John Connolly ahonda en los problemas de la sociedad actual en la decimosexta entrega de Charlie Parker.
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John Connolly ahonda en los problemas de la sociedad actual en la decimosexta entrega de Charlie Parker.
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Tenía que haber leído antes esta novela, pero me decidí por El frío de la muerte, escrita después de Tiempos oscuros, así que ahora he entendido perfectamente el misterio sobrenatural que rodeaba la última entrega de John Connolly. Algunos personajes se repiten y también las situaciones fantasmagóricas. Personajes que aparecen para reaparecer en el último caso del detective y adquirir pleno sentido, es lo que ocurre con los hombres huecos o con el Coleccionista. El rapto de Sam, la hija de Parker, mantiene su aporte fantasmal, pero teniendo en cuenta que Connolly nos presenta una sociedad profunda, de lo más profundo del sur de EE.UU., no sabemos bien si en determinados momentos seguimos en el siglo XXI o hemos viajado al pasado, a los tiempos de caza de brujas, de esclavitud y racismo absoluto. Al jugar con fantasmas, muertos y vivos, el lector está en permanente atención, no sabe a quién se enfrenta, si alguien va a revivir o seguirá las normas de la lógica cuando muere. Y es que nuestro detective favorito va mostrándose como un resucitado, como un ángel justiciero que aparece siempre en el momento preciso. Y en esta novela, más que en otras, deseamos que ocurra. La trama tiene dos partes diferentes. La primera mitad de la novela nos pone en situación de lo que ocurre en Plassey County con diferentes personajes que dan la impresión de no tener que ver unos con otros. La presentación de Ormsby abre la narración; es un personaje dual, como Jekyll y Mr. Hyde; es un viudo bonachón y querido que se transforma en el mayor sádico depredador de niños felices, solo por el hecho de que sus familias sufran. Este comienzo es un presagio de lo que nos vamos a encontrar. El monólogo interior de Ormsby, siempre inquietante, como una terrible profecía, «Se acercan más rápido, la espiral se angosta, los tres parecen uno solo […] Y la antigua deidad mandará a su Hijo contra ellos, y los halcones lo seguirán», se va mezclando en la historia con un narrador omnisciente, encargado de describir pensamientos y actos de un elenco de seres degenerados, para que el lector sienta que se ha instalado en él cierta conmoción responsable de que no pueda relajarse «Ormsby encendió la luz del garaje. Solo entonces abrió el maletero. La niña se retorcía en el saco y chillaba contra la tela». Hay otros personajes que aparecen como en una secuencia cinematográfica; envueltos en un halo de misterio, son descritos con cierto aire sobrenatural para después ir acoplándose lentamente en una sociedad corrompida. El autor denuncia el poder de la religión basada en la intransigencia, en el exclusivismo y la superstición. El nombre de la religión da lo mismo, lo que importa es la anulación que consigue de sus adeptos y la corrupción que impone a su alrededor. La narración es desigual, ralentizada al comienzo con grandes descripciones que se van ampliando, mediante analepsis, con sucesos ocurridos en otro tiempo o lugar, va adquiriendo rapidez al acortar los capítulos y pasar de un sitio a otro sin previo aviso, de un personaje a otro sin ninguna indicación. El argumento parte de una base bastante simple, Jerome Burnel, quien podría haber sido un héroe, se ve envuelto en casos de pedofilia que lo llevan a la cárcel durante años, tiempo en el que le han hecho la vida imposible con torturas y violaciones. Burnel, ahora que está en libertad, cree que seguirán acosándolo hasta matarlo; por eso contrata a Charlie Parker, quien no se cree el encasillamiento de pedófilo que mantiene en la sociedad. Aún no ha empezado a investigar sobre Burnel cuando este desaparece. Esto lo llevará directamente al infierno, o lo que es lo mismo, al Tajo, un reducto en las afueras de Plassey County, tomado por los seguidores del Rey Muerto. Todos los personajes de la novela cobran sentido, incluso los que parecía que salían de manera ocasional, gracias a la relación que mantienen con el Tajo, otro concepto dual de Tiempos oscuros pues, en ocasiones es nombrado como lugar y en otras como colectivo de personas, hecho que afianza el poder que ostenta, «El Tajo lleva mucho tiempo tranquilo». Los habitantes de esta comunidad centenaria se