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Salvatierra de Pedro Mairal
Desperté una hora después, mirando la copa del árbol, sin acordarme de mí.
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Breves amores eternos de Pedro Mairal
"Tantos años después se me ocurrió buscarla en Facebook y la encontré. Me aceptó como amigo y tuve que ver sus fotos con su marido inglés. Facebook parece un invento del demonio. Hay cosas que hay que morirse sin haber visto." (Hoshiko y el primer mandamiento. Pág.56).
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La uruguaya de Pedro Mairal
Como en los sueños, en Montevideo las cosas me resultaban parecidas pero diferentes. Eran pero no eran.
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La uruguaya de Pedro Mairal
"Nunca dejaba mi correo abierto. Jamás. Era muy muy cuidadoso con eso. Me tranquilizaba sentir que había una parte de mi cerebro que no compartía con vos. Necesitaba mi cono de sombra, mi traba en la puerta, mi intimidad, aunque solo fuera para estar en silencio. Siempre me aterra esa cosa siamesa de las parejas: opinan lo mismo, comen lo mismo, se emborrachan a la par, como si compartieran el torrente sanguíneo. Debe haber un resultado químico de nivelación después de años de mantener esa coreografía constante. Mismo lugar, mismas rutinas, misma alimentación, vida sexual simultánea, estímulos idénticos, coincidencia en temperatura, nivel económico, temores, incentivos, caminatas, proyectos... ¿Qué monstruo bicéfalo se va creando así? Te volvés simétrico con el otro, los metabolismos se sincronizan, funcionás en espejo; un ser binario con un solo deseo. Y el hijo llega para envolver ese abrazo y sellarlos con un lazo eterno. Es pura asfixia la idea." (Págs. 9-10).
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La uruguaya de Pedro Mairal
Eso era Montevideo para mí. Estaba enamorado de una mujer y enamorado de la ciudad donde ella vivía. Y todo me lo inventé, o casi todo. Una ciudad imaginaria en un país limítrofe. Por ahí caminé, más que por las calles reales.
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Maniobras de evasión de Pedro Mairal
Pero ¿qué es este escepticismo profundo con respecto a la literatura, a mi literatura digamos mejor? ¿Por qué quiero escribir pero me sale espuma? ¿Por qué tampoco escribo más poesía? Hace ya unos años entregué mi escritura al zumbido de la banda ancha. Textos cortos, respuesta inmediata, amigos, amigas, cachondeo. Los blogs me sirvieron para atomizarme, ocultarme en seudónimos, escribir como gente que no soy yo, como personas que llevo dentro, voces o quizá fuerzas verbales.
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La uruguaya de Pedro Mairal
Entendí que prefería tocar bien el ukelele que seguir tocando mal la guitarra, y eso fue como una nueva filosofía personal. Si no podés con la vida, probá con la vidita.
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Salvatierra de Pedro Mairal
Salvatierra quería dar la impresión de que, una vez incluida en la pintura, una criatura podía cruzar el espacio pintado, avanzar por la tela y reaparecer. Nadie está protegido. Ni siquiera las escenas en la privacidad de una casa consiguen estar aisladas o seguras, siempre hay alguien acechando en la penumbra, espiando, o un hombre duerme mientras la fauna enferma de sus pesadillas va entrando por los espejos de su habitación. No hay 'adentro', no hay casa, todos están desamparados en ese territorio de colores que no se detiene nunca.
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Breves amores eternos de Pedro Mairal
"Valeria era incansable, guerrera. Me gusta esa palabra, guerrera, porque realmente la peleábamos juntos en la cama, cuerpo a cuerpo, en un combate oscuro y extenuante que nos aceleraba el corazón, con susurros violentos y tiernos dichos al oído, hasta que ella empezaba a desarmarse encima mío, como a caerse pero abrazándome fuerte, ahogando un gemido largo hasta que se quedaba quieta y volvía en sí, volvía como un animal jadeante después de una carrera, con la crin pegada sobre la cara, sobre los ojos. De a poco nos sosegábamos recuperando el aire, buscando oxígeno a bocanadas asmáticas." (Sudor. Pág.39).
