El autor investigó en Ámsterdam la vida del maestro de la pintura y la narró en “Herejes”, una novela con trama policial. Ahora recupera esa historia para homenajearlo.
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El autor investigó en Ámsterdam la vida del maestro de la pintura y la narró en “Herejes”, una novela con trama policial. Ahora recupera esa historia para homenajearlo.
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Leonardo Padura aborda en 'Agua por todas partes' por qué escribe, por qué vive allí, claves de 'El hombre que amaba a los perros', autores represalidados...
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El escritor cubano presenta “La transparencia del tiempo”, novela en la que retorna a su clásico personaje: Mario Conde; también habla sobre su próxima obra.
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Un libro lleno de contradicciones porque, en realidad, nada es perfecto en él excepto la manera de escribirlo. Pero la historia no es perfecta. El protagonista, el teniente de policía Mario Conde, aprovecha un caso que le asignan en la comisaría para recapitular lo más importante de su vida. A veces son recuerdos que aparecen como destellos al observar una calle, oler una buena comida o mirar una fotografía; otras, Mario Conde se obliga a recordar para entender el presente. A través de las numerosas digresiones que encontramos en Pasado perfecto conocemos a su protagonista: un chico cubano de clase media-baja, estudioso y con un alto sentido del compañerismo y la igualdad; que deja de estudiar una carrera a pesar de las buenas notas obtenidas, porque no le gusta; que quiere al Flaco, que ya no lo es, como si fuera su hermano; que tiene un amor desmedido hacia Josefina y sin embargo no es su madre sino la del Flaco; que ansía ser escritor pero no puede escribir; que sus ideas son contrarias a las que tiene de la policía y sin embargo se convierte en uno de los mejores del cuerpo; que siempre odió a Rafael Morín, básicamente porque le quitó a Tamara, de la que ha estado enamorado desde el bachillerato, y ahora debe investigar su desaparición. El tiempo real, sin embargo, son cuatro días, durante los que Mario Conde acompañado por el sargento Manuel Palacios resuelve el caso. Cuatro días, en los que se reencuentra con Tamara y tiene la posibilidad de empezar con ella la relación tan anhelada, pero finalmente desecha la opción porque sus vidas son totalmente diferentes y Tamara, de clase superior, no se adaptaría fácilmente a la de un policía. El caso de Rafael Morín es otro de tantos de los que, por desgracia, se han hecho usuales en la sociedad actual: robo, extorsión, fraude de aquellos que lo tienen todo pero necesitan más. Caso sencillo, sin demasiadas complicaciones, sin vueltas o sorpresas finales y, sin embargo, el Conde aprovecha las entrevistas para, mediante analepsis, ponernos en situación, y llegar a conocer al desaparecido, al Flaco, a Tamara, a él mismo y a Cuba. El lector siente inmediatamente la nostalgia de ese pasado que Mario Conde relata en primera persona, con breves monólogos interiores mezclados con diálogos expuestos en estilo indirecto libre. La narración fluye intimista, con una cercanía que no desaparece en la tercera persona utilizada para el presente, un hoy impregnado de fatalidad incapaz de derrotar a todos aquellos marcados con dureza por el destino. La fuerza de los débiles, de los escuálidos, es lo que sustenta ese Pasado perfecto que en realidad no lo fue pero que, desde el punto de vista del futuro, lo será porque se habrá luchado a diario por conseguirlo. Leonardo Padura nos muestra un argumento simple, una historia sin complicaciones: la desaparición de un funcionario corrupto y la implicación de su jefe de despacho. Pero debajo de esa historia, contada de forma casi minimalista, se encuentra la verdad, una Cuba oprimida , unos ciudadanos sin libertad, sin posibilidad de expresar sus verdaderos sentimientos, sin oportunidades para dialogar y mucho menos para exigir; unos ciudadanos con grandes carencias que, a pesar de encontrarse con un sistema dictatorial, intentan coger la felicidad, a pellizcos, de donde pueden. ...y por suerte guardé cinco ejemplares de La Viboreña, que jamás llegó al número uno, que iba a ser de la democracia, porque la profe Olguita, tan buena gente y tan linda, pensó que lo podríamos hacer escogiendo a votación los mejores materiales de nuestra abundante cosecha literaria Padura se convierte así en un maestro de la técnica del iceberg, por cuyo creador, Hemingway, siente verdadera admiración. Al reducir la prosa hasta límites insospechados consigue un protagonismo absoluto de la historia, de ahí que, a pesar de quedar ocultos bajo «la punta del iceberg» son perfectamente legibles los comentarios sobre la vida en Cuba; de hecho, a veces tenemos la impresión de estar ante una crónica de la realidad concreta, de la defensa de los valores tradicionales como el honor, la amistad o la lealtad Al dorso de la