rigen según sus propias leyes de intimidación y asesinato o, lo que es lo mismo, las dictadas por el Rey Muerto, personaje que, según descubriremos al final, también está imbuido de cierto dualismo. Por supuesto, quien se enfrenta al Tajo y soluciona la cadena de asesinatos, trata de blancas, venta de niños y demás corrupciones es Charlie Parker, aunque esta vez necesite, además de sus incondicionales Louis y Angel, todo un despliegue final de fuerzas del estado. Un hombre solo no puede acabar con una comunidad ancestral que había ido tejiendo una red de apoyo a su alrededor, a no ser que este detective privado esté sufriendo un proceso de metamorfosis, como la propia novela del autor, para convertirse en algo sobrenatural, «si te morías y te devolvían a la vida varias veces, cualquiera acabaría sufriendo secuelas como ésas […] era a la vez más y menos de lo que había sido en el pasado». No cabe duda de que las descripciones de los hechos son duras, sádicas en su mayoría, tanto que, en las numerosas expresiones irónicas, o en los diferentes enunciados humorísticos, apenas se dibuja una leve sonrisa en nuestro rostro. No podemos relajarnos, estamos seguros de que tarde o temprano algo sanguinario se cernirá sobre nosotros. No obstante las personificaciones estimulan el ritmo narrativo, «se encontró el Mustang, en plena crisis de mediana edad, en el aparcamiento». Las hipérboles contribuyen a avivar el ánimo del lector, «empieza a andar hacia el este y no pares hasta que te hayas caído en el puto mar», así como las comparaciones, muchas de ellas con un punto también exagerado, «le hizo rechinar los dientes con tanta fuerza que le pareció que uno hasta se removía en la encía». Las imágenes polisémicas conjugan lirismo y humor, facilitando la lectura, «Se planteó apoyar la cabeza en el volante y dejarla reposar ahí un rato, tal vez cerrar los ojos y esperar que unas tinieblas se lo llevaran, pero temía dar la impresión de que estaba llorando». Y las ironías permiten ciertos momentos de distensión entre tanta depravación: —Sí. Murió joven. No se cuidaba. Walsh sumergió un panecillo en un montón de hígado y cebolla asegurándose de atrapar también un poco de beicon. —Gracias a Dios que aprendes de los errores ajenos —dijo Parker. Porque llega un punto, cuando todas las piezas se empiezan a acoplar, que el nerviosismo se apodera del lector, y el horror que pasa por nuestra mente se transforma en un deseo de venganza. Al menos debe sobrevivir algún inocente. Otra vuelta de tuerca a la novela negra. Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
No había leído nada de John Connolly hasta ahora pero tenía ganas de hacerlo y me pareció ideal a través de relatos ya que uno debe tiene que ser más hábil para demostrar el talento en 20 páginas que en 300. Los relatos tienen temáticas diferentes, eso se agradece porque sería un poco pesado leer sobre lo mismo. De hecho, ya es precisamente lo que me ocurrió con esos cinco fragmentos del Atlas. También su extensión difiere de unos a otros, pero en general he disfrutado más con los cortos que con los largos y la ambientación de la mayoría es buena. Todos los que están relacionados con la lectura, con los libros o los personajes literarios son los que recordaré mejor pues siempre es un placer volver a encontrar a aquellos que ya conoces y descubrir a nuevos en otras obras. Por el momento creo que dejaré un tiempo antes de volver a la obra de Connolly, pues aunque muchos me han gustado, confieso que me ha costado terminar con las casi 450 páginas que tiene. Y si en lugar de encontrarme con 13 relatos, hubieran sido la mitad, lo hubiera agradecido. Así pues, es un libro entretenido, recomendable siempre y cuando lo alternemos con otros pues leerlo todo de golpe puede ser un poco pesado. Los relatos están más enfocados al terror que a la novela negra, pero en ningún momento creo que puedan provocarnos miedo, ni siquiera horror. Tienen su punto interesante pero se queda ahí, no me ha acabado de convencer, no digo que sea malo pero tampoco me ha encantado. Enlace: https://www.resibooks.com/20.. + Leer más |
Un libro de relatos compuesto por varios relatos con un nexo común el terror en unos y lo sobrenatural en otros. Algunos me han gustado bastante, sobre todo los de la biblioteca, ojalá existiera. Es un libro muy entretenido que recomiendo, lo puedes mezclar con otras lecturas ya que los relatos se leen muy bien. Leeré más cosas suyas sin duda.