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Breves amores eternos de Pedro Mairal
"La idea de Verónica también era matar el tiempo. Ella tenía intolerancia al tiempo real. No soportaba el tiempo que mediaba entre los momentos supuestamente relevantes de su vida. No soportaba el tiempo muerto frente al semáforo o en las salas de espera o haciendo cola. Los momentos en que no pasa nada." (El hipnotizador personal. Pág.44).
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Breves amores eternos de Pedro Mairal
"Pensé muchas cosas, pensé en vos y en las chicas, y en todos estos años, pero en ningún momento me pareció que estaba mal lo que hacía. La sensación de estar viva, ahí, latiendo, esperando que Simón volviera de la calle, me sacudió. Sonreí, me mordí los dedos de felicidad." (Cero culpa. Pág.31).
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La uruguaya de Pedro Mairal
Necesitaba mi cono de sombra, mi traba en la puerta, mi intimidad, aunque solo fuera para estar en silencio.
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Salvatierra de Pedro Mairal
Hace tiempo leí esta frase: «La página es el único lugar del universo que Dios me dejó en blanco». No me acuerdo dónde la leí. Me impresionó porque yo sentí eso con mi padre. Nunca fui muy creyente, porque la idea de sumarme un padre espiritual al enorme padre biológico que ya tenía me parecía agobiante. Entendí la frase como «la página es el único lugar del universo que papá me dejó en blanco». Uno ocupa esos lugares que los padres dejan en blanco. Salvatierra ocupó ese margen alejado de las expectativas ganaderas de mi abuelo. Se adueñó de la representación, de la imagen. Yo me quedé con las palabras que la mudez de Salvatierra dejó de lado. Empecé a escribir hace un par de años. Siento que este lugar, este espacio de la hoja blanca, me pertenece más allá de los resultados. El mundo entero cabe en este rectángulo.
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Una noche con Sabrina Love de Pedro Mairal
"Al comprender que estaba perdido, no se asustó, más bien sintió un entusiasmo extraño, provocado por la posibilidad de caminar sin toparse con nadie ni con nada conocido; sintió por primera vez la libertad de ser anónimo, de poder hacer lo que quisiera sin que nadie fuera a comentar ni a criticar, ni a relacionar sus actos con su nombre y familia." (Pág.105).
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Una noche con Sabrina Love de Pedro Mairal
"-- El disfraz a veces no oculta sino que revela -- dijo ella --... revela lo que uno es, o se considera que es, o tiene miedo de ser, o le gustaría ser y no se anima." (Pág.76).
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Una noche con Sabrina Love de Pedro Mairal
"Cuando la fila arrancaba sin que nadie hubiera querido llevarlo, sentía cierto placer, se mortificaba sumando rechazos. Después se dió cuenta de que lo que realmente temía era que alguien lo llevara de golpe hasta la capital, entonces no tendría más remedio que animarse a pasar la noche con Sabrina Love." (Pág.59).
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Una noche con Sabrina Love de Pedro Mairal
"Pero algo lo ponía nervioso, algo como una humillación, el sentirse menos hombre que todos esos hombres, o la revelación pública de su virginidad, como si el estallido de aplausos y silbidos y sobre todo el grito final hubiesen sido una burla, una carcajada ante su falta de experiencia, ante la sensación que tenía de ser alguien inacabado y frágil." (Pág.57).
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La uruguaya de Pedro Mairal
Quedé parado en una esquina sin saber para dónde ir. Pocas veces estuve tan perdido. Sabía dónde estaba pero no sabía dónde iba. El futuro inmediato era una confusión.
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Maniobras de evasión de Pedro Mairal
Me queda su enfermedad en primer plano, tapándome el resto de su tiempo luminoso. Y eso es injusto. Por eso ahora salto a ese pasado, por encima de sus últimos años. Sólo la escritura me deja hacer eso. Saltar al verano de mamá. Acá estoy. Papá venía en enero, sólo unos días, y los fines de semana. El resto del tiempo era el Edipo liberado. Tengo un recuerdo naranja de unas mañanas, cuando me despertaba en su cuarto —supongo que yo había llorado a la noche y mamá me había llevado a su cama— y tengo un recuerdo de ella vistiéndose a la mañana pensando que yo estaba dormido, ella de espaldas, poniéndose una remera. Mamá tendría treinta y cinco años y yo cuatro. Me acuerdo de la luz naranja y amarilla del sol en las cortinas.
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