ¿Qué relación tienen entre ellas? ¿Quién es culpable de los asesinatos? Con esta premisa estilo Diez negritos de Agatha Christie, ya me hice una idea de lo que podría ir pasando a lo largo de las páginas.

La resolución del crimen, aunque algo predecible, me parece acertada, unida con esa reflexión de que la sociedad se va destruyendo a si misma.

El tema central del bucle infinito me parece una pasada (y una rayada mental). Y el final... Diferente.

Me dio rabia de que no se centrara en todas las víctimas por igual, ya que en algunos casos da la sensación de que intenta profundizar tanto en la psicología de la persona (cosa que hace que se me hiciera muy difícil de leer, porque había ciertas cosas repetitivas y que no aportaban mucho en la trama), pero en otros casos, la víctima está ahí, pero no se sabe nada de ella.

En resumen, una novela que está bien, la trama es interesante, pero eso no quita que en momento se hiciera lento de leer porque no había mucha acción.

Han aparecido diez personas brutalmente asesinadas en una cabaña en medio de la nada mas absoluta. ¿Cómo han acabado hay?. La policía Emeli Urquiza y su ayudante Francis Thurmond, se adentraran en la vida de las victimas para encontrar la verdad de lo que ha pasado.
Una novela inquietante, con multitud de personajes bien desarrollados y una ambientación magnífica. Ah y de thriller nada, novela negra 100%
Hace mucho tiempo que un libro no me gustaba tanto, está muy bien escrito y la historia te atrae desde el principio. Un libro de obligada lectura. Muy recomendado.
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«Heridas que son del padre, que las lleva consigo durante toda una vida y que lucha por no trasmitir a sus hijos para que ellos tampoco las trasmitan a los suyos»
 
No había leído nada de este autor, para mí un descubrimiento. El thriller empieza con una idea que me atrapa, nueve muertos, unos padres que llevan meses sin ver a sus hijos y una invitación a una extraña casa perdida de la mano de dios, rodeados de nieve y con un temporal sobre sus cabezas. Cada víctima a muerto de una forma diferente, uno torturado, otros envenenados, a otros se les ha golpeado…, heridas de bala.
                El autor da prioridad a la vida de las víctimas, más que el asesinato en cuestión, por eso su ritmo no es frenético como se estera en un thriller, nos contará de todos ellos partes importantes que responden a la pregunta, ¿qué los llevó a estar allí? Y ¿qué relación tienen entre sí? Me entusiasma siempre este punto de vista en cualquier novela, porque para mí todo responde a una causa-efecto.

Es una novela fantástica, que invita a una lectura más reflexiva y pausada, y que te recompensa con cada giro de la trama. Una reinterpretación de 10 negritos con un talento inigualable y una importante carga reflexiva. Los solitarios se paladea lentamente, disfrutando de cada sorbo literario y descubriendo sus matices. Un libro más que recomendable de un autor imprescindible.
Palabra de librero.

Los solitarios es el primer thriller de Álvaro Arbina. Construido con una precisión increíble, no deja ningún cabo suelto. Consta de 8 partes precedidas por una supuesta entrevista al autor en las que explica recursos de la novela

Un bosque de coníferas absolutamente rodeado por la nieve, con una casa en el medio de la nada. Una serie de personajes totalmente distintos entre sí, llegan a la casa en un helicóptero esperando encontrar a sus hijos, desaparecidos hace meses que les han enviado una invitación para reunirse en la casa.

La novela comienza cuando llegan allí los equipos de investigación y empiezan a encontrar cadáveres. Nueve en total.
Y aquí, Álvaro Arbina, nos empieza a contar de nuevo la historia desde el punto de vista de las víctimas, aparentemente para anular la sorpresa y eliminar la incertidumbre. En todo caso, el lector cuenta con un relato paralelo de Emeli, la Inspectora, y de cada una de las víctimas, que además nos van contando su vida: un matrimonio neoyorkino, un inmigrante senegalés, un ruso con su asistente, un español, una mexicana superdotada, una inglesa con trastorno de memoria, un excombatiente. Álvaro Arbina nos dice que son personajes distorsionados o desnudos, como prototipos.

Los investigadores encargados son la Inspectora Emeli Urquiza, española y Francis Thurrmond. Se llevan muy bien y se complementan sin problemas. A lo largo de Los solitarios vamos sabiendo detalles de su vida y de su carácter.

