En una 'Una nueva vida', una edición preparada por su primogénito Jeff Berlin que incluye artículos y textos biográficos.
Enlace: https://www.diariovasco.com/.. |
En una 'Una nueva vida', una edición preparada por su primogénito Jeff Berlin que incluye artículos y textos biográficos.
Enlace: https://www.diariovasco.com/.. |
Se trata de una compilación realizada por su hijo Jeff, que incluye cuentos, ensayos y extractos de sus diarios personales.
Enlace: https://www.telam.com.ar/not.. |
Conocí a Lucía Berlín con su relatos publicados en “Manual para mujeres de la limpieza” y recuerdo que, leerla por primera vez, fue como reencontrarme con una vieja amiga. Su capacidad de sacar una historia desde cualquier imagen, recuerdo, sensación o pensamiento, hacen que sea como asomarte en un espejo, pues lo que hace es relatar la vida misma. Asomarse a ella con toda su crudeza, pero también sabiendo encontrar la belleza detrás de cada cosa. Ahí radica para mí la magia de esta autora, inspirándose en su propia vida, que estuvo marcada por muchas alegrías pero también por penas , es capaz de crear historias, que aún siendo muy breves algunas de ellas, consiguen despertar múltiples reflexiones y emociones en el lector. Muchas veces por empatía por lo que narra o, al contrario, creando rechazo o desasosiego, como sea, pero su lectura no deja indiferente. Relatos que quedan para siempre en la memoria del lector, destaco entre todos el que da título al libro y que refleja el sentimiento que todos hemos tenido alguna vez de querer huir de nuestra propia existencia, poder partir de cero borrando de un plumazo todo y también el titulado “Diseñar la literatura: el autor como tipógrafo”, porque me permitió conocer un poco más el proceso creativo como escritora de la autora. Además, en esta ocasión, no solo podemos disfrutar de relatos inéditos en nuestro idioma, rescatados por su hijo después del fallecimiento de la propia Lucía, sino de artículos, ensayos o notas de su propio diario. Así descubrimos a una mujer que tuvo que reinventarse muchas veces a lo largo de su vida, que tuvo una existencia en la que vivió en múltiples lugares, desempeñando diferentes trabajos. Una vida apasionante que, gracias a que desde muy jovencita quiso plasmar con la escritura, ahora la podemos disfrutar los que amamos sus relatos. He disfrutado mucho con la lectura de “Una nueva a vida”, sobre todo por poder ahondar un poco más en la vida de la autora a través de las notas de su hijo, que acompañan el final de cada capítulo, así como de los fragmentos de su propio diario. Una autora brillante y con un estilo narrativo único. Escritora imprescindible de la literatura contemporánea y que no puedo sino recomendar. + Leer más |
Lucia tuvo una vida truculenta, devastadora en muchas ocasiones, con episodios casi de ficción, pero siguió en pie. Esto lo podrás descubrir en la parte final de este libro con su cronología vital. Es por eso que creo que los relatos de Lucia cogen peso cuando te enteras de que muchos salen de lo biográfico. Cuentos que nacen de esa realidad llena de obstáculos y turbulencias. Su manera de relatar me ha enseñado y me ha acostumbrado a no esperar un final o una conclusión porque seguramente no exista. Son relatos de la experiencia, de momentos determinados que nacen de una sensación, un recuerdo… Los cuentos de Berlin no tienen la necesidad de acabar en un punto determinado. Importa lo qué se cuenta y cómo se cuenta. Además, son el vivo reflejo de la sociedad estadounidense de los años 50, 60… por eso algunos personajes presentan comentarios racistas o clasistas. No en todos los relatos, pues también hay espacio para los cuidados o el amor. Eso si, casi todos ellos están narrados de mujeres. En pocas ocasiones la voz del cuento es un hombre. Este libro es un regalo para quienes nos gusta Lucia. Es como si el mosaico de sus obras se fuese completando. Si has leído sus relatos anteriores, encontrarás este libro una sensación familiar. Su éxito ha sido póstumo, así que más nos vale exprimir cada uno de los relatos inéditos que su familia nos va desvelando. Eso si, si nunca leíste a Lucia te recomiendo comenzar por “Manual para mujeres de la limpieza” Es brillante. + Leer más |
"Manual para mujeres de la limpieza" es un recopilatorio póstumo de relatos de la escritora estadounidense Lucía Berlín. Los relatos de Lucía Berlín reflejan sus propias experiencias vitales, cuentan sin adornos los entresijos de una vida intensa y a menudo complicada. Son directos, potentes, crudos... pero al mismo tiempo muestran ansia por vivir, por seguir exprimiendo cada minuto de vida. La lectura de relatos, aparentemente inconexos, puede resultar lenta o difícil pero, poco a poco, vas descubriendo que son piezas del rompecabezas fascinante que constituye la propia Lucía y deseas ir construyendo su historia página a página. Te esperamos en EntreLibros |
En una 'Una nueva vida', una edición preparada por su primogénito Jeff Berlin que incluye artículos y textos biográficos.