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Acabo de leer una novela que me ha desconcertado porque no estoy acostumbrada a la ciencia ficción, y lo poco que he leído de este género transcurría en un espacio inusual, es decir, desde el principio somos conscientes de que se trata de algo fantástico; sin embargo, El frío de la muerte es otra entrega del detective Charlie Parker, hombre duro donde los haya, con un pasado que lo marca constantemente con el dolor. La pérdida de su mujer y su hija Jennifer, en entregas anteriores, pudo haberlo llevado a una especie de superstición religiosa que actúa a modo de bálsamo para que su mente pueda descansar, por ello Parker intenta ahora comunicarse con la chica para protegerla en su mundo desconocido, ya que no lo hizo en éste, «siempre dejaba una lámpara encendida […] para que Jennifer, su difunta hija, pudiera ver en la oscuridad». Son actos que probablemente todos haríamos para paliar la soledad que nos dejan los seres queridos cuando mueren. Lo raro es que, de la manera más normal, nos enteramos de que Jennifer vela por él, y Sam, su segunda hija, viva, fruto de su relación —rota— con Rachel, también. Sam tiene el poder de ver muertos, entre ellos a los Hombres Huecos, los Hermanos y, por supuesto a su hermanastra Jennifer, con quien se comunica ella te ama los dos te aman ella solo quiere que estés a salvo —Estoy más segura con él y él conmigo ella no lo sabe —Podría obligarla a hacer lo que yo quiera Jennifer no contestó inmediatamente a eso Pues esta unión natural de los dos mundos es lo que ha hecho que en un principio me desorientase. Quería encontrar significados metafóricos a lo que estaba leyendo; no los hay, o Jonh Connolly no pretende que creamos eso. De forma magistral traza una trama fantástica en la que una saga familiar del siglo XIX, los Hermanos, cometió los crímenes y fechorías más atroces imaginadas hasta que fueron cercados, tiroteados y quemados durante el asalto a Capstead. El miedo a una vida eterna sufriendo las llamas del infierno llevó a Peter Magus, el patriarca, a hacer un pacto con Beliel, uno de los ángeles caídos, el más peligroso por lo traicionero de su comportamiento. Beliel impedirá su entrada en el infierno, los dejará vagando por la tierra como fantasmas, a ellos y a todos sus descendientes (una vez mueran) a cambio de que sigan sembrando el mal en vida. Y en eso están sin saber que el ángel demoníaco, ahora, en el siglo XXI, se ha cansado del pacto y contrata a los Hombres Huecos para que liquiden a todos los Hermanos. De esta forma todos se mezclan en un espacio inquietante. Asesinos que, antes o después reciben su castigo en forma de venganza. Charlie Parker es contratado por Ross, un agente del FBI para que busque a Eklund, otro investigador asalariado por él, del que hace días que no sabe nada. Sin más información, Parker, acompañado por Angel y Louis, sus dos inseparables amigos, siguen los pasos de Eklund para ir descubriendo una cadena de asesinatos en la que nadie queda a salvo. El otro núcleo del argumento es el formado por el difunto mafioso Webb, temido hasta por la policía, que sin embargo se arrepiente en su lecho de muerte pues intuye que la masacre de la familia de su hermano tiene algo que ver con la venganza de los Hermanos, y pretende redimirse. Madre, su mujer, será la encargada de destruir todos los negocios. El problema es que Phillip, el hijo no querido de Webb, está decidido, pese a su incompetencia, a continuar con ellos, para lo que no duda en matar a su madre llegado el caso. Estos tres focos problemáticos, la familia, los Hermanos y Madre, son los que Parker lleva entre manos a la vez, ayudado también por su abogado Moxie, que le va cubriendo las espaldas, y por los propios asesinos que, sin saberlo, le allanan el camino. Phillip mata a su padre, Webb, en el lecho de muerte, luego será mandado asesinar por Madre. El detective Eklund mata a Claudia Samsun, para ser torturado después por Sally (a quien después matará Kirk), y asesinado por Richard, un Hermano asesinado a su vez por la mujer de Thayer, quien muere ayudado por uno de los fantasmas. Routh, capaz de comunicarse con los Hermanos, mata a la china Yunai, y el Coleccionista, Hombre Hueco, lo mata a él. Kirk muere a manos de la policía, así como Summer, otro Hermano que recibe su castigo por la cobardía mostrada. Está claro que en El frío de la muerte, Charlie Parker tiene un cometido, destruir el mundo paralelo que se ha creado, algo que logra en siete partes para descansar al final. El autor consigue estructuralmente una historia cerrada. En esas siete partes en las