La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Los copos blancos revoloteaban alrededor mientras ellos se miraban a los ojos, las manos juntas, descalzos en el barro helado. Primavera en invierno.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Los copos blancos revoloteaban alrededor mientras ellos se miraban a los ojos, las manos juntas, descalzos en el barro helado. Primavera en invierno.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
¿Si odio a Orgoreyn? No, ¿por qué he de odiarlo? ¿Cómo odia uno a un país, o lo ama? Tibe habla de eso; yo no soy capaz. Conozco gente, conozco ciudades, granjas, montañas y ríos y piedras, conozco cómo se pone el sol en otoño del lado de un cierto campo arado en las colinas; pero ¿qué sentido tiene encerrar todo en una frontera, darle un nombre y dejar de amarlo donde el nombre cambia? ¿Qué es el amor al propio país? ¿El odio a lo que no es el propio país? Nada bueno.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
No sé si he estado alguna vez al servicio del rey —dijo el primer ministro del rey—. O si lo he intentado. No soy el sirviente de nadie. Un hombre no ha de tener otra sombra que la propia...
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Cuando la acción deja de servirte, infórmate; cuando la información deja de servirte, duerme.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Cualquiera puede cambiarse en cualquiera de los dos sexos. Esto parece simple, pero los efectos psicológicos son incalculables. El hecho de que cualquiera entre los diecisiete y los treinta y cinco años, aproximadamente, pueda sentirse «atado a la crianza de los niños» (como dice Nim) implica que nadie está tan «atado» aquí como pueden estarlo, psicológicamente o físicamente, las mujeres de otras partes. Las cargas y los privilegios son compartidos con bastante equidad: todos corren los mismos riesgos o tienen que afrontar las mismas decisiones. Por lo tanto, nadie es aquí tan libre como un hombre libre de cualquier otra parte.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
La luz es la mano izquierda de la oscuridad, y la oscuridad es la mano derecha de la luz. Las dos son una, vida y muerte, juntas como amantes en kémmer, como manos unidas, como el término y el camino.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Escribiré mi informe como si contara una historia, pues me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación.
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Las niñas salvajes de Ursula K. Le Guin
Las niñas más pequeñas proferían ruiditos quejumbrosos, pero no a menudo ni muy alto. Hasta los bebés de las tribus nómadas estaban acostumbrados al miedo y al silencio.
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Las niñas salvajes de Ursula K. Le Guin
Lo que pasa es que solo pueden subir hasta allí si los entierran. Si no los entierran, su alma se queda aquí abajo. Entonces es de esperar que se conviertan en algo muy malo, un mal espíritu, un fantasma.
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Las niñas salvajes de Ursula K. Le Guin
Eso hacían todos los hombres, los nómadas y los de la Ciudad. Asaltaban poblaciones, mataban a gente, se llevaban comida, esclavos. Así eran los hombres. Igual de estúpido sería odiarlos que amarlos por ello.
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Conversaciones sobre la escritura de Ursula K. Le Guin
Es muy importante lo que dices en tiempos oscuros.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
Al final de los tiempos, el sol se devorará a sí mismo y la sombra devorará la luz, y entonces no quedará nada si no hielo y oscuridad.
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Catwings de Ursula K. Le Guin
La señora Jane Tabby no se explicaba por qué sus cuatro hijos habían nacido con alas.
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Catwings de Ursula K. Le Guin
Los hombres se marcharon. Las máquinas se quedaron esperando, aún más quietas que los gatos, pero mucho más tontas.
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Catwings de Ursula K. Le Guin
—¡Oh! —dijo Susan—. ¡Oh, pobre gatito! ¡No tiene alas! Su hermano Hank se echó a reír. —La mayoría de los gatos no tienen, Su —replicó.
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
«Un hombre desea que se tenga en cuenta su virilidad, una mujer desea que se aprecie su femineidad, por más indirectos y sutiles que sean este tener en cuenta y estas apreciaciones. En Invierno no existen. Uno es respetado y juzgado sólo como ser humano. La experiencia es asombrosa.»
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
«Y de este modo gobierno bien a mi pueblo. Pues sólo el miedo gobierna a los hombres. Ninguna otra cosa resulta. Ninguna otra cosa dura bastante.»
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
«Una voz que dice la verdad es más poderosa que las flotas y los ejércitos, si se le da tiempo, mucho tiempo; y tiempo es lo que les sobra a los ecúmenos...»
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La mano izquierda de la oscuridad de Ursula K. Le Guin
«[...] me enseñaron siendo niño que la verdad nace de la imaginación.»
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¿En que año nació Marcel Proust?