Enlace: https://www.burgosconecta.es.. |
De los primeros desencantos y heridas a una madurez en la que no queda más que asumir con valentía las contradicciones, errores y flaquezas, los cuentos de Una nueva vida revisitan los temas que definen la narrativa de Lucia Berlin: el amor, la maternidad, el sexo, la amistad y rivalidad entre mujeres, la literatura misma y, como nunca antes, la muerte. A estas historias protagonizadas por mujeres que podríamos afirmar son, muchas veces, un mismo personaje de mil rostros y nombres, le siguen una serie de artículos que entrelazan anécdotas y reflexiones sobre los procesos creativos, y los diarios de las estancias de la escritora en París, Yelapa, Cancún, Boulder y Berkeley entre 1987 y 1991, junto con los valiosos comentarios de Jeff Berlin y un apéndice biográfico que, basado en los recuerdos de su hijo y cientos de cartas, condensa episodios y detalles clave acerca de la vida de Berlin y la composición de su obra. Ficción, testimonio y confidencias se iluminan mutuamente a lo largo de un recorrido literario en el que las vivencias personales se transforman en literatura y el acto de escribir se revela como tabla de salvación, un modo de existir a pesar de todo. No defraudará a los seguidores de la escritora.
+ Leer más |
Con Lucía Berlin me ha pasado igual que con otros autores de habla inglesa. No sé si es porque no hablo inglés y debo asumir que las traducciones son buenas, o simplemente que no son para mí. Acabo siempre por reconocer que no me importa nada lo que me cuentan. Más allá de valorar su pericia como escritora y muy buenas frases repartidas por aquí y por allá, no consigo emocionarme. Ni pensar más allá de cinco segundos cuando cierro la tapa del libro. Me quedan algunos relatos aún por terminar, pero la opinión ya está formada.
|
Este libro de relatos lo he ido leyendo poco a poco, entre otras lecturas que requieren más atención para seguir el hilo. Están escritos con un lenguaje directo, sin muchas florituras, a veces irónico, a veces divertido... Me ha gustado conocer a la autora, conocer de su vida y las dificultades por las que pasó. Se aprecia en cada relato un poco de sí misma, de su experiencia personal y cercana; una vida difícil e intensa que se refleja en sus escritos. Quizá es uno de los libros que he estado leyendo durante más tiempo, unas cinco semanas en las que lo he tenido muy a mano para ir leyendo los relatos poquito a poco, unos cortitos, otros más largos, pero todos interesantes y amenos. Ha sido un privilegio leer a Lucía Berlin y conocer buena parte de su bibliografía. Se aprecia mucho más conociendo su azarosa vida y lo que hay de ella misma y sus experiencias en cada relato. Lo considero muy recomendable. ¡Feliz lectura! |
Tengo mucho que decir. Empecé este libro porque iba a ser la próxima película de Almodóvar y yo adoro. Así que me dije "qué buena oportunidad para comparar libro y película". Desgraciadamente, el director ha abandonado el proyecto, pero igualmente le di una oportunidad. ¿Qué ha pasado? Hasta casi más de la mitad del libro me ha aburrido muchísimo. Me ha costado leerlo, hay veces que he leído en diagonal, porque era insufrible. Pensaba puntuarlo con 1 estrella incluso. Me habían vendido este libro, es más en la propia sinopsis, como relatos de mujeres, que llorar, ríen, aman, sueñan bla bla bla. Así que a medida que iba leyendo era un caos, se repetían las mujeres, había saltos en el tiempo, no entendía nada, no sabía quién era quién. He estado apunto de abandonar. Pero no quería tirar la toalla así que decidí mirar las reseñas en Goodreads y qué me encuentro .. DAMN todo 5 estrellas y pensé "qué hay en este libro que no consigo ver" ¿por qué no me está gustando?" Después de buscar información sobre la autora, (no me haré la cool, Wikipedia de toda la vida) es cuando entendí el porqué de todo este libro. En primer lugar es póstumo así que, quieras que no, la obra