Catwings de Ursula K. Le Guin
Los hombres se marcharon. Las máquinas se quedaron esperando, aún más quietas que los gatos, pero mucho más tontas.
|
Catwings de Ursula K. Le Guin
Los hombres se marcharon. Las máquinas se quedaron esperando, aún más quietas que los gatos, pero mucho más tontas.
|