La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Es raro que la luz del día no sea suficiente. Necesitamos las sombras para poder caminar.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Es raro que la luz del día no sea suficiente. Necesitamos las sombras para poder caminar.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
El miedo es útil, como la oscuridad, como las sombras
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Un mago de Terramar (Historias de Terramar 1) de Ursula K. Le Guin
Y la verdad es que a medida que un hombre adquiere más poder y sabiduría, se le estrecha el camino, hasta que al fin no elige, y hace pura y simplemente lo que tiene que hacer...
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Un mago de Terramar (Historias de Terramar 1) de Ursula K. Le Guin
El mundo se mantiene en Equilibrio. El poder de Transformación y de Invocación de un mago puede romper ese equilibrio. Tiene que ser guiado por el conocimiento, y servir a la necesidad. Encender una vela es proyectar una sombra...
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Cuando la información deja de servirte, infórmate; cuando la información deja de servirte, duerme.
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La Rueda del Cielo de Ursula K. Le Guin
Y una máquina es menos culpable aun que un animal. No tiene otras intenciones más que las de nosotros mismos.
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La Rueda del Cielo de Ursula K. Le Guin
Él ni siquiera lo había pensado. Y esto implicaba que él mismo no había creído en el cambio, en el efecto de los sueños de Orr, aunque lo había sentido, lo había visto con asombro y temor, con entusiasmo, una docena de veces ya
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La Rueda del Cielo de Ursula K. Le Guin
No pudo seguir hablando; su boca se había secado. Lo sintió: el traslado, la llegada, el cambio.
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La Rueda del Cielo de Ursula K. Le Guin
George Orr permanecía en Portland porque siempre había vivido ahí y porque no tenía razones para creer que la vida en otra parte sería mejor, o diferente.
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En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Aquí tuvo lugar la batalla a muerte aquí es donde el enemigo asesinó al amigo la sangre en la roca, las lágrimas en la arena toda tierra es la tierra santa. |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Que llegue el día, que llegue ya, en que la palabra guerrero sea una palabra absurda y la palabra victoria signifique algo vano. |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Que vuestros hombres no se alegren del combate y a vuestros ancianos les asuste, y digan: «¿Es justo que mi hijo entregue su vida por mí? ¿Soy acaso yo mejor hombre que él? No, que viva para hacerse pastor o mecánico o profesor de idiomas antiguos». |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
LA PRÓXIMA GUERRA Tendrá lugar, llevará tiempo, se cobrará vidas, y las malgastará. |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Consumir por consumir: sí, lo sé. Pero las cosas, las cosas bonitas y baratas, compradas alegremente y conservadas por la misma razón, ¿acaso no poseen un resplandor inmaterial, quizás en último término el destello de inmortalidad que llamamos alma? |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Pero lo cierto es que nunca pedí conocer a un dios, y mucho menos hacer el amor con uno. ¿Por qué pensó que yo quería? Y cuando le dije que no, ¿cuál fue mi agravio? No puede ser difícil encontrar a una muchacha boquiabierta dispuesta a amar a un gran dios rubio de ojos garzos. Eso dijo. Dijo: «Sois todas iguales». Nos ha visto a todas; lo sabe. Así que ¿por qué yo? |
En busca de mi elegía: Poesía 1960-2010 de Ursula K. Le Guin
Le gustaba sentir mis dedos en su pelo. Así que me los arrancó, se hizo una guirnalda, y se la pone en los desfiles y concursos, mis moribundos dedos que huelen a cocina entrelazados en sus resplandecientes rizos. A veces se apoya en mí durante un rato. Aparte de eso, parece haber perdido el interés. |
The Wind's Twelve Quarters de Ursula K. Le Guin
Ningún lugar ha quedado en la oscuridad. Donde han mirado los ojos de Dios, allí hay luz.
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Ciudad de ilusiones de Ursula K. Le Guin
Imagina la oscuridad. En la oscuridad que se extiende desde el sol, despertó un espíritu mudo. Completamente inmerso en el caos, no conocía ninguna forma. No tenía ningún lenguaje y no sabía que la oscuridad era la noche. |
Ciudad de ilusiones de Ursula K. Le Guin
—Te diré lo que creo de ti. Creo que viniste de un mundo perdido. Creo que no naciste en la Tierra. Creo que llegaste aquí, el primer alienígena que regresa en mil años o más, trayéndonos un mensaje o un signo.
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Gregorio Samsa es un ...