cobra otro sentido, despierta un interés por la autora y además son pequeños cuentos sobre su vida, ella es la protagonista rodeada de mujeres increíbles y hombres a los que ama. Es entonces cuando lo empecé a disfrutar poniéndome en la piel de la autora. De ahí mis 3.5/4 estrellas. Si tuviera que quedar con un pequeño fragmento del libro sería este : Han pasado siete años desde que moriste. Por supuesto ahora diré que el tiempo ha volado. Me he hecho vieja. Sin previo aviso, de repente. Me cuesta caminar. Incluso se me cae la baba. No cierro la puerta con llave por si me muero mientras duermo, aunque es más probable que siga decayendo hasta que me metan en algún sitio donde no estorbe. Ya empiezo a chochear. Aparqué el coche al doblar la esquina porque había alguien donde suelo dejarlo. Luego vi el lugar vacío y me pregunté dónde me habría ido. Hablar con el gato no es tan raro, pero me siento ridícula, porque el mío está completamente sordo. Así que me ha gustado porque soy una cabezota. Pero si me llegó a fiar de la propia sinopsis del libro, hubiera esperado a la película. + Leer más |
Lydia Davis, en el prólogo al libro, nos dice que “Parte de la chispa de la prosa de Lucia está en el ritmo: a veces fluido y tranquilo, equilibrado, espontáneo y fácil; y a veces entrecortado, telegráfico, veloz.” Gustándome la mayor parte de los relatos, mi entusiasmo con el libro se debe más a los segundos, los entrecortados, los que parecen saltar caprichosamente de memoria en memoria. Seguramente tenga toda razón Davis cuando adjudica el adjetivo espontáneo al primer bloque de cuentos. Sin embargo, son los del segundo los que a mí me han transmitido un mayor aire de libertad, una mayor sensación de "verdad", de falta de filtros, y más me han emocionado. A esa capacidad para emocionarme se suma (más bien, se multiplica) su capacidad para sorprenderme, su inteligencia para sugerir mucho con muy poco, su habilidad para envolver en sonrisas, ya compasivas ya alegres ya amargas, la tristeza, la desilusión, la añoranza que rezuman muchos de sus relatos. Lucía es una mujer con un enorme atractivo físico y personal, con una mirada que te atrapa y te somete, y no me refiero solo a sus ojos, preciosos, sino también a como esos ojos ven, a como esos ojos nos ven y, por encima de todo, a como ven a Lucía. Contradiciendo a la cita de Huidobro que encabeza uno de los mejores cuentos (“A ver esa sonrisa”), esa mirada, esos ojos, atraen más que la tumba, quizás porque trasmiten lo mismo que ella. Cualquiera hubiera podido advertirle aquello que le auguró una adivina: tendrás muchos amores y muchos problemas. Estar cerca de ella debió de ser lo más parecido a estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo, incluso de forma simultánea. Una persona impredecible, contradictoria, intensa tanto para lo bueno como para lo malo, incapaz de evitar la tentación, de sustraerse al placer del momento o de evitar el dolor momentáneo sin que las consecuencias que sus actos puedan tener sobre sí misma o en los demás pasen en ningún momento por su cabeza o tengan la fuerza suficiente para retener sus instintos. Alabo el conocimiento que tenía de sí misma y su valentía al afrontar su interior y hacernos partícipes de él (fantástico y terrible la verdad de Silencio). Y, aunque nos pone delante su infancia y la relación que mantuvo con su madre, no tengo la impresión de que Lucía se parapete tras ese escudo, al menos no totalmente. En fin, qué terrible y qué maravilloso tuvo que ser estar a su lado. + Leer más |