foto dice junio de 1975, y todavía éramos muy pobres —casi todos— y muy felices. El Flaco es flaco [...] El Conejo sueña con cambiar la historia y yo voy a ser escritor, como Hemingway. La cartulina se ha puesto amarilla con los años [...] y cuando la miro siento muchísimo complejo de culpa porque El Flaco ya no es flaco y porque detrás de la cámara, invisible pero presente, ha estado siempre Rafael Morín. El acercamiento a la Generación Perdida no sólo se distingue en el estilo minimalista de Hemingway, el estadounidense está presente en la defensa de valores éticos que Padura expone en su Adiós a las armas particular reflejado en la figura de El Flaco: «cada día el Flaco amanecía con un dolor inédito, un nervio muerto u otro músculo inmóvil para siempre». La prosa coloquial, con expresiones duras a veces y cargada de metáforas poéticas, otras, también vincula a este escritor con los americanos de la primera mitad del siglo XX; se aprecia un paralelismo entre el rechazo a su realidad cercana y el expresado por los novelistas malditos, el polisíndeton alarga las descripciones para poder ver más allá de lo que se percibe, ese mar que intuye, mediante la sinestesia, como puerta a la libertad: «Detrás de los árboles una iglesia de rejas altas y paredes lisas y algunos edificios apenas entrevistos y muy al fondo el mar, que sólo se percibía como una luz y un perfume remoto». El antihéroe que crece tras la guerra, enfrentado a un mundo amoral, relaciona los personajes de Salinger y los de Padura, sin embargo las ganas de vivir de Mario Conde y El Flaco superan el miedo al futuro y las obsesiones peligrosas del protagonista de Un día perfecto para el pez plátano: «...y leyó la historia del hombre que conoce todos los secretos del pez plátano y quizá por eso se mata, y se durmió pensando que, por la genialidad apacible de aquel suicidio, aquella historia era pura escualidez». Padura consigue asimismo una historia escuálida, tanto que podríamos hablar de simbolismo. Es una novela policíaca y no importan tanto las acciones sino el interior, lo más hondo del protagonista y de los otros personajes. Es una novela negra y el asesinato apenas tiene repercusión, no hay crudas imágenes del caso y sí del día a día, de lo vivido en la ciudad por gente corriente, de lo que entendemos por “la naturalidad”. El determinismo del pueblo cubano en general se une al fatalismo encarnado en el Flaco y al existencialismo de Mario Conde. Entre todos conforman la condición humana y la introducen en un nuevo concepto de novela negra en la que las pesquisas no son sino excusas para reflexionar sobre la vida y la situación en Cuba: extorsiones, corrupción, falta de libertad y gran desigualdad entre clases sociales. Una tendencia absolutamente natural en la que no llaman la atención la irreverencia de ciertos vulgarismos utilizados en situaciones estresantes: «porque yo me cago en las casualidades y amén», ni las frases inacabadas del registro popular, o los refranes: «Ponme ahí al Flaco, despiértalo, que se levante, borracho de mierda ... –Dime con quién andas...—se rio Josefina y dejó el teléfono» . Una tendencia en la que las metáforas adquieren toda la fuerza de los sentimientos, lo primario del ser humano «Los ojos son dos almendras pulidas, clásicas, un poco humedecidas. Justo lo necesario para sugerir que en verdad son dos ojos y hasta pueden llorar». Un estilo en el que las ironías pierden su fuerza al estar arropadas por la melancólica nostalgia de un pasado y la dureza de un presente «su estómago vacío bailaba [...] Pensaba en Tamara, en Rafael, en el Flaco Carlos, en Aymara [...] pensaba en sí mismo, dentro de aquella oficina fría en invierno y tan caliente en verano, mirando las hojas de un laurel y empeñado en encontrar a alguien a quien nunca hubiera querido buscar. Todo perfecto». Un estilo en el que el humor también hace acto de presencia, como parte de la cotidianeidad «...nació el Cojo [...] y fue al que se le ocurrió hacer una revista del taller literario y formó sin quererlo la descojonación» y como homenaje a sus maestros «pues se me ocurrió escribir el cuento, pero sin ser anticlerical expreso, sino sugerido, mejor dicho, sumergido, como el iceberg del que habla Hemingway». Una tendencia en la que las constantes digresiones se aprovechan de las descripciones para filosofar sobre las formas de vida, las ocupaciones o el transcurrir de la ciudad «Le hubiera gustado ir al estadio, necesitaba aquella terapia de grupo, que tanto se parecía a la libertad, en la que se podía decir cualquier cosa, desde putear a la madre del árbitro hasta gritarle comemierda al manager [...] y salir de allí [...] relajado, afónico y vital.» Un estilo en el que el caos en el que se ve envuelta la policía para resolver los casos, y la propia ciudad, para resolver la vida, se ve acrecentado por la manera de transcribir las entrevistas: las preguntas de la policía no aparecen, sólo encontramos una sucesión de respuestas, algunas inacabadas, que desconciertan y confunden «...me parece mentira eso de que Rafael no aparezca por ningún lado, yo todavía no lo creo [...] tiene que haberle pasado algo [...] y cómo Rafael se portó conmigo, mejor que si hubiera sido el padre del niño, que si carne, que si un carro para el hospital [...] El pobre ... Una llamada. ¿Una llamada el día primero? No, no, si la última vez que yo lo vi fue el día 30.» Una tendencia nueva, fantástica, como casi todo lo que surge del acoplamiento entre lo tradicional y lo actual. Enlace: http://elblogaurisecular.blo.. + Leer más |
