Lucia no se parece a nada de lo que he leído antes. Me parece auténtica y única. Relatos con cierta reminiscencia de anécdotas y situaciones de su propia vida, algo llamado “auto-ficción “. Cada vez que acababa algunos de sus relato sólo me preguntaba “¿en serio vivió algo así?” Todos mezclados y sin orden necesariamente. Sus protagonistas son, en su gran mayoría, mujeres a las que la vida se ha encargado de ponerlas muchos obstáculos. Sobreviven y avanzan. No quiero hablar de que se adaptan porque me parecería cruel e injusto tener que adaptarse a tanta circunstancia turbulenta, a tanta situación extrema… cómo si fuese normal tener que pasar por tales experiencias. No. Me niego. Porque en este libro se relatan violencias: precariedades, adicciones, pobreza, etcétera. Los relatos del final me han parecido sin duda alguna los más duros, hay dos en concreto que tuve que cerrar el libro para procesar lo que había leído (Mijito y Carmen). Me gustaría destacar los que a mí más me han gustado: Amigos, Penas, Bonetes azules, Espera un momento. Quiero resaltar la escritura de Lucia. Algunas descripciones son bellísimas. Directamente teletransportándote a la escena que narra. Y el final de los capítulos me parecen originales, en algunos sin llegar necesariamente a una conclusión. Son escenas, punto. Lucia era ingeniosa. A veces he pensado que me recordaba demasiado a la película de Agosto con esa figura materna que resulta ser adicta, dura y sincera sin escrúpulos. Y, a su vez, otros relatos me recomendaban al libro “Casas Vacías” de Brenda Navarro. Si lo habéis leído ¿alguien piensa igual que yo en esto? Me encantaría coincidir con alguien! |