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Calificación promedio: 5 (sobre 562 calificaciones)
/Cuentos del escritor portugués José Saramago y del escritor alemán Hermann Hesse.
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El lobo estepario de Hermann Hesse
Todo hombre cree que los sufrimientos que le han tocado en suerte son los mayores del mundo
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Siddhartha de Hermann Hesse
Todo mentía, todo era hediondo, todo rezumaba engaño y simulaba tener sentido, felicidad y belleza, cuando no era más que podredumbre encubierta. El mundo tenía un gusto amargo. Una tortura era la vida.
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El lobo estepario de Hermann Hesse
El día había transcurrido del modo como suelen transcurrir estos días; lo había malbaratado, lo había consumido suavemente con mi manera primitiva y extraña de vivir; había trabajado un buen rato, dando vueltas a los libros viejos; había tenido dolores durante dos horas, como suele tenerlos la gente de alguna edad; había tomado unos polvos y me había alegrado de que los dolores se dejaran engañar; me había dado un baño caliente, absorbiendo el calorcillo agradable; había recibido tres veces el correo y hojeado las cartas, todas sin importancia, y los impresos, había hecho mi gimnasia respiratoria, dejando hoy por comodidad los ejercicios de meditación; había salido de paseo una hora y había visto dibujadas en el cielo bellas y delicadas muestras de preciosos cirros. Esto era muy bonito, igual que la lectura en los viejos libros y el estar tendido en el baño caliente; pero, en suma, no había sido precisamente un día encantador, no había sido un día radiante, de placer y ventura, sino simplemente uno de estos días como tienen que ser, por lo visto, para mí desde hace mucho tiempo los corrientes y normales; días mesuradamente agradables, absolutamente llevaderos, pasables y tibios, de un señor descontento y de cierta edad; días sin dolores especiales, sin preocupaciones especiales, sin verdadero desaliento y sin desesperanza; días en los cuales puede meditarse tranquila y objetivamente, sin agitaciones ni miedos, hasta la cuestión de si no habrá llegado el instante de seguir el ejemplo del célebre autor de los Estudios y sufrir un accidente al afeitarse.
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San Francisco de Asís de Hermann Hesse
Francisco fue citado a comparecer al Tribunal del Obispo ... Al llegar al lugar, obediente y contento, encontró a la ciudad entera reunida allí por curiosidad y ganas de manifestarse. Luego que su padre lo expulsara y desheredara con gran furia, sus ropas, que pertenecían al señor Bernardone, se las entregó y quedó desnudo allí de pie y declaró su propósito de en el futuro sólo responder al Padre del Cielo. Nadie se animó entonces a burlarse de él, y el obispo, asombrado por tanta valentía y fe, cubrió al desarropado con su propio manto.
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El lobo estepario de Hermann Hesse
"La mayor parte de los hombres no quieren antes de saber." ¿No es esto espiritual? ¡No quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua. Y naturalmente no quieren pensar: han sido creados para la vida, ¡no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ese podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ese precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará.
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Siddhartha de Hermann Hesse
- “ Todos son agradecidos, aunque ellos mismos podrían reclamar mi gratitud. Todos son sumisos, a todos les gusta ser amigos, obedecer y pensar poco. Los hombres son como niños.”
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El lobo estepario de Hermann Hesse
La vida humana se convierte en verdadero dolor, en verdadero infierno sólo allí donde dos épocas, dos culturas o religiones se entrecruzan.
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Demian de Hermann Hesse
El jardín ya no tenía perfume, el bosque no me atraía; el mundo a mi alrededor parecía un saldo de cosas viejas, gris y sin atractivo; los libros eran papel y la música ruido.
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El lobo estepario de Hermann Hesse
Fue toda su vida una prueba de que sin el amor de la propia persona es también imposible el amor al prójimo.
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Es un retelling de...