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Margaret Atwood
"En esto hay cierta dosis de muerte, de abandono. Soy como una habitación en la que una vez ocurrieron cosas pero en la que ya no sucede nada, salvo el polen de las hierbas que crecen al otro lado de la ventana, que se esparce por el suelo como el polvo" |
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
Las madres nunca se ajustan por completo a la idea que un niño tiene de lo que debería ser una madre, y supongo que en el caso inverso ocurre lo mismo
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
… Lo tienen todo planeado. Tú y yo terminaremos ante el paredón, querida.
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
Somos matrices con patas, eso es todo: somos recipientes sagrados, cálices ambulantes.
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
La República de Gilead, decía Tía Lydia, no tiene fronteras. Gilead está dentro de tí.
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
Éramos las personas que no salían en los periódicos. Vivíamos en los espacios en blanco, en los márgenes de cada número. Esto nos daba más libertad. Vivíamos entre las líneas de las noticias. |
El cuento de la criada de Margaret Atwood
¿Quién me censuraría por desear un cuerpo verdadero para rodearlo con mis brazos? Sin él también yo soy incorpórea. Puedo oír mis propios latidos contra los muelles del colchón, acariciarme bajo las secas sábanas blancas, en la oscuridad, pero yo también estoy seca, blanca, pétrea, granulosa; es como si se deslizara la mano sobre un plato de arroz, como la nieve. En esto hay cierta dosis de muerte, de abandono. Soy como una habitación en la que una vez ocurrieron cosas pero en la que ya no sucede nada [...].
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
Me sumerjo en mi cuerpo como en una ciénaga en la que solo yo sé guardar el equilibrio. Mi territorio es un terreno movedizo. Me convierto en el suelo en el que aplico el oído para escuchar los rumores del futuro. Cada punzada, cada murmullo de ligero dolor, ondas de materia desprendida, hinchazones y contradicciones del tejido, secreciones de la carne: son signos, son las cosas de las que necesito saber algo. Todos los meses espero la sangre con temor, porque si aparece representa un fracaso.
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El cuento de la criada de Margaret Atwood
Lo que temen no es que nos escapemos -al fin y al cabo no llegaríamos muy lejos-, sino esas otras salidas, las que una puede abrir en su cuerpo si dispone de un objeto afilado.
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El cuento de la criada (Novela gráfica) de Margaret Atwood
Me muero por que alguien me abrace y diga mi nombre.
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Los testamentos de Margaret Atwood
Fue una crueldad desde el principio prometerles igualdad, ya que por naturaleza son incapaces de alcanzarla. Ya hemos iniciado la compasiva tarea de rebajar sus expectativas.
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Alias Grace de Margaret Atwood
Al fin y al cabo, el barco era solo una especie de barrio pobre ambulante
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Alias Grace de Margaret Atwood
No saben que los criados se llevan, con una cuchara por detrás, mucho más de lo que el patrón trae con una pala por la puerta delantera
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Alias Grace de Margaret Atwood
No comprende que la culpa no procede de lo que has hecho, sino de lo que los demás te han hecho a ti.
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Ojo de gato de Margaret Atwood
El pasado nunca es vistoso mientras vives en él. Sólo lo es desde una distancia segura, más tarde, cuando puedes verlo como un decorado y no como la horma en que se ha moldeado tu vida.
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Ojo de gato de Margaret Atwood
Las cosas que se caen a pedazos me dan aliento: más o menos, me encuentro en mejor estado que ellas.
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¿En qué año se publicó originalmente?