que está dividida la novela el relato policial se engloba en el fantástico y quedan tan unidos que el lector no tiene ninguna duda de que todo ocurre en la realidad. Los Hermanos se mueven en ambos mundos, el real y el maravilloso, donde la incertidumbre queda despejada con leyes que no pertenecen a lo conocido. La función de los Hombres Huecos es introducir lo fantástico en lo real. Por otro lado hay Hermanos fantasmas que tienen voluntad propia, como Eleanor, la hija de Magus que nos lleva al pasado cuando le interesa. Pero ninguno quiere una redención, son personajes disfuncionales que no acomodan su vida a las normas morales de la sociedad, «Después de matar siempre sentía la necesidad de sumirse en el olvido. No sabía por qué». En cuanto al estilo hay dos técnicas fundamentales que consiguen un ritmo rápido en la lectura, el tratamiento del humor y la continua tensión en la narración. Las informaciones catafóricas fomentan esta tensión; aunque parezca que eliminan la sorpresa posterior, no se extienden demasiado en la descripción, funcionan a modo de título de lo que más tarde se desarrollará por completo, por lo que al aparecer ante el lector aumentan su incertidumbre «Y la muerte entró con ella». Asimismo los comienzos del capítulo se benefician de avisos importantes a medio aclarar para que deseemos seguir leyendo «Tobey Thayer tenía un don». Las oraciones cortas anulan la función del narrador omnisciente al mezclarse con el pensamiento del personaje, de esta forma el objetivo general de la información se hace eco del interior del protagonista, logrando un movimiento tensional derivado de la transparencia con la que aparece lo que de verdad desea …aliviando su incomodidad Durante un rato. Llamó de nuevo a Eklund. Nada. Absolutamente nada. Cuando algo inesperado se introduce en la rutina consigue despertar emociones inminentes, la inquietud crece aún más no solo con lo que se cuenta sino cómo se cuenta; por eso al leer «Estaba a punto de abrir la puerta del coche cuando vio a la chica muerta en la calle» se produce en el lector una ansiedad propia de la sorpresa, aumentada con la utilización del artículo determinado para nominar a un personaje nuevo que, sin embargo, es conocido por el otro personaje. Esta tensión inmediata a lo inesperado se relaja de forma constante mediante el humor. La acumulación de dolencias es síntoma de un final aciago, sin embargo cuando las expectativas de quien las padece son totalmente antagónicas realzan la gracia de lo narrado «—hipotermia, hipotensión, hipervolemia, elevada viscosidad en la sangre—, ninguno de los cuales suponía gran ventaja para el cuerpo humano, ni para sus perspectivas de inmortalidad». El humor basado en la historia consigue que nos riamos al colocar la ocurrencia fuera del contexto narrativo «es la idea más cojonuda que se le ha ocurrido a alguien desde que, no sé, desde que a Colón le dio por comprarse un barco». Las comparaciones obvias nos alejan, mediante la sonrisa, de las situaciones peligrosas, al menos durante el momento en que las disfrutamos —Me parece que le gustas –dijo Ángel —Visto que las otras opciones sois vosotros y el tipo siniestro de oscuro que está allí, eso no quiere decir gran cosa También los sentimientos de cariño consiguen que aflore una sonrisa —Errante –dijo Louis– El halcón nómada. Me gusta. A veces, pensó Parker, Louis mostraba inquietantes signos de humanidad Y, por supuesto, el sarcasmo dirigido hacia determinadas profesiones no valoradas por todos de la misma manera, es motivo de expresiones humorísticas «—Podría buscarme otra profesión, supongo. No descarto la de psicólogo infantil, aunque mi propensión natural es intentar resolver problemas». La mezcla de negocios y religión es motivo de metáforas ingeniosas, también las acciones torpes en un contexto criminal. Situaciones que, unidas a contrastes absolutos entre horror y humor aportan a la penúltima entrega del detective de Connolly, tintes de novela negra gráfica en la que no desentonaría alguna viñeta en blanco y negro. «La pared, por encima de su cabeza, estaba salpicada de orificios de bala, y había un hombre muerto tendido sobre un charco de sangre que seguía extendiéndose. —¿Ves? –le dijo a Louis– Por eso no podemos tener cosas bonitas en casa». Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
