Cuando no queden más estrellas que contar de María Martínez
Estamos acostumbrados a ver solo un lado de las cosas y nos comportamos como si esa pequeña parte del que sabemos y percibimos fuese un todo absoluto. Mi verdad, mi razón. Olvidamos que cada persona ve su lado particular de las cosas, su pequeño fragmento que también confunde con el todo. Su verdad, su razón. (Pág. 429) |