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Nosotros de Manuel Vilas
Un mar sin civilización al lado pierde interés, porque solo es naturaleza. A la naturaleza le sienta bien la cultura, el arte y la filosofía, porque la mejoran. Eso es el prestigio. Una playa puede ser muy paradisiaca, pero si no sale en una novela, o en una película, no tiene prestigio. Los griegos y los romanos son fundadores del turismo de calidad, de solvencia cultural. Si te bañas en el Mediterráneo, Aristóteles te mira. Si te bañas en el Caribe, no te mira nadie.
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Nosotros de Manuel Vilas
El Mediterráneo (...) es un mar muy misterioso, de ahí su éxito. Cualquier otro mar no sirve. El Mediterráneo es el jefe de los mares. El capitán general. El emperador, algo así. En otras palabras: el puto amo. Yo creo que tiene que ver con el sol. El sol cae sobre el mar de una manera especial, no lo hace así en ningún otro sitio del planeta (...). El Mediterráneo es interesante porque en sus costas se fundaron Grecia y Roma, y eso acaba siendo definitivo. Puede haber mares mejores, más hermosos, más paradisiacos, como los mares tropicales, pero no tiene a Aristóteles, o a Homero, o a Platón, o a Aquiles, o a Virgilio.
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Nosotros de Manuel Vilas
Comían y cenaban en restaurantes con terrazas al mar. Se hospedaban en hoteles con vistas al mar. Y cogidos de la mano miraban las olas, el brillo de las aguas, la mansedumbre lejana de las mareas, esa forma de vida inalterable que tenía que ver con el don que les había sido regalado por la naturaleza, aunque la relación íntima entre el mar y ellos les era completamente desconocida, solo albergaban una remota intuición de un parentesco perdido en la noche de la especie humana. Recuerdos de Irene. Irene. Si miro el mar, da igual todo. Si miro el mar, el tiempo no existe. Si miro el mar, me lo puedo inventar todo. |
Alegría de Manuel Vilas
Cuando un ser humano no puede conectar, unir el pasado que vivió y el presente que vive, se vuelve melancólico, se agrieta su mirada, pero también madura su vida de otra forma, y esa madurez vale la pena.
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Alegría de Manuel Vilas
La bondad es uno de los milagros que más me han conmovido, a veces la bondad de los demás hacia mí me ha hecho sentirme culpable.
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Alegría de Manuel Vilas
Me di cuenta de que prefería su alegría a la felicidad. Porque la alegría es mejor que la felicidad.
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Alegría de Manuel Vilas
El pasado de cualquier ser humano se convierte en un fantasma, pero tenemos que hacer el esfuerzo y recordar, porque recordar nos engrandece, nos eleva más allá de la vida y de la muerte, más allá de la historia, de la política y de la humillación.
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Lou Reed era español de Manuel Vilas
Hay muchas formas de vivir, infinidad de razones para que la vida comience. La vida solo merece ser contada si ves en ella un viaje
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Lou Reed era español de Manuel Vilas
Soy industria y soy gente consumiendo. La industria y el comercio son inmortales. Y soy millones de seres humano amándose, eso es muy hermoso. Soy hermosura. Porque un país es hermosura. Tú también fuiste un país, tú fuiste un país de palabras y de canciones. Como fuimos países deberíamos habernos casado |
Manuel Vilas
Llevo mucho tiempo sin beber. En España, la ayuda que recibe un exalcohólico es facilitarle que vuelva a beber. Yo creo que en España no existe el perdón de los pecados. De ahí que al final nadie pueda salir del alcohol en España, de ahí la expectación que despierta un exalcohólico español: a ver cuándo cae, a ver cuándo vuelve a beber. Dará gusto verlo caer otra vez. Ya de esta última no se levantará. Y aplaudiremos. Y diremos: «Se veía venir». Ese es el misterio de España por el que se preguntan los historiadores y se preguntan los hombres de buena voluntad y se preguntan los escritores inteligentes y se preguntan los intelectuales honestos: ver caer a la gente, eso nos pone a mil. No somos buena gente entre nosotros. Cuando salimos fuera parecemos buena gente, pero entre nosotros nos acuchillamos. Es como un atavismo: el español quiere que mueran todos los españoles para quedarse solo en la península ibérica, para poder ir a Madrid y que no haya nadie, para poder ir a Sevilla y que no haya nadie, para poder ir a Barcelona y que no haya nadie. Y yo lo entiendo, porque soy de aquí. + Leer más |
Ordesa de Manuel Vilas
Cuántas veces llegaba yo a mi casa, cuando tenía diecisiete años, y no me fijaba en la presencia de mi padre, no sabía si mi padre estaba en casa o no. Tenía muchas cosas que hacer, eso pensaba, cosas que no incluían la contemplación silenciosa de mi padre. Y ahora me arrepiento de no haber contemplado más la vida de mi padre. Mirar su vida, eso, simplemente. Mirarle la vida a mi padre, eso debería haber hecho todos los días, mucho rato. |
Manuel Vilas
MUJERES No las ves que están agotadas, que no se tienen en pie, que son ellas las que sostienen cualquier ciudad, todas las ciudades. Con el matrimonio, con la maternidad, con la viudedad, con los golpes, ellas cargan con este mundo, con este sábado por la noche donde ríen un poco frente a un vaso de vino blanco y unas olivas. Cargan con maridos infumables, con novios intratables, con padres en coma, con hijos suspendidos. Fuman más que los hombres. Tienen cánceres de pulmón, enferman, y tienen que estar guapas. Se ponen cremas, son una tiranía las cremas. Perfumes y medias y bragas finas y peinados y maquillaje y zapatos que torturan. Pero envejecen. No dejan las mujeres tras de sí nada, hijos, como mucho, hijos que no se acuerdan de sus madres. Nadie se acuerda de las mujeres. La verdad es que no sabemos nada de ellas. Las veo a veces en las calles, en las tiendas, sonriendo. Esperan a sus hijos a la salida del colegio. Trabajan en todas partes. Amas de casa encerradas en cocinas que dan a patios de luces. Sonríen las mujeres, como si la vida fuese buena. En muchos países las lapidan. En otros las violan. En el nuestro las maltratan hasta morir. Trabajan fuera de casa, y trabajan en casa, y trabajan en las pescaderías o en las fábricas o en las panaderías o en los bares o en los bingos. No sabemos en qué piensan cuando mueren a manos de los hombres. + Leer más |
Ordesa de Manuel Vilas
Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido y que el dolor tuviera materia y medición. Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré.
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Ordesa de Manuel Vilas
Mi madre era igual que yo, mi madre desesperó a mi padre y mi padre se enfureció con mi madre y heredé el trueno del ruido y la furia, que nos es otra cosa que las ganas de romper objetos, de romper ventanas, de romper platos, de romper puertas, de pegar patadas a los muebles, y de arrojarte al fin al vacío. Dios, como me gustan los desesperados. Son los mejores. |
Ordesa de Manuel Vilas
La Historia es también un cuerpo con remordimientos. Tengo cincuenta y dos años y soy la historia de mí mismo.
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Gregorio Samsa es un ...