¿Me animaría a leer otro libro del autor o de la serie detectivesca de Charlie Parker? No. No me pareció mal la historia pero no me atrapó lo suficiente. Así que mejor pruebo con otros autores del mismo género. Definitivamente este libro es una prueba de que también soy de las que se dejan llevar por una portada bonita o interesante xD y es que la verdad está bien padre. (Una hoguera con figuras como de ángeles ardiendo y pájaros saliendo del fuego, con una niña muy cerca de la hoguera, casi dentro de ella.) Otra cosa que no puedo dejar pasar es que el título no va con la historia, pues parece que a fuerza le metieron cuervos gigantescos y de mala huero que sólo mencionaron en algunas ocasiones al inicio y al final de la historia, y después hasta el autor se olvidó de los pajarracos. No fue difícil aclarar algunos de los casos que plantea el autor, sin embargo, sí me sorprendí un poco al descubrir quién se había llevado a la niña, pues no me lo esperaba, y es que nos enfocamos tanto en otros problemas que el caso de la niña desaparecida se fue quedando atrás. Aunque parece haber sido a conciencia del autor porque hasta en la trama mencionan que la investigación principal era la niña, aunque fue quedando relegada por las situaciones que iban surgiendo. + Leer más |
Empecé a leer este libro porque me gusta la novela negra y, por supuesto, uno de sus más destacados representantes, John Connolly. Me he llevado una sorpresa porque a los asesinos no los busca un detective. Es una novela de terror en la que su protagonista debe enfrentarse a seres fantasmales, fantásticos, que lo persiguen sin piedad para destrozarlo. Es una novela de aprendizaje; David, un chico de doce años pasa por una infancia traumática cuando, tras una penosa enfermedad muere su madre durante la Segunda Guerra Mundial. A esto se añade que a los cinco meses de perderla, su padre vuelve a casarse con Rose y, un tiempo después, la llegada de un hermano y el cambio de casa, a la de su madrastra, en el campo, más segura y más grande, consiguen que se sienta totalmente desamparado. En esta situación de abandono y tristeza, David se refugia en los libros, que le hablan, le cuentan historias como las que le contaba su madre todos los días. El libro de las cosas perdidas no es una novela infantil, aunque los jóvenes pueden leerla. Es una novela para adultos en la que nos vemos reflejados en las aventuras que le ocurren al protagonista. Los temas son universales: el miedo al abandono, a ser invisibles, los celos como signo infantil de inmadurez convertidos en envidia capaz de corrompernos de adultos, el dolor por la pérdida de un ser querido, la literatura como forma de conectar con los demás… Temas que tienen cabida en cualquier género literario y en diferentes subgéneros narrativos, pero Connolly los presenta en forma de novela negra con elementos irreales, sobrenaturales, situaciones en las que el protagonista será el héroe absoluto de los cuentos infantiles. David traspasa la realidad y se introduce en un mundo onírico poblado por las criaturas más terroríficas; el autor se encarga de introducir elementos transgresores en escenas que se acercan al origen de estos cuentos. Los enanos comunistas sometidos por una Blancanieves enorme y cruel, recuerdan a las versiones de otras culturas. «Lo cierto es que comía una barbaridad: no dejó más que los huesos de su conejo, y después se puso a coger carne del plato del Hermano Número Seis […] Devoró […] Bebió […] y lo bajó todo con dos pedazos de pastel de fruta horneado por el Hermano Número Uno […] Blancanieves se alejó tambaleándose de la mesa y se hundió en su sillón junto al fuego». David se ve inmerso en un despropósito real del que tiene que salir, para ello debe ir tomando decisiones ayudado primero por el Leñador y después por el caballero Ronland, hasta que adquiere autoconfianza y es capaz de razonar sobre cómo vencer al Hombre Torcido, un ser maligno que, aunque no lo crea, lo guiará de manera tremenda por todos sus miedos y traumas para poder superarlos «Y entonces los animales cayeron sobre ella, desgarrando y mordiendo, arrancando y desmenuzando, mientras David daba la espalda al horrendo espectáculo y huía al bosque». David se introduce en la literatura cuando el mundo que lo rodea es hostil, y será precisamente este mundo imaginado el que consiga devolverlo a la realidad, pues a través de las vivencias aprende a confiar en los demás «David, esta tierra es tan real como tú […] pueden matarte aquí y no volverías a tu hogar» y a ir tomando confianza en sí mismo y sus posibilidades «El niño tropezó en una ocasión y las zarpas le rasgaron la ropa de la espalda, pero él rodó por el suelo para apartarse». La estructura de la obra es muy original pues, partiendo de una novela iniciática, el autor es capaz de introducir toda una trama detectivesca basada en cuentos tradicionales; de este modo los elementos sobrenaturales