Fue un verdadero regalo leer este libro, puesto que son relatos tan extraordinariamente narrados y tan bien retratados, que nos asomamos y percibimos la historia de una vida con absoluta atención y sin detenernos, ya que lo que nos encontramos es una vida apasionante aunque nada fácil. Estupenda, excelente y maravillosa lectura, que hice ya hace bastante tiempo, cuando se publicó el libro. Creo que fue por el año 2017 cuando lo leí. Pero siempre tomo notas e incluso hago reseñas bastante desarrolladas. Es una antología, una selección de los mejores relatos de la autora y con una introducción de su amigo el escritor Stephen Emerson, que se presentaron por primera vez en español en el año 2016 , tuvo una gran acogida, la crítica lo aplaudió y se hicieron numerosas ediciones. Son cuarenta y tres relatos basados en sus propios recuerdos, de una vida itinerante. intensa y agitada que vivió en diferentes lugares, México, Arizona, Chile, Nueva York, California, que tuvo cuatro hijos, tres matrimonios, distintos puestos de trabajo, enfermera de urgencias, mujer de la limpieza, recepcionista, también profesora, un alcoholismo con el que lucharía toda su vida, problemas económicos… Trabajó de todo porque tenía que mantener a sus hijos. Una vida difícil y problemática que me hizo recordar a otras escritoras como Anne Sexton, o Shirley Jackson. Es evidente el uso de su experiencia personal para componer estos relatos, muy singulares, a veces dramáticos, también pintorescos y muy variados aunque van más allá de lo personal con un estilo natural y espontáneo, un lenguaje muy particular e historias llenas de sorpresas, con episodios del día a día. Nos cuenta las vidas desorientadas y desastradas de personajes maltratados por la vida, pero al mismo tiempo, inteligentes, sensibles, valientes y absolutamente reales. Son historias vibrantes que ponen en funcionamiento nuestro cerebro y todos nuestros sentidos. Pasa de un tema a otro, del presente al pasado, nombra con diferentes nombres a su personaje y sobre todo, con unos finales sorprendentes e inesperados. Cualquiera de ellos es impactante, intenso y brillante. Por quedarme con algunos, puedo elegir el titulado “Melina” simplemente por ser uno de los menos crudos y más amables, pero todos son irresistibles. También citaré el titulado “Hasta la vista” sobre el paso del tiempo en una relación con momentos de felicidad. Pero es que no es necesario seguir con más ejemplos porque son todos excelentes relatos que merecen la pena ser leídos. Todos. Algunos de ellos son demoledores como aquellos en los que aparece su madre fría y alcohólica o su hermana enferma terminal a la que cuidará hasta su muerte. Me ha gustado mucho y me han parecido también, literariamente brillante, expresado con naturalidad y espontaneidad, fue todo un descubrimiento conocerla y leerla. Se hablaba mucho de este libro y qué bien hice en atender y leerlo. "Los cuentos dicen cosas de mí que no fui capaz de reconocer en el momento en que los escribía. Cuando digo en Lavandería Ángel, que el indio y yo estábamos conectados, que nos reflejábamos en el mismo espejo... Me estaba diciendo a mí misma, estúpida e idiota de mí, que era alcohólica y tardé 20 años en darme cuenta de que la historia quería decirme eso", anota la escritora. En la distribución y el orden de los relatos, también percibimos el paso del tiempo desde su juventud hacia la vejez. Y el resultado es extraordinariamente sugerente. En definitiva de lo que trata es de una gran experiencia humana, que nos traslada más allá de lo puramente personal abriéndonos las puertas hacia el mundo. Lucia Berlin se trasladó, finalmente, a un garaje acondicionado como vivienda junto a la casa de su hijo, en Los Ángeles. Murió el día en que cumplía 68 años en el año 2004. Un gran libro y una intensa y emocionante mirada, invitándonos a comprender y a compartir su mundo y el mundo. Si no lo leyeron, acérquense, seguro que les resultará entrañable. + Leer más |
