Ha salido en todos los telediarios. Es la noticia que corre de boca en boca cómo la pólvora. Una adolescente llamada Nora Roy ha asesinado a sangre fría a dos personas, el médico y director del centro y a una enfermera, mientras estaba encerrada en el centro psiquiátrico de Vera de la Cruz. Ahora ha escapado y está en busca y captura por la policía. Sin embargo, a pesar de que últimamente no se habla de otra cosa, Eva está tan sumida en sus propias preocupaciones que apenas le ha dado pábulo a tan escalofriante sucesos. Su vida, ya de por sí gris debido a su trabajo como tanatopractora (esto es, maquilladora de muertos) no está en su mejor momento. Está pasando por una mala racha porque se la juntado el haber cortado con su novio, con el que llevaba saliendo mucho tiempo, y además la muerte de su abuela, con quien tenía una relación muy estrecha. En su herencia, su abuela le dejaba a Eva su bonito y amplio piso, por lo que esta decide mudarse al hogar que tan buenos recuerdos le trae. Como está en una etapa un poco tristona, una de sus amigas le recomienda a Eva que, ya que está viviendo en una casa bastante grande, quizá le vendría bien buscarse a una compañera de piso para no sentirse tan sola y tener un poco de compañía. Al principio, Eva recela del consejo porque no quiere meterse en líos, pero acaba accediendo porque tal vez sea el empujoncito que necesite para empezar a salir del hoyo en el que se encuentra inmersa. Su búsqueda de compañera de piso terminará casi nada más iniciar porque enseguida se interesa por la habitación una francesa llamada Charlotte, una joven retraída, tímida y educada. Aunque a Charlotte no le gusta mucho salir de su cuarto, no da problemas, paga el alquiler cuando toca y, además, le llena la nevera a Eva, así que, pese a sentirse un tanto decepcionada por haber encontrado a una chica tan poco sociable, igualmente está contenta por su nueva inquilina. Además, Charlotte paulatinamente irá cogiendo más confianza con Eva y pronto ambas comenzarán a pasar tiempo juntas. Mientras Eva sigue con su vida y trata de adaptarse al hecho de tener una compañera de piso, la sociedad se pregunta dónde está Nora Roy y qué es lo que ha sucedido verdaderamente en el psiquiátrico.
Lorena Franco es una autora española a la que yo no conocía hasta que se anunció su novela Todos buscan a Nora Roy y empecé a ver este libro por todas partes. Como normalmente los thrillers que leo son de autores extranjeros, me apetecía darle una oportunidad a lo nacional y decidí empezar por esta novela. Sin embargo, no fue lo que yo me esperaba. En Todos buscan a Nora Roy tenemos dos tramas que discurren paralelas, por un lado la que tiene a Eva como protagonista y, por otro, la de Nora Roy, aunque es cierto que al principio del libro se centra más en la primera y la noticia de la huida de Nora se queda en un segundo plano. En un punto de la novela ambos hilos argumentales van a confluir y Eva, que apenas hace caso a las noticias, se verá obligada a interesarse por la historia de Nora y a inmiscuirse en ella más de lo que le gustaría, mientras intenta lidiar con su compañera de piso, que es un poco rarita, y con el hecho de que acaba de conocer a un chico bastante atractivo con el que, si juega bien sus cartas, quizá le ayude a olvidar definitivamente a su ex.
La sensación general que me dejó esta lectura mientras avanzaba es que todo era demasiado superficial, que la autora no ahondaba lo suficiente ni en los conflictos que se nos plantean ni, sobre todo, en la psicología de los personajes. A ello contribuía su estilo narrativo, que para mi gusto es un tanto ligero si tenemos en cuenta lo que está narrando. Todo ello hizo que mi impresión fuera de estar leyendo un libro poco trabajado y que se quedaba demasiado en la superficie. Por otro lado, la mayor parte del tiempo me resultó muy predecible. Desde el principio, puedes deducir sin problema ciertos "secretos", qué personajes van a ser los malos de la historia o quién está mintiendo, lo que hizo que le quitara un poco la magia. Lo más sorprendente y lo que más me gustó fue la revelación de lo que realmente ocurrió en el centro psiquiátrico y los motivos de Nora para hacer lo que hizo. Siento que la crítica social de la autora con respecto a ciertos temas como la salud mental, el abuso de los más vulnerables o el cómo la gente que tiene dinero e influencia se creen superior al resto de mortales está muy bien llevado y trabajado y fue, sin duda, lo mejor del libro. Otro punto muy a favor es que es una novela muy ágil y que se lee muy rápido precisamente por lo que he comentado de que el estilo narrativo de Lorena Franco es muy ligero. No obstante, a pesar de que me tuvo muy enganchada y entretenida, comparándolo con otros thrillers es un libro que se me quedó corto, del que yo me esperaba mucho más y el hecho de ir deduciendo el misterio que encierran sus páginas mientras iba leyendo tampoco contribuyó a que lo disfrutara tanto como esperaba.
Todos buscan a Nora Roy es una novela que entretiene, engancha y se lee muy rápido porque fluye muy bien y tiene un ritmo bastante bueno. Sin embargo, si sois asiduos del thriller o la novela negra quizá sea una obra que se quede corta debido a la escasa profundización en la psicología de los personajes y a la obviedad de sus incógnitas.
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