son aceptados «El anciano escupió en el suelo, y la hierba crepitó al recibir su saliva», los seres fabulosos forman parte de lo habitual «El híbrido de lobo había detectado el rastro del niño en el campo de batalla», y la metaliteratura no interrumpe el argumento principal sino que forma parte de él; El libro de las cosas perdidas difumina la barrera entre ficción y realidad, «-Ahora cada presa es distinta porque cada niño aporta algo de sí mismo al animal con el que lo fusiono.» Y David, el protagonista, se transforma en un héroe legendario capaz de luchar contra otros hombres, contra animales peligrosos, seres mitológicos o incluso, contra la propia naturaleza. Es sorprendente el parecido con la epopeya griega. Si Ulises se alista en la guerra de Troya por miedo a ser castigado por quienes lo rodean, David entra en el mundo fantástico al temer que sus padres pudieran recluirlo en un manicomio «No quería que lo ingresasen, pero los sueños le daban miedo y no quería tener más». Como Odiseo, tiene una personalidad dual, David es el niño inocente, desvalido, y el Hombre Torcido es su alter ego maligno, el más sencillo de seguir, el que lo guía hasta que pueda encontrar el libro de las cosas perdidas sin avisarle de que ese libro está compuesto de todos los actos que hemos llevado a cabo, buenos o malos, y de las consecuencias de nuestra ira, arrogancia o envidia. Sólo hay que destruir al Hombre Torcido, a esa parte oscura que late en el niño, y más tarde en el adulto, para tener una vida llena de recuerdos y experiencias capaces de ser encontradas en todo momento. Y así, enfrentándose a sus dudas, temores e inseguridades, David desarrolla sus emociones hasta que puede manejarlas como actos de valentía. No tarda 20 años como Ulises, varios días inconsciente son suficientes para olvidarse de lo cotidiano y vivir sus miedos tan de cerca que se da cuenta de todo lo que podría perder. El ser humano necesita dosis regulares de ansiedad, de incertidumbre, de vencer lo inexplicable hasta que tenga sentido; si no lo consigue es difícil que lleve a cabo su completa formación, de ahí las cosas que se pierden durante la infancia, irrecuperables en la edad adulta si no les hicimos frente en su momento. A veces necesitamos ayuda, como es el caso de David, quien aprende de Roland para encarar sus adversidades. Roland no es el héroe típico que salva a su amada; amante de Rafael, y separado de él, debe dejar atrás su vida para encontrarlo aun sabiendo que habrá muerto. El sacrificio de Roland y Rafael, metáfora de los no aceptados en la sociedad, servirá para que los jóvenes —como David— maduren en su totalidad como seres humanos. Connolly introduce todas las sensaciones en espacios repulsivos, desolados o claustrofóbicos para que evoquen con claridad determinados personajes arquetípicos que nos causan espanto. El lenguaje descriptivo es único para presentar el pánico fantástico de la novela «Cuando se despertó, estaba encadenado a una silla en una mazmorra oscura. Tenía la boca abierta con un torno de metal, y había un caldero humeante suspendido sobre su cabeza»; el lector, al igual que el protagonista, acepta la existencia de seres sobrenaturales aunque a veces no se distinga lo real de lo irracional. David duda en ocasiones de lo que ve, pero lo siente verdadero; la ansiedad aumenta produciéndole un terror psicológico que se instala asimismo en nosotros hasta que entendemos lo que presenciamos. Como los personajes secundarios de la novela, nosotros somos testigos de la maldad que nos aprisiona y de la que queremos liberarnos «En un dormitorio había un hombre y una mujer desnudos, y el Hombre Torcido llevaba a los niños a verlos […] y el hombre y la mujer les susurraban cosas en la oscuridad de la cámara, contándoles cosas que los niños no debe saber». El final de El libro de las cosas perdidas, no tiene que ver con la historia de David sino que el autor se introduce para justificar por qué ha escrito esa novela y por qué ha quebrantado el conocimiento que tenemos de los cuentos tradicionales. Ha habido pocos cambios en el comportamiento humano a lo largo de la historia. Simplemente variadas manifestaciones. Algo que da miedo ¿o reconforta? Enlace: https://elblogaurisecular.bl.. + Leer más |
Novela negra bien llevada, lo mejor de John Connolly son sus malos, son muy malos, pero con clase, el de esta novela es un malo que pica, ahí lo dejo. El protagonista sigue con sus "visiones" y su código. La historia es interesante, con algunas cosas previsibles, pero interesante por la forma de llevarla. Pero lo mejor de todo son los malvados y los personajes satélites, son más apasionantes que el propio protagonista. Otra cosa buena de estas novelas es que el autor nos ilumina con los temas que aparecen en el libro, en este caso El Apocalipsis. En conjunto, para leer y seguir con la serie. |