Lucia no se parece a nada de lo que he leído antes. Me parece auténtica y única. Relatos con cierta reminiscencia de anécdotas y situaciones de su propia vida, algo llamado “auto-ficción “. Cada vez que acababa algunos de sus relato sólo me preguntaba “¿en serio vivió algo así?” Todos mezclados y sin orden necesariamente. Sus protagonistas son, en su gran mayoría, mujeres a las que la vida se ha encargado de ponerlas muchos obstáculos. Sobreviven y avanzan. No quiero hablar de que se adaptan porque me parecería cruel e injusto tener que adaptarse a tanta circunstancia turbulenta, a tanta situación extrema… cómo si fuese normal tener que pasar por tales experiencias. No. Me niego. Porque en este libro se relatan violencias: precariedades, adicciones, pobreza, etcétera. Los relatos del final me han parecido sin duda alguna los más duros, hay dos en concreto que tuve que cerrar el libro para procesar lo que había leído (Mijito y Carmen). Me gustaría destacar los que a mí más me han gustado: Amigos, Penas, Bonetes azules, Espera un momento. Quiero resaltar la escritura de Lucia. Algunas descripciones son bellísimas. Directamente teletransportándote a la escena que narra. Y el final de los capítulos me parecen originales, en algunos sin llegar necesariamente a una conclusión. Son escenas, punto. Lucia era ingeniosa. A veces he pensado que me recordaba demasiado a la película de Agosto con esa figura materna que resulta ser adicta, dura y sincera sin escrúpulos. Y, a su vez, otros relatos me recomendaban al libro “Casas Vacías” de Brenda Navarro. Si lo habéis leído ¿alguien piensa igual que yo en esto? Me encantaría coincidir con alguien! + Leer más |
Lucia Berlin. Pronunciado Lu-sí-a La descubrí con “Manual para mujeres de la limpieza” y supe que quería seguir leyéndola. Y eso que el panorama que relata a veces no es dulce ni agradable. Aún así su escritura es como adictiva. Y creo que los relatos así también son necesarios, reivindicativos. Nunca sabes por dónde saldrá el relato ni cómo terminará, incluso a veces no tienen un final definido porque simplemente te estaba contando un momento exacto en la vida de sus personajes… solo has sido espectador de un pedacito de vida. De cada una de sus historias, la mayoría, por no decir todas, sus protagonistas suelen ser mujeres. Mujeres que no lo tienen en absoluto nada fácil. Madres solteras, familias separadas, mujeres casadas y cansadas de que no se las escuche, siempre ellas detrás de lo que él desea y nunca siguiendo sus propios deseos, la monotonía, ambientes de alcoholismo, drogas en algunos casos... Siempre ellas cuidando, siempre pendientes. Mujeres con mucho diálogo propio. Y aún así siempre hay algo en sus relatos que parece esperanzador, un pequeño oasis o paraíso entre todo lo malo. Algo a lo que agarrarse. Tiene tintes autobiográficos cómo su relación con el alcohol que consiguió superar, también sobre su familia: sus abuelos, su madre, etcétera. A veces te hace creer que un personaje está relacionado con el de otro relato, puede que sí, puede que no. Como siempre, Lucia tiene párrafos muy certeros, sensibles, otros cargados de violencia, de denuncia, humor… Lucia es versátil. Indudablemente me quedo con mis dos favoritos: Perdida en el Louvre y Luna nueva, siento este mi favorito porque me ha parecido casi poético. Me encanta Lucia. Y no quiero dejar de conocerla nunca. ¿Alguien por aquí que también se declare admiradora de la Berlin? + Leer más |
Los libros de cuentos y relatos son dosis que me doy entre libros gruesos, o entre vuelo y vuelo de trabajo. Este me lo dosifiqué de esa manera y no quería que se me acabara. Que maestría señora mía!!! Que belleza su manera de escribir!!!! Todos sus cuentos son geniales, de la vida ordinaria y cotidiana, más aún un "bravo" de hacer de tan poco una genialidad. Cómo conviertes la ordinariez en belleza? A través de la pluma de Lucía Berlín! El ritmo, la cadencia. Vas sintiendo por ritmo el sonido mientras lees. Despacio, muy lento, rápido, híper veloz. Ohhh...ohh.....frena, espera, y no, te subes a ese ritmo. Su alcoholismo, sus miserias, sus padres, su hermana, la enfermedad, México, USA, el mar, sus matrimonios, sus hijos, sus tantas vidas se muestran aquí como si acudieras a una serie de Netflix. Cuanta honestidad