El lector, igual que los investigadores y las víctimas, no sabe a qué atenerse porque el autor juega con nosotros hasta el final. Nos sorprende con la idea de la caracola como imagen de la civilización, de los fractals o estructuras que se repiten. ¿Qué quiere decirnos?
Otra de sus declaraciones es que él es un escritor todopoderoso que controla la historia y a sus personajes

La novela está atravesada por dos temas: el racismo y las diferencias sociales. Todo el mundo da por hecho que la mexicana Ángeles se encargue de preparar el desayuno para todos; al personaje español, le llaman torero y el negro Sabaly “hablaba un francés de colonia, un francés africano y sumiso, como de lerdo”

Llegado un momento, el lector, al igual que todos los demás, cae en los paralelismos de Los solitarios con Diez negritos de Agatha Christie. También hay referencias a El señor de las moscas de Golding. Y es que al final, hay 10 víctimas. ¿Quién es el asesino?

Bastante bueno. Nos encontramos con un libro muy interesante, que parte de una premisa que, en principio, nos puede recordar a “Diez negritos” de Agatha Christie, aunque con un enfoque un tanto diferente. Me ha gustado mucho la forma en que el autor nos muestra la historia desde diferentes perspectivas y en diferentes tiempos, lo que nos permite descubrir los avances de Emeli y Francis al tiempo que retrocedemos un par de semanas para conocer de primera mano lo ocurrido con los huéspedes de esta casa misteriosa. Además, me ha parecido muy interesante la forma en que el autor desarrolla a los personajes, dándoles, al mismo tiempo, un gran realismo y mostrándonos que las personas no somos del todo buenas ni del todo malas y que todo el mundo tiene, en mayor o menor medida, secretos ocultos que protegeríamos a toda costa. Y, por supuesto, cabe destacar el giro de tuerca en la resolución del caso y ese final del libro tan peculiar y que no dejará indiferente a nadie. Bastante recomendable.

Me decanté por este libro por la trama psicológica y no me ha parecido correcta. Ha habido partes que se me han hecho pesadas, avanzaba lentamente por tanta descripción. Para mi gusto, le sobran páginas. Lo que más quiero destacar, es el final, es peculiar

No está mal. Esa es la sensación final con la que me quedo. Este libro me ha despertado muchas sensaciones: al principio, me parecía como mal escrito, una literatura extraña, con muchas repeticiones y frases muy cortas, que se me hacía muy difícil de leer con rapidez; después, un montón de historia de relleno que sobra pero muchísimo; luego, hacia mitad del libro, un subidón porque por fin está pasando algo que merece la pena; y así es como sigue hasta el final, cuando realmente te quedas flipando. Y no porque te vuele la mente, sino porque es tan absurdo que te deja ko.

Así, no pensaba ponerle muy buena nota, pero como hay una buena parte del libro que me enganchó bastante, tampoco quería ponérsela muy baja. La historia me parece original, aunque hay algunas cosas que se ven venir. Ojo porque hace spoiler de Diez negritos, de Agatha Christie, así que cuidado si no lo has leído.

En cuanto a los personajes, hacia el final es cuando consigues conectar con la inspectora Urquiza y su compañero. Me parece que podían haberse explotado más, la verdad, y haberse centrado menos en otros que no interesan.

En definitiva, lo recomiendo porque es una lectura interesante, pero tampoco es una locura si tenéis más pendientes.

En una casa totalmente aislada de la civilización, en el norte de Canadá, diez personas han sido asesinadas. Hombres y mujeres, provenientes de diferentes zonas del mundo. ¿Qué pueden tener en común? ¿Por qué estaban allí? Y, sobre todo, ¿quién y por qué les ha asesinado? La inspectora de la policía Emeli Urquiza y su ayudante Francis Thurmond son los encargados de intentar averiguar qué ha pasado.

La novela comienza cuando los dos policías llegan al lugar de los hechos pero luego se retrotrae al pasado, al momento en el que las víctimas llegaron allí e incluso más atrás, para saber quiénes eran y qué les llevó a ese lugar. Las víctimas son de todo tipo y condición: un ruso poderoso y su ayudante, un matrimonio de Nueva York, un español, una mexicana superdotada muy aficionada a la cocina, una inglesa, un senegalés emigrado a Francia y un ex combatiente en diversas guerras del ejército norteamericano.

