Una preciosa modelo sin ombligo ha desaparecido en Madrid. Los inspectores Martínez y Pieldelobo tienen que trabajar juntos por primera vez pero la relación entre ellos no va a ser nada fácil. Les separan unos cuantos años y una generación, además de una forma diferente de trabajar. Él, el inspector Martínez, tiene cincuenta años y dos hijos y está profundamente enamorado de su esposa. Es un cacho pan, con un humor a prueba de bombas. Ella, Pieldelobo, es una mujer despampanante que, obviamente, no quiere que en la policía se la valore por su físico. Tiene treinta años, mucha formación y bastante mala leche.
Martínez y Pieldelobo tendrán que recorrer varios lugares de España en pos de un asesino que parece matar conforme a determinadas consignas de la Biblia.
Me ha encantado; así, sin paños calientes. Me lo he pasado pipa con esta novela que me ha hecho reír pero también llorar. Y todo ello se lo debo al inspector Martínez de quien me confieso fan número uno. Me han gustado los personajes y los fantásticos escenarios (de los cuales conozco personalmente dos de los tres) y me ha encantado la trama, con esas referencias religiosas y muchas sorpresas.
Martínez es, como digo, una de las cosas que más me han gustado del libro. He conectado con él desde el minuto uno. Me encanta su forma de ser, de tratar a la gente, su filosofía de vida y ese humor socarrón que le pone a todo. Me ha parecido un libro divertido y eso no me lo esperaba. No recordaba ese humor en “La huella del mal”, no creo que lo hubiese; y me ha sorprendido y encantado. He sonreído durante la primera mitad del libro e, incluso, he soltado unas cuantas carcajadas. Pero, de repente, cuando más confiada me encontraba, hay un giro absolutamente inesperado que me dejó en estado de shock y me cortó las risas de raíz. A partir de entonces, el sentimiento que el libro me produjo fue de emoción y confieso haber soltado alguna lagrimilla. Que la misma persona me haga reír y llorar hace que este libro pase a estar entre mis mejores lecturas del año.
Pero hay más, claro. Los escenarios, por ejemplo, que son fantásticos. Conozco dos, San Juan de la Peña (la cosa más coqueta y curiosa que os podáis imaginar, en un entorno alucinante) y el santuario de Aránzazu (que, a pesar de tenerlo cerca, confieso que su estética no me emociona especialmente –aunque hay que reconocer que el entorno es también precioso-). En todo caso, el autor describe tan bien los escenarios que tal parece como si estuvieras allí.
Y qué decir de la trama. Una historia compleja mezclada con elementos religiosos (como a mí me gusta, que se mezcle con temas de este tipo, o culturales, históricos, etc…). Una trama en la que hay varios giros más o menos inesperados y unas cuantas sorpresas. Una trama muy bien llevada en la que todo encaja perfectamente.
Y todo esto contado de una forma deliciosa que te hace reír y llorar pero que, sobre todo, te mete dentro de la historia y hace que quieras, que necesites, seguir leyendo para ver qué ha pasado y por qué. Un libro entretenidísimo que no he podido leer más a gusto.
Además, decir que es un libro muy actual en el que el mundo de las redes sociales, los modelos e influencers tienen un importante papel.
Conclusión final
Si aún no la habéis leído, ya estáis tardando. Es una de mis mejores lecturas del año, uno de los libros que más he disfrutado. Y por eso, recibe cinco estrellas como cinco soles. Absolutamente recomendable.
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