Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
El pasado está hecho de recuerdos, el presente se compone de instantes y el futuro nace de los sueños. Pues eso soy yo: recuerdos, instantes y sueños. (Pág. 468) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
El pasado está hecho de recuerdos, el presente se compone de instantes y el futuro nace de los sueños. Pues eso soy yo: recuerdos, instantes y sueños. (Pág. 468) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Hay gente que cree que somos las circunstancias que nos encontramos en la vida. Otros piensan que somos las decisiones que tomamos cada día. Yo no sé lo que soy, si un cúmulo de circunstancias o un puñado de decisiones. Quizá un conjunto de ambas. O ninguna. (Pág. 468) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
La libertad es un derecho y nadie debería condicionarla. Porqje quien quiere volver vuelve. Quién quiere quedarse se queda. Te busca. Te encuentra. Y no te suelta (Pág. 460) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
El amor no lo justifica todo y querer no siempre es suficiente. No basta para que dos personas puedan estar juntas. A veces, amar de verdad es dejar ir a la otra persona antes de hacerle más daño. Amar es poner distancia y elegirte a ti mismo por encima de todo lo demás. (Pág. 432) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Tenemosa la absurda creencia de que es la unión con otra persona la que nos completa, pero nadie está en este mundo para colmarnos y hacernos felices. (Pág. 431) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
¿Como se perdona? Depende. No hay una fórmula concreta. Hay quien nunca lo hará, quien tarda una vida y quien solo necesita un instante. Lo importante es perdonar de verdad, sin condiciones ni expectativas, sin pretensiones. (Pág. 430) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Estamos acostumbrados a ver solo un lado de las cosas y nos comportamos como si esa pequeña parte del que sabemos y percibimos fuese un todo absoluto. Mi verdad, mi razón. Olvidamos que cada persona ve su lado particular de las cosas, su pequeño fragmento que también confunde con el todo. Su verdad, su razón. (Pág. 429) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Empecé a ser más mía y menos de los demás. Me convertí en mi propio superhéroe y entendí que nadie puede salvarme, eso debí hacerlo yo. Defenderme es cosa mía. (Pág. 396) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Todo parece cambiar cuando tú cambias. Esa es la verdad. Y una vez que comienzas ese tránsito, no te detienes hasta definir quién eres. Hasta aceptar tus contradicciones. Tus miedos. Tus deseos. Que no todo tiene sentido. Y cuando eso ocurra, baila. Lo digo en serio, baila. Lo fácil es rendirse, pero bailar... Bailar te obliga a ponerte en pie. (Pág. 396) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Convertimos la vida en una maldita espera en la que no sucede nada, porque la mayoría de las cosas importantes hay que crearlas. No nacen de los anhelos, de los lamentos, de la autocompasión y, mucho menos, de la cobardía y la pasividad. La vida no nos debe nada. Nada. (Pág. 395) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Nos pasamos la vida deseando cosas. Unas inútiles. Otras grandes. Otras imposibles. También queriendo olvidar otras muchas. Sin embargo, lo único que de verdad olvidamos es que solo tenemos una vida. Una sola, y déjanos que transcurra sin hacer nada salvo querer y desear, como si nuestro pensamiento fuese una varita mágica, capaz de solucionarlo todo mientras permanecemos de brazos cruzados. (Pág. 395) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Nada perdura; hasta la ola, por muy grande que sea, desaparece al romper en la playa. Y sucede en un instante. (Pág. 353) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Las emociones no se pueden controlar. Nacen, crecen, se extienden como raíces que se alimentan de ti y te rodean. Puedes fingir no sentirlas. Convencerte de que no existen, pero eso no las hará desaparecer. Son sombras con vida propia. No importa cuánto cotras, cuánto trates de alejarte, siempre estarán ahí, pegadas a tus pies. Las proyectarás incluso en los días nublados. (Pág. 346) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Éramos como dos espejos, y había tenido que ver mi reflejo en él para aceptar que el amor que duele, el que daña, no es amor. (Pág. 279) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Céntrate en los momentos, en las pequeñas cosas de cada día, y vívelas con el corazón. Sueña con el mañana y no te escondas del pasado. Porque estamos hechos de recuerdos. (Pág. 228) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
La atracción es un misterio, ¿verdad? Todos los días te cruzas con personas. Gente que pasa por tu lado. Miradas que se enredan durante un segundo. Palabras que se dicen en distintas situaciones, y no pasa nada. No sientes nada. Y de repente ocurre. Imprevisible. Instintivo. Una sacudida inesperada. Una mirada distinta, en la que se dilatan las pupilas. Un cosquilleo en el estómago. El aire desaparece. La boca se seca. El corazón late con más fuerza. Una contracción en el vientre, que casi duele. Eso es atracción, que no debe confundirse con amor. El amor germina y crec la atracción te explota en la cara y te sacude. (Pág. 172) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Y en ese preciso momento, pasó algo. Un instante en el que el mundo se quedó suspendido. Un clic. Que no solo nos hizo mirarnos, sino vernos. Vernos de verdad y contener el aliento. (Pág. 171) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Porque el instinto es un impulso que nace de ti, de tu interior, sin condiciones ni reflexiones. (Pág. 140) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Permanecí inmóvil unos segundos, sintiendo algo nuevo. Algo diferente. Una emoción con la que no estaba familiarizada, que me calentaba por dentro. Un deshielo inesperado. Y lo peor de todo era esa sonrisa estúpida que no se borrana de mi cara. (Pág. 131) |
Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Dicen que tus decisiones marcan tu destino, pero ¿y si el destino me había elegido a mí?¿Y si todo formaba parte de su plan? (Pág. 125) |
Gregorio Samsa es un ...