La historia se narra a través de dos líneas temporales: la del presente se corresponde con la investigación que llevan a cabo Emeli y Francis y la del pasado nos cuenta, por un lado, los momentos en los que las víctimas estuvieron en la casa; por otro y mediante flashbacks, la historia de los diferentes personajes. He de reconocer que me ha gustado más la parte del presente, la de la investigación, y los momentos en los que las víctimas se encontraban en la casa mientras que la parte del pasado de los personajes se me ha hecho, en ocasiones, un tanto pesada. Me gusta que los personajes estén bien dibujados pero tanta profundización para una historia que pretende ser un thriller, me ha parecido que enlentece demasiado la acción hasta el punto de que esos pasajes se me han hecho, en ocasiones, un tanto aburridos. Sobre todo porque son muchos los personajes cuyo pasado ha de contarse; de haber sido tres o cuatro, quizás hubiese estado bien pero siendo tantos, al final son mucha las partes dedicadas a dibujarles, a conocer sus historias particulares. Y eso ha hecho que mi atención se desviase de lo que, para mí, era la parte principal: los asesinatos.

La novela se estructura en ocho partes, subdividiéndose cada una en capítulos, con un total de sesenta. Es un narrador omnisciente quien nos cuenta los entresijos de la historia, algo fundamental para quien pretende contar la historia de tantos personajes. La novela avanza con un ritmo medio durante la investigación y con un ritmo lento en las partes del pasado, habiendo momentos de bastante intensidad dramática y otros que parece que no aportan demasiado a la historia principal.

El escenario está muy bien descrito. Esa casa tan rara –un cubo ultra moderno- en medio de un bosque, en el Ártico. No hay más construcciones en kilómetros a la redonda, no hay medios de transporte. La sensación de claustrofobia que da es tremenda. Sé que normalmente la gente siente claustrofobia en espacios cerrados pero a mí me la dan más espacios abiertos como éste: espacios llenos de vegetación pero aparentemente desiertos de vida (humana) me crean mucho desasosiego. Los escenarios son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la novela.

Otro de los puntos fuertes son los personajes, muy bien definidos –demasiado incluso, como he comentado antes-. Empezando por Emeli, una policía de origen vasca de lo más peculiar; vamos, muy rarita. Como su compañero, por otro lado. Y las víctimas, tienen cada historia detrás que para qué. Todos ellos han acudido al lugar supuestamente invitados por sus hijos; hijos de los que hace semanas o meses que no saben nada. ¿Dónde están sus hijos, qué ha sido de ellos, para qué les han hecho ir allí? Todas esas preguntas se nos pasarán continuamente por la cabeza y se nos ocurrirán varias respuestas. ¿Acertaremos?

El estilo de Álvaro Arbina es cuidadísimo, muy elegante y depurado. Un estilo que no es difícil de leer pero que tiene pinta de ser costosísimo de escribir. Personalmente, me gustó más en “La mujer del relojero” que en esta novela pues creo que le va mejor allí; para una novela tipo thriller o negra me ha resultado un poco barroco, excesivo. Queda raro pero diría que está demasiado bien escrita para el tipo de novela que es jajaja. En todo caso, leer a Álvaro Arbina es siempre un placer, hable de lo que hable. Requiere su tiempo y su esfuerzo, sí, pero merece la pena.

Durante buena parte de la novela me tuvo en ascuas, no tenía ni idea de quién podía ser el culpable, cómo, por qué…, tenía mil dudas. Pero en un determinado momento me fijé en un dato –que, cuando terminas y lo sabes todo, es evidente- y entonces ya me imaginé por dónde iban a ir los tiros. Acerté.

Para acabar, hay que destacar el aspecto metaliterario de la novela. Ya de primeras nos va a recordar mucho a una conocidísima novela de misterio, ¿no? Diez víctimas, todas en una casa, alguien les ha invitado… ¿No os recuerda a “Diez negritos”? Además de las similitudes, la propia novela y la autora, Agatha Christie, es citada en varias ocasiones; el lector no es el único en plantearse que los crímenes guardan similitudes con los de la novela. Y no sólo ella, también “El señor de las moscas” es mencionado.

Conclusión final

“Los solitarios” no es un thriller al uso. Diría más, no es un thriller. Sí es una novela de intriga, una novela de investigación pero en ella hay tanto de investigación policial como de introspección en los personajes. Una novela que requiere su tiempo por la manera en la que está contada y la prosa tan pulcra que utiliza el autor. Una novela que me ha gustado aunque he de reconocer que para este género me gustan historias con más ritmo.
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