Este tomo clausura la serie de cuatro que Padura aunó con el nombre de "Las cuatro estaciones « . Es el otoño en La Habana , estación peligrosa por los ciclones que asolan la isla cada año. Mario Conde quiere presentar su renuncia porque está hastiado con su profesión , sobre todo desde que han sacado a retiro a su jefe, conocido como El Viejo. Pero la jerarquía le arranca la promesa de que podrá acogerse a retiro en cuanto resuelva en unos días el enigma de un asesinato. La narración es pretexto para situar a Conde, eterno borrachín, pata del alma de sus amigos de juventud, que sueña con alejarse de esta Habana corrupta para por fin , ponerse a escribir pues se sabe que siempre ha sido su anhelo más profundo. Siempre vive en torno a su amigo Carlos, el lisiado de la guerra de Angola, cuya madre, Josefina prepara suculentas comidas con productos que surgen milagrosamente en la olla y que traen el agua a la boca , como por ejemplo , la receta del pollo a la chorrera. También la música es omnipresente para los cubanos y especialmente para Conde que tararea boleros, sobre todo en dos situaciones precisas : cuando presiente que puede enamorarse o cuando está total y desesperadamente enamorado. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
Durante una tormenta veraniega allá por el año 1996, con trombas de agua, vientos y rayos se arrancó de cuajo una manga centenaria en el vasto jardín de la propiedad , hoy en día un museo Hemingway, dejando al descubierto restos humanos de un hombre caucásico muerto a balazos y enterrado bajo lo que fuera un terreno de pelea de gallos ( una de las aficiones de Papá Hemingway). Esto acarrea cierta conmoción en el ámbito habanero y Mario Conde es solicitado para ayudar en este caso de manera discreta. La historia no logró cautivarme , incluso la reaparición del simpático Conde, alejado de la institución policial desde hace 8 años y de sus amigos está como desganada, le falta ímpetu…De lejos es el que menos me ha gustado de los libros leídos. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. |
El tema de esta novela es el siguiente : Mario Conde descubre en un libro de cocina de los años 60, un artículo sobre una cantante de boleros bellísima que lleva el nombre artístico de Violeta del Río, que desapareció del ámbito nocturno de manera brutal , sabiéndose poco después que se habia suicidado con cianuro. Conde quiere indagar sobre esta mujer desaparecida desde hace más de 40 años porque tiene el recuerdo vago de su propio padre enamorado platónico de esta artista. Y para indagar tendrà que bajar al infierno de los ambientes más sórdidos y paupérrimos de La Habana e interrogar los escasos sobrevivientes del período pre-revolucionario. Este libro es ambicioso pues hay una constante puesta en abismo entre la Cuba pre y post -revolucionaria. La pre revolucionaria de Batista fue una época de oro , Cuba le robaba la vedette a Nueva York y Paris en los ámbitos de la vida nocturna y los vicios que acompañan la larga y tórrida noche caribeña : sexo, prostitución, drogas, corrupción, espectáculos, música. Justamente en este libro la música y particularmente los boleros, están muy presentes. La Niebla del ayer es una novela compleja, rica en información de todo tipo donde Padura denuncia sobre todo la miseria del pueblo cubano, sin tapujos. Isla devastada por la pobreza, el hambre, la enfermedad desatendida, la decadencia física y moral de los habitantes, la destrucción implacable del tiempo, la falta de higiene, el racionamiento, la soledad y la frustración de las ilusiones (cf Noelia Gómez Jarque,2005). Lo que redime Mario Conde de toda esta podredumbre es su amor por los libros; los libros son su debilidad y el respeto que les tiene , evita que su alma se corrompa. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
Un libro impactante, doloroso, desgarrador por momentos. una verdad contada de una forma maravillosa |