y verdad! Frases vivas, descarnadas, con rostro, de esas que repites en alta voz para decirte: Qué modo de decir las cosas! Qué manera tiene esta mujer de trasmitir! Que sentido de la observación y del manejo de la palabra escrita para regalarlo. Coinciden sonido y significado, definitivamente. Jamás sobran las palabras, porque todo lo dice correcto y suficiente, en una corta oración, aveces partiendo de algo tan simple como la barbilla, o el sonido del viento. Viraje, sorpresa, dinamismo.Cambia de tono, cambia de tema, incongruencia, pareciera que se fue del contexto y te agarra nuevamente y te zambulle en el paralelismo de otra historia que necesita de la anterior. Su presteza es desmedida, también su ingenio. Les comparto un fragmento: " En mis ojos había pánico. Me miré a los ojos y volví a mirarme las manos. Horrendas manchas de la edad, dos cicatrices. Manos nada indias, manos nerviosas, desamparadas. Vi hijos y hombres y jardines en mis manos. Sus manos ese día ( el día en que yo me fijé en las mías) agarraban las perneras tirantes de sus vaqueros azules... " " Desde que me alcanza la memoria siempre he tenido un don para quedar mal..." + Leer más |
Manual para mujeres de la limpieza no es un manual. Tampoco va dirigido a las Kellys. Sí podemos reconstruir la biografía de una mujer, la autora, Lucia Berlin, que durante una temporada trabajó como limpiadora. Este libro es una colección de relatos que, a pesar de la objetividad con la que están narrados, descubren la vida problemática de su autora. La mayoría de estos relatos son de carácter realista, son retratos de una sociedad que no es precisamente bella, lo bello es vivir en esa realidad de manera auténtica. Esto nos lleva a pensar en el realismo sucio de Bukowski o de Raymond Carver, pero el de Lucia Berlin tiene un enfoque literario que lo hace menos sucio, igual de preciso y sobrio pero con cierto humor intercalado en su frase corta. Las situaciones no son extraordinarias, son sucesos vulgares que reflejan tragedias cotidianas que no se resuelven al final del relato, igual que ocurre en la vida. Pero Lucia Berlin brilla en las situaciones más sombrías «Me gusta trabajar en Urgencias […] Las radiografías de los jinetes son alucinantes. Se rompen huesos, constantemente, pero se vendan y corren la siguiente carrera. Sus esqueletos parecen árboles, parecen brontosaurios reconstruidos. Radiografías de San Sebastián». La prosa de Berlin es única, participa de una narrativa fácil, de realismo objetivo, de verdad subjetiva, de la sencillez descriptiva y del buen humor. Y no hay nada más serio, más profundo que relatar una tragedia como si se tratase de algo natural: Me cuesta entender por qué nuestra madre odiaba tanto a los mexicanos […] los olores de México le parecían aún peores que el humo de los coches […] Aquí es fácil que el sexo y la muerte acaben confundiéndose, nunca dejan de latir. Un paseo de un par de manzanas es sensualidad pura, está cargado de peligro. A pesar de que hoy en día se supone que nadie debería salir a la calle siquiera, por el nivel de contaminación… Hasta en lo más desgraciado aparece la alegría de sentirse viva a pesar de la opresión. En los diferentes relatos encontramos cierta continuidad temporal aunque algunos incurran en otros anteriores dando la impresión de que la vida es algo caótica. En Estrellas y santos aparece la infancia triste de la protagonista, que debe luchar contra su madre despiadada, probablemente a causa del alcohol y otras drogas, contra su abuelo, un dentista alcoholizado al que ella misma deberá sacar todos los dientes para ponerle una nueva dentadura, contra sus recelos al ser una niña diferente, con un físico debilitado y una religión protestante en un colegio católico, «Dejé de hablar […] Me mandaron a casa ese mismo día, expulsada del colegio por agredir a una monja […] no fue así, ni mucho menos». Todo lo que aparece refleja una cotidianeidad