Todo lo que muere es una auténtica novela negra. Os parecerá obvio, ¿no? Pues lo especifico porque, como ya habéis apuntado algunos en vuestras reseñas, tendemos a encuadrar dentro de este género todo libro donde haya un muerto, un policía o un detective, y aunque un libro se debe medir por su calidad y no por su género, creo que en este caso es importante hacer la distinción, ya que de lo contrario, algún lector que ande buscando un poco de suspense al estilo de otras novelas muy de moda últimamente (de las que yo también soy lectora y además me gustan), se dará de bruces con una novela dura, brutal, explícita en descripciones y que no ahorra en detalles por más escabrosos que estos sean (aunque tranquilos, que no hay casquería fina) con la posible consecuencia de hacerle aborrecer erróneamente la novela negra. Porque en "Todo lo que muere", haciendo honor a su título, no se salva ni el gato. Todos los detectives novelescos suelen tener un punto oscuro o gris en sus vidas. No voy a hacer comparaciones para no aburrir, pero es uno de los tópicos del género y Charlie Parker, para no ser menos, no escapa a ese cliché. Expolicía metido a investigador privado, exalcohólico, con la muerte de su esposa e hija a sus espaldas... Sin embargo Charlie Parker está provisto de una característica que sí lo hace del todo diferente de sus colegas de género, y es que en la novela hay unas pinceladas, aunque bastante solapadas, de tintes sobrenaturales. Por lo que he leído, en las siguientes novelas de la saga, al parecer el carácter sobrenatural está más presente que en "Todo lo que muere". Sin embargo esto no debe llevar a error a los amantes del género negro más puro, pues en el libro se llega a la resolución de los casos como consecuencia de la necesaria investigación policial y no de resultas de fenómenos paranormales. La trama tampoco se libera de los clichés al recurrir al socorrido asesino en serie y es que ese psicópata típico de las películas americanas tampoco escapa a "Todo lo que muere". A mí personalmente no me ha importado pese a estar muy visto porque la trama está bien construida. Como además de la lectura, el cine es otra de mis pasiones, por momentos mientras leía el libro, me venían a la cabeza imágenes de "Seven" o "Resurrección". (Si habéis podido resistir esas películas hasta el final, podréis aguantar la lectura del libro en lo tocante a sus explícitas descripciones.) Pero no sólo me han venido a la mente esas películas mientras leía el libro, también me han venido clásicos como "El padrino" o alguna película de Tarantino. La primera en lo tocante al mundo de la mafia, fielmente retratado en el libro, y Tarantino porque en este libro hay mucha, muchísima acción. Que durante la lectura del libro me haya acordado de tantas, lo achaco a que "Todo lo que muere" podría servir perfectamente de base para un guión cinematográfico porque creo que tiene todos los ingredientes necesarios para ello. No todo es acción en el libro, también hay sentimientos, disquisiciones sobre el bien y el mal, y pese a que en algunos momentos puedan llegar a aburrir, las he visto necesarias. Hay que tener en cuenta que se trata de un hombre que pierde a su familia mediante el crimen más brutal que uno pueda imaginarse y todo mientras el protagonista se encuentra emborrachándose en un bar. Lógicamente una cosa así no tiene más remedio que influir en su personalidad, de lo contrario el personaje no sería creíble. Por tanto, las dudas de Parker, sus miedos, sus sentimientos de culpa, sus ansias de venganza, su lengua ácida e irónica presente en toda la novela al estar narrada en primera persona, conforman al personaje haciéndolo real y convirtiendo sus actos en coherentes con su situación personal, incluso cuando traspasan el marco de la legalidad. "Windgate no sería capaz de elaborar siquiera el perfil de un pedo. Era un cabrón hipócrita y paternalista, pero era a su vez hermano del comisario, y eso lo convertía en un cabrón hipócrita y paternalista con influencias". (pág.:32) A diferencia de otras novelas negras, en "Todo lo que muere" no he encontrado una crítica social explícita, hay algo, pero está bastante enmascarado por la fuerza de la trama, hecho que por ejemplo sí está muy presente en las novelas de Henning Mankell o Stieg Larsson, y es que aquí la acción es la protagonista absoluta. La lectura del libro no se me ha hecho