Hermann Hesse
El mismo, el viejo Harry había sido un Goehte así burguesmente idealizado, un héroe espiritual de esta clase de nobilísima mirada, radiante de sublimidad, de espíritu y sentido humano, lo mismo que de brillantina, y emocionado casi de su propia nobleza de alma. Diablo, a este lindo retrato le habían hecho, sin duda, grandes agujeros, lastimosamente había sido desmontado el ideal señor Haller. Parecía un dignatario saqueado en la calle por bandidos, con los pantalones hechos jirones, que hubiese debido aprender ahora el papel de andrajoso, pero que llevaba sus andrajos como si áun colgaran órdenes de ellos y siguiera pretendiendo lastimeramente conservar la dignidad perdida.
|