Ordesa de Manuel Vilas
Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportare.
|
Ordesa de Manuel Vilas
Todo hombre acaba un día u otro enfrentándose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportare.
|
Los besos de Manuel Vilas
Sin embargo, todo da igual si no estás enamorado. De qué te sirve tener el cerebro y la inteligencia de Carlos Marx o de Albert Einstein si no estás enamorada. Y ahí está el misterio
|
Los besos de Manuel Vilas
Nos besamos y nos acariciamos la cara con ternura, con mucho anhelo de ternura, porque a la edad que tenemos Altisidora y yo, la ternura sin palabras es el mayor bálsamo.
|
Los besos de Manuel Vilas
Si dudas, si piensas que no eres capaz de darlo todo, entonces no estás enamorado...
|
Roma de Manuel Vilas
Dijo que era la iglesia más hermosa de toda Florencia y me acompañó hasta el autobús. Casi no tuvimos tiempo de despedirnos porque el autobús marchaba ya. Le di un abrazo urgente, rápido, pero verdadero. Los mejores abrazos se ofrecen delante de un autobús que casi vamos a perder. Llegué a San Miniato y la lluvia arreciaba. |
Dos años felices de Manuel Vilas
La patria única de los solitarios, en este fin de siglo, son las grandes superficies comerciales, donde la muchedumbre exhibe su vulgaridad, donde se respira las fantasías de la democracia, donde los ojos apicarados de la masa se fascinan ante el delirio de la posesión de objetos. La soledad de tu mano que busca el enser para ser comprado y trasladado a la soledad de tu casa, donde en soledad será poseído y usado.
|
Ordesa de Manuel Vilas
La muerte de los objetos es importante. Porque es la desesperación de la materia, la humilde materia que nos acompañó y estuvo a nuestro lado mientras la vida se estaba cumpliendo.
|
Ordesa de Manuel Vilas
Mientras sonreímos, por dentro desfallecemos. Si elegimos sonreír en vez de caernos muertos en medio de la calle es por elegancia, por ternura, por cortesía, por amor a los otros, por respeto a los otros.
|
Ordesa de Manuel Vilas
Por muy mal que te vaya en la vida, siempre hay alguien que te envidia. Es una especie de sarcasmo cómico.
|
Ordesa de Manuel Vilas
A mi padre en Barbastro lo querían los enfermos, los retrasados, los pobres, los locos, los desgraciados. Era un imán para la desdicha.¿De dónde sacó ese raro don? Era un don que salía de las profundidades de la tierra que le vio nacer, de allí, de esa tierra, del Somontano. Era raro mi padre, ¿por qué siempre se le acercaban los tontos y se ponían a hablar con él? Yo creo que era porque mi padre era profundamente bueno. Su bondad fue legendaria. |
Ordesa de Manuel Vilas
Ojalá pudiera medirse el dolor humano con números claros y no con palabras inciertas. Ojalá hubiera una forma de saber cuánto hemos sufrido, y que el dolor tuviera materia y medición. Todo hombre acaba un día u otro enfrentandose a la ingravidez de su paso por el mundo. Hay seres humanos que pueden soportarlo, yo nunca lo soportaré.
|
|
Manuel Vilas
Desamparo de la lengua. Oh, tú, lengua desamparada. Tal vez yo me haya convertido en tu último apóstol. Los hijos de los mexicanos que nacieron en la tierra de Abraham Lincoln a duras penas hablan la lengua de sus padres. Oh, tú, lengua de los pobres. A ellos, sí, a ellos, cuando los veo en las prósperas ciudades anglosajonas trabajando en los peores trabajos, les digo con amor: “háblalo, enséñalo a tu hijos, el español, estas sílabas nuestras, estas sílabas caídas”. Ellos me miran con gesto interrogante, incómodo, como diciendo “cállese, se lo ruego”. Oh, sílabas españolas dichas en voz baja para que no sean oídas por el gringo rico. “Cállese, cállese, se lo ruego, usted viene de España, usted tiene suerte, pero yo no”. Cocineros de bares humeantes, dependientas en tiendas outlet, camareras y camareros, conductores de autobuses, limpiadoras y sirvientas, pieles oscuras en trabajos duros, en obras, en fábricas, en la industria tóxica, en la basura, oh, lengua desamparada, allí dicen tus sílabas con miedo y vergüenza, con pena. Oh, lengua desamparada ven a mi corazón desamparado. Dila a tus hijos, yo les digo, y el verbo decir se disuelve para siempre. Oh, lengua de los humillados, yo soy tu último apóstol. Tu novio, tu sangre, tu amor. Oh, lengua de los sacrificados para que el mundo rico siga siendo rico, yo te doy el último beso. Oh, lengua del desamparo, vuelve a mí, entra en mi corazón, contempla cómo tu soledad halla hermanamiento con la mía, que es siete mil veces más grande y más antigua que la tuya. + Leer más |
Alegría de Manuel Vilas
Cuántas cosas ocurren en mi vida que no puedo compartir con nadie, y eso me está matando. Me está matando esta soledad, esta enfermedad.
|
Alegría de Manuel Vilas
Da igual dónde yo esté, siempre están conmigo todos mis fantasmas. Si viajo, viajan ellos.
|
Alegría de Manuel Vilas
No ver morir a alguien que ha sido importante en tu vida es un misterio, pero ocurre constantemente. No saber nada de los últimos años de alguien que fue crucial en tu vida, no saber ni un número de teléfono, ni un domicilio, precipita una sensación de irrealidad profunda.
|
Alegría de Manuel Vilas
Todo hombre o mujer que haya cambiado radicalmente de vida oye una voz, que hace siempre la misma pregunta: "¿Ha valido la pena?". Es la pregunta más triste y más acobardada que existe, porque está llena de inmadurez y de miedo, y no sabe darse cuenta de una verdad inflexible de la vida: solo existe el presente.
|
Alegría de Manuel Vilas
Pero quiero recordar a los españoles y las españolas, que son gente de extraordinario buen corazón. Me importa bien poco la literatura, yo quiero el amor de la gente, por eso me hice escritor. Porque descubrí algo, descubrí que las palabras enamoran y sirven para no estar solos. Y descubrí que todos los españoles y las españolas con quienes he hablado este último año amaban a sus padres y a sus madres. Eso fue maravilloso. |
Alegría de Manuel Vilas
Veo a Federico García Lorca fundirse con España. Veo la belleza absoluta, porque Federico García Lorca fue la belleza absoluta.
|
Alegría de Manuel Vilas
Y yo viendo a mi familia pienso que se puede ser muy feliz y estar siempre alegre en este país que se llama España.
|
La edad de la inocencia