sin embargo regular, he tenido algunos altibajos y es que, pese a comenzar de forma impactante (nada nuevo por otro lado, y menos en este tipo de libros) enganchándote irremediablemente, luego hay momentos en los que el interés decae para resurgir nuevamente pasadas unas páginas. Lo achaco principalmente al exceso de personajes. Y es que Connolly nos tenía preparada una sorpresa en el libro, una historia dentro de otra, pero no una historia cualquiera, sino una que podría muy bien haber dado lugar a un libro diferente porque no está puesta para rellenar páginas sino que está perfectamente delineada, con entramado propio y desenlace independiente. Dos tramas tan complejas y con tanta cantidad de personajes impiden que el ritmo de la lectura sea uniforme. Connolly es un maestro creando historias, lo demuestra en este libro, pero el resultado es un arma de doble filo pues no terminas de acostumbrarte a unos personajes cuando te encuentras con otros. Este ha sido sin duda el obstáculo más grande que yo he encontrado en el libro hasta el punto de perder el hilo y tener que retroceder en alguna ocasión para recordar de quién se estaba hablando, por lo que considero que "Todo lo que muere" es una novela que requiere la concentración del lector porque la trama compleja y la cantidad de personajes así lo exigen. No es un libro que se pueda leer cuando uno tenga un ratito libre porque no se nos da masticado, uno tiene que poner de su parte o se perderá inevitablemente. Había leído en alguna de vuestras reseñas que el final era buenísimo y no puedo estar más conforme. "Todo lo que muere" termina de una forma más que destacable, sin dejar nada inconcluso y aunque para algunos el desenlace pudiera ser predecible, es la forma como se produce y no el quién lo que quita el hipo. Las últimas páginas se vuelven grandiosas. Que si volveré a leer a John Connolly. Por supuesto. Qué duda cabe. Enlace: https://elsindromedetsundoku.. + Leer más |
Tras la publicación de 'Tiempos oscuros', la última de las novelas de la serie que tiene como protagonista a Charlie Parker, esta nueva entrega, que supone la decimosexta de la saga, representa un paso más de su autor en esa mezcla tan característica suya entre el mundo sobrenatural y la novela negra y que tanto éxito editorial le ha reportado.
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En definitiva, una muy original y atractiva novela, en la que el autor recrea algunas vivencias y temores de su infancia junto con un homenaje a los cuentos de hadas, las torres oscuras y otros asuntos similares, y muy especialmente a los hermanos Grimm.
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Un libro entretenido. Pensaba que tendrían también factores paranormales pero no, Una thriller, unos asesinatos que al principio no sabes cómo se van a encadenar con la historia principal. El libro lo veo muy recargado de descripciones, para mi prescindibles. Otro aspecro que tampoco me ha gustado es la forma de contar hechos ya del pasado en medio de lo que pensabas que iba a ser un capítulo revelador. En general, una historia entretenida |
Una narrativa extraordinaria, una historia bien elaborada y construida, unos personajes con buena profundidad, bien dibujados y con los que es fácil empatizar, tiene todo lo que toda buena novela negra debe tener y además un final que me ha sorprendido ¿Entonces por que siento como si en lugar de 436 páginas pareciera que me leí 872? Me ha parecido eterno, creo que mucho tiene que ver que Charlie Parker, reciente ex detective de homicidios se enrola como investigador privado para encontrar a una persona, todo lo que sucede en esa búsqueda, termina en varios asesinatos, la mafia involucrada, un asesino en serie que termina siendo desvelado y cuando encuentran a dicho asesino te das cuenta que llevas solo el 50% del libro, la segunda parte es la búsqueda de Parker del asesino de su mujer y su hija, otra investigación, mas asesinatos, mas interrogantes y así, hasta dar con el culpable. La cuestión aquí es que, todo ha sido una mezcla de Duro de matar con Rambo en Nueva York, donde nuestro protagonista siempre esta a tiempo para encontrar los cadáveres, siempre se salva por los pelos para que lo asesinen, siempre termina golpeado, con un balazo en el hombro, maltratado y chamuscado, pero vivo, bien vivito mientras cientos de personas mueren a su alrededor. En fin. retomo mis primeras impresiones, el libro es muy bueno esta muy bien escrito, la historia es muy entretenida y si, voy a seguir con la serie por que a pesar de los pesares me ha gustado mucho + Leer más |
Gregorio Samsa es un ...