Olive Kitteridge de Elizabeth Strout
Cualquier ruptura que hubiera ocurrido, […]podía curarse. Dejaría su cicatriz, pero las cicatrices se acumulan y uno seguía adelante, […]
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Olive Kitteridge de Elizabeth Strout
Cualquier ruptura que hubiera ocurrido, […]podía curarse. Dejaría su cicatriz, pero las cicatrices se acumulan y uno seguía adelante, […]
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Me llamo Lucy Barton de Elizabeth Strout
En aquel momento comprendí que no me casaría con él. Es curioso que una sola cosa baste para que te des cuenta de algo así. Puedes estar dispuesta a renunciar a los hijos que siempre has deseado, puedes estar dispuesta a soportar comentarios sobre tu pasado, o sobre tu ropa, pero de repente..., un comentario mínimo, y el alma se desinfla y dice: ah.
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Me llamo Lucy Barton de Elizabeth Strout
Cuando era pequeña, mi familia iba a la iglesia congregacional. Allí estábamos tan marginados como en todos los demás sitios; ni siquiera el profesor de la escuela dominical nos hacía caso.
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Olive Kitteridge de Elizabeth Strout
La vida debía de ser eso, comprender algo cuando ya era demasiado tarde.
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Lucy y el mar de Elizabeth Strout
Cuando una persona se entusiasma de verdad con algo puede ser contagioso.
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Ay, William de Elizabeth Strout
Renunciaría a todo, al éxito que he tenido como escritora, renunciaría por completo _en lo que dura un latido_, a cambio de una familia unida y unas hijas que se supieran plenamente queridas por sus padres, que estuvieran unidas y se quisieran.
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Ay, William de Elizabeth Strout
Así es la vida: son muchas las cosas de las que no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde.
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Ay, William de Elizabeth Strout
De repente tuve un recuerdo visceral de lo horrible que a veces me resultaba el matrimonio los años que viví con William: una familiaridad tan densa que lo invadía todo; un conocimiento del otro tan profundo que casi te atragantaba; que te entraba; que te entraba prácticamente por las fosas nasales; el olor de los pensamientos del otro; la conciencia de cada palabra que se decía; el más leve movimiento de una ceja; una inclinación de barbilla apenas perceptible; nadie más que el otro comprendería su significado. Pero viviendo así era imposible ser libre, nunca. La intimidad se volvió siniestra. |
Ay, William de Elizabeth Strout
Lo que quiero decir con esto es que la gente está muy sola. Mucha gente no es capaz de decir lo que les gustaría decir a quienes conoce bien.
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Me llamo Lucy Barton de Elizabeth Strout
Cuando escribes una novela, puedes reescribirla, pero cuando vives con alguien veinte años, esa es la novela, y no puedes volver a escribir esa novela con nadie.
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Me llamo Lucy Barton de Elizabeth Strout
Que a pesar de estar en la plenitud de la vida, me sentía sola. La soledad fue el primer sabor que había probado en mi vida, y seguía allí, oculto dentro de la cavidad de mi boca, recordándomelo.
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Gregorio Samsa es un ...