mediocre; los protagonistas viven situaciones grises, de realismo sucio. Se expresan con un lenguaje directo, pero aun en la crudeza se filtran reflexiones tiernas, inocentes que dejan al descubierto los sentimientos puros, infantiles «en aquellos tiempos me inquietaban muchas cosas, como qué insuflaba vida a las velas y de dónde procedían los sonidos de los pupitres. Si en el reino del Señor todo tiene un alma […] debía existir un cielo. A mí el cielo me estaba vedado porque era protestante». El lector empatiza inmediatamente con el personaje, siente ternura hacia ella porque, estamos seguros, habría merecido una vida mejor. Cualquiera. Nadie debería experimentar el sufrimiento. Ningún niño, al menos, debería sufrir. Y aun en los episodios más desfavorables, la prosa se convierte en pura poesía cuando la narradora se detiene a describir: «Al cabo de mucho rato por fin llegaron las grullas. Cientos, justo cuando empezaba a clarear. Se posaron a cámara lenta sobre sus patas quebradizas […] la superficie plateada del agua se escindió en docenas de arroyuelos». En estos momentos sentimos que somos testigos de la evolución de un relato de costumbres hacia otro de ficción que dará paso a un cuento maravilloso. Es como si pudiéramos interpretar una fabulación cuidada y detallada en la que la autora pasa a un primer plano y destruye la obscena autenticidad. En Manual para mujeres de la limpieza no hay adornos, no encontramos superficialidades. Es el atractivo de una prosa que expone la vida tal cual, son situaciones extraordinarias que se perciben de manera normal; las peripecias peculiares se presentan como cotidianas y la realidad se observa a través de singularidades, «El cuarto de baño era una alfombra de pechos, senos de goma de todos los tamaños y colores […] Bella se rio. — No hagas caso, es mamá, en el tejado. […] En Nochebuena irían lanzando bolsas de juguetes y comida desde el aire y caerían en el suburbio de barracas de Juárez […] —¿Qué hay de Lou y de mí? Unos tigres nos atacaron y le hicieron un bombo, y luego huyeron con mi marido». Tenemos la sensación, en ocasiones, de estar ante una narración del realismo mágico pues, al igual que el movimiento latinoamericano, la estética de Berlin escapa de lo pintoresco para retratar situaciones peculiares. La autora transforma la realidad y la convierte en buena literatura. Los lectores reconocemos la verdad de las situaciones aunque no nos identifiquemos con ellas. La prosa es natural y el narrador, objetivo, aunque a veces cuente la historia en primera persona, incluso en ocasiones se relaciona con el propio personaje y no es raro que en una misma escena cambie de la tercera a la primera persona. En Punto de vista aclara los tipos de narrador que aparecen en las historias, los tipos de personaje. De hecho la protagonista, Lu, Lou, Calotta, Henrietta, señora Lawrence, la chica… es diferente según la situación que protagoniza, según sea narrador o testigo o actante, pero siempre refleja la tristeza absoluta de la autora, el dolor que a veces debe esconderse para poder aliviar otro dolor, el paso acostumbrado de la felicidad al sentimiento apenado «Oye un coche que se acerca despacio hacia los teléfonos […] Henrietta apaga la luz y levanta la persiana junto a su cama, apenas una rendija […] El hombre que habla por teléfono sujeta el auricular con la barbilla […] le observo. Escribo una palabra en el vidrio empañado. ¿Qué? ¿Mi nombre? ¿El de un hombre […] Sea cual sea lo borro antes de que nadie lo vea». La objetividad y el lenguaje cotidiano consiguen aportar un realismo absoluto al relato que, en realidad, se revela a través de verdades emocionales. El estilo de Lucia Berlin permite convertir lo feo en bello, transformar la realidad en algo mejor, pero no edulcorada, es una realidad que conecta con el sentimiento. Probablemente por eso da igual el lugar o la época en la que está escrito el libro; cualquier lector