Los enigmas policiales en la extensa obra de Padura son meros pretextos para describir una isla llena de paradojas, con unos personajes muy idiosincrásicos y mucha información sobre Cuba, empezando por sus tesoros culinarios, sus lastres y sus glorias. Son verdaderamente estudios etno-sociológicos de gran calidad, con un fondo de humor caribeño irresistible y bastante crítica ponderada hacia el régimen imperante. Probablemente este grueso libro de más de 500 páginas sea su mejor opus porque a mi parecer es el más « internacional » de las aventuras de Mario Conde, el más « exportable ». Se dice que necesitó más de 5 años de investigación ! Aunque el resultado me resulta un poco pesado, verborreico y por momentos, iterativo. Los flash- backs históricos entre Amsterdam del siglo XV y Cuba actual, resultan arduos de seguir. El libro me hubiese gustado más acortando algunos capítulos. La trama está basada en hechos reales dramáticos: un transatlántico atiborrado de ricos judíos europeos que habían pagado muy cara una supuesta libertad en Cuba, fue devuelto a Europa con la consecuente condena a muerte de todos. Una estafa colosal que se pagó con vidas humanas. Es un hecho histórico bastante vergonzoso, de índole criminal por parte de funcionarios corruptos del régimen de aquella época (1939). Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
Aquello estaba deseando ocurrir es una recopilación de 13 cuentos con un título algo oscuro y ambiguo que podría interpretarse como : » lo más importante no es lo que sucede sino lo que parece inevitable ». Los cuentos fueron escritos entre 1985 y 2009; Leonardo Padura decía en una entrevista concedida en Argentina que es un libro con una historia larga, una especie de antología personal de su obra cuentística. Ahora escribe pocos cuentos, que no son nada fáciles de lograr y prefiere las historias largas. No es un libro que me gustó. Todos los cuentos están bien escritos y se reconoce la marca del escritor, su facundia y truculencia caribeñas, pero fueron los temas que no me llegaron al alma. Los temas son variopintos : mucha referencia a la guerra con Angola, al sexo desaforado, al clima extenuante, a la pobreza, a las carencias, a cierta melancolía, a la homosexualidad, al béisbol y al alcohol, mucho alcohol, a los boleros… Uno de los cuentos que más me gustó fue aquel sobre una cantante de boleros Violeta del Río y sus nueve noches de amor tórridas con un muchachito de 18 años. También me gustó aquel cuento del hombre que quiere visitar (por fin) Venecia y que se detiene en el camino para vivir una historia de amor con una perfecta desconocida. Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. + Leer más |
Siglo XX. Tres hombres, de tres continentes que enlazan sus destinos. Dos, a sabiendas, pero el tercero porque precisamente ¿el destino? puso la historia en su camino. Cuando el autor logra llegar a las entrañas de los personajes, a los resquicios de sus almas atormentadas y al latido de esos corazones maltratados, es porque alcanza el hueso de una novela histórica, que más allá de los hechos reales, describe seres humanos movidos por una pasión, buena o mala, pero pasión terca, intransigente. Una prosa cuidada, exquisita, que sobrepasa al relato sórdido que describe. Leonardo Padura (cubano, nacido en 1955) narra desde el punto de vista de un escritor atenazado entre el ansia de contar y la realidad que trata de impedírselo. Los protagonistas históricos son relatados por él y por sí mismos, por su vorágine política que los avasalla. León Trotski es un exiliado de la Rusia revolucionaria, sus ideas ya no concuerdan con las de Stalin. Y se supone que Stalin quiere matar a Trotski y parece perseguirlo hasta ahí, hasta donde huya o se esconda. Ramón Mercader, español, es el elegido para cometer el crimen. Iván, un cubano que desea ser escritor y que le cae encima una historia espeluznante, que no puede escribir por miedo. El miedo es otro protagonista de la novela: Stalin teme que Trotski provoque una revuelta para sacarlo del poder. Trotski tiene miedo por su vida y por la de su familia. A Iván lo aterroriza tener entre sus manos un texto tan movilizador. Cuando la vida vale poco, cuando la traición es la reina de las relaciones políticas, cuando el terror hace hacer y decir cosas inenarrables, cuando el poder se ensalza sobre las ideologías, cuando el asesinato es la única salida, cuando impera la locura…la historia humana se tiñe de sangre y la historia escrita derrama sus mejores páginas. + Leer más |
Muy bien documentado y narrado. Te traslada a esos momentos tan convulsos de la historia reciente. Recomendable.
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Mario Conde, el detective cubano más famoso de la literatura, está de regreso en “La transparencia del tiempo”, la más reciente novela de Leonardo Padura.
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El escritor cubano explica en la Casa Trotski de Ciudad de México los secretos de ‘El hombre que amaba a los perros’, su gran novela sobre el asesinato del líder bolchevique
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El escritor cubano y Premio Princesa de Asturias regresa con Mario Conde, ese detective por el que 'habla'. Ahora, en la novela 'La transparencia del tiempo', se embarca en el proceloso mundo del arte
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La fórmula que le dio brillante resultado en Herejes se torna ahora cansina e innecesaria
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