Adivina quién soy de Megan Maxwell
No soy una princesa que busca a su principe azul, especialmente porque creo que los príncipes no existen y, de ser asi, desde luego yo no los veo
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Adivina quién soy de Megan Maxwell
No soy una princesa que busca a su principe azul, especialmente porque creo que los príncipes no existen y, de ser asi, desde luego yo no los veo
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Tampoco pido tanto de Megan Maxwell
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Bienvenida al club Cabronas sin Fronteras de Megan Maxwell
No sé si dentro de veinte años he querré como te quiero ahora, pero en este instante eres el amor de mi vida.
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Bienvenida al club Cabronas sin Fronteras de Megan Maxwell
Hay mucho hombre que se cree macho ibérico y acaba siendo cabra hispana.
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Bienvenida al club Cabronas sin Fronteras de Megan Maxwell
Mi libertad empieza donde acaba la tuya y viceversa.
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Bienvenida al club Cabronas sin Fronteras de Megan Maxwell
Te quiero más que ayer, pero menos que mañana. Nunca lo olvides.
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Soy una mamá de Megan Maxwell
“Las palabra si y no son las más importantes de nuestra vida. Muchos problemas se habrían podido evitar sin un si demasiado rápido y un no demasiado tarde o al revés”
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Melocotón loco de Megan Maxwell
Deambulando, se toparon con un puesto de imanes, y Rodrigo compró uno para la nevera en forma de melocotón y se lo regaló. —¿Y esto? —preguntó Ana animadamente. —A eso hueles tú. A melocotón. Satisfecha, cogió el objeto y le dio a él un beso en la mejilla para agradecérselo. Rodrigo, alegre, acercó la boca al oído de ella y susurró: —Eres mi melocotón loco; suave por fuera y loco e imprevisible por dentro. |
Melocotón loco de Megan Maxwell
—¿Llevas una faja en el bolso? —Ella no contestó, y él añadió—: ¡Guauuu!, una faja de… ¿vaquitas?
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Melocotón loco de Megan Maxwell
Y todo fue de mal en peor. A partir de ese día cada vez que Rodrigo aparecía por casa para buscar a Iris algo le sucedía. Su presencia le imponía tanto que se ponía nerviosa como una colegiala, se daba golpes contra las cosas y tenía las piernas llenas de cardenales. Con disimulo, lo observaba. Aquel bombero que apenas la miraba conseguía que las tripas se le encogieran y el corazón le palpitara descontroladamente. ¿Por qué tenía que ser tan sexy? Hasta que un día, tras casi llevarse un dedo al oír su voz mientras cortaba jamón, fue al baño, se miró en el espejo y susurró, convencida: —Vale. Me rindo. Me gusta Rodrigo. |
Te lo dije de Megan Maxwell
Si regalaran un diamante por cada disgusto que da la vida, seria multimillonaria
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Pídeme lo que quieras o déjame de Megan Maxwell
-Vamos a ver, Jud, ¿que te pasa? -Nada que te importe -De ti me importa todo pequeña |
Hola, ¿te acuerdas de mí? de Megan Maxwell
Si algo estoy aprendiendo con esta maldita guerra es que la vida, y más el presente, hay que disfrutarlos lo máximo posible, para convertirlos en algo único y especial. El futuro llegará, pero el presente es hoy.
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Soy una mamá de Megan Maxwell
—Está visto que el amor y la fidelidad son algo en extinción —afirma Nuria.
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Soy una mamá de Megan Maxwell
Al final, como siempre, tengo que ponerme en plan Cruella de Vil —ya lo de madrastrona les sabe a poco—, doy quince voces, porque con dos no reaccionan, y así consigo poner algo de orden. Pero no..., no creáis que el orden dura mucho. Es darme la vuelta y el show de mis niños vuelve a comenzar.
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Soy una mamá de Megan Maxwell
Pero lo que sí es cierto es que fue tener niños y dejé de sacar-me partido. ¿Por qué?
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El día que el cielo se caiga de Megan Maxwell
Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón.
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El día que el cielo se caiga de Megan Maxwell
Porque la sangre te hace pariente, pero sólo la lealtad y el amor te convierten en familia.
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¿Cuántas novelas hay en la serie Harry Potter?