empatiza con las diferentes identidades que aparecen. Descubrimos características distintas de EE.UU, el fracaso social de cierto estilo de vida marginal, descubrimos cierto carácter documental de una época que no colisiona con la nuestra porque el punto de vista, sea el que sea que elija la autora, siempre es interior, el punto de vista de una hija, una hermana, una madre, una mujer que acepta su condición opresiva y sin embargo ejerce una libertad alejada del patriarcado. No hay lucha feminista, pero la denuncia persiste en una realidad que la mujer intenta esquivar como puede para salir adelante. Las protagonistas no traslucen rencor hacia las humillaciones o traumas vividos, en ningún momento se pierden en la miseria a pesar de que nos compadezcamos de ellas; de hecho, es lo que busca la propia autora «Sin embargo, aspiro a que, a fuerza de minuciosidad en el detalle, esta mujer les resulte tan creíble que no puedan evitar compadecerla». Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
He adorado desde la primera línea hasta la última el estilo crudo y descarnado de la autora aunque también la humanidad y la emotividad que destila. He adorado todos y cada uno de los relatos que son fragmentos de su vida y de las vidas de los que en cada momento estaban con ella conformando una especie de puzzle que tendrá todo el sentido al llegar al final. He adorado su forma tan directa de escribir a pesar o quizá por esos saltos cronológicos , esos cambios de narrador y esa dureza con la que nos cuenta su dramática vida. Una vida de decisiones y errores, de adicciones, de amores y desamores, de trabajos variados para mantener a sus hijos (mujer de limpieza, enfermera, profesora..), de problemas familiares y personales... Una vida tremenda. Enlace: https://instagram.com/mi.ter.. |
Espero que Almodovar haga honor a esta maravilla de libro, creo que solo él podría hacerlo. En este libro de relatos pasa como en sus películas, están repletos de mujeres imperfectas, de mujeres fuertes, luchadoras, de mujeres reales. Lucía fue muy de verdad y llevó su verdad por bandera, en sus relatos prácticamente autobiográficos nos demuestra su valentía, su capacidad para salir de los agujeros más profundos, su amor a la vida, su miedo a ella también, y su inmensa sensibilidad, esa que a veces nos hace terriblemente vulnerables aunque estemos cargadas de poder. |
Más de una vez me ha dejado con el corazón encogido, otras tantas me ha sorprendido con finales abruptos e inesperados, otras tantas me he sonreído... aunque por otra parte se me ha hecho un poco reiterativo en las situaciones que muestra y los personajes que pueblan sus historias.
|
“Cada libro tiene su momento" Yo supongo que será cierto ya que éste hace tiempo lo había dejado aparcado, no había conectado con el y en realidad estaba en la lista de donar/regalar/intercambiar; decidí darle otra oportunidad y para mi sorpresa terminé diciendo aquello de "lo que me estaba perdiendo" Creo que ha sido un acierto haberlo leído de a poco, descansando entre relatos, porque las situaciones que aquí se presentan agotan, sobrecogen, emocionan y dan para mucho... Es una recopilación de relatos donde la autora va narrando sus vivencias, sin tapujos ni medias tintas y aunque son independientes, se mantienen conectados, dando la sensación de haber leído una biografía de manera muy especial, ya no por lo que describe sino la manera en cómo lo hace, desde las anécdotas más irreales hasta las más humillantes, algunas con mucho sentido del humor y otras con un sarcasmo maravilloso, sin ningún tipo de filtro y así nos va llenando con historias propias, ajenas, de sus hijos, vecinos y aquellos quienes que en algún momento se cruzaron en su camino, un camino lleno de baches que supo ir sorteando y superando para luego plasmarlo de una manera tan original, directa y real... De cerrarlo y quedarse queriendo más y más... + Leer más |
La edad de la inocencia