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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Por malo que te parezca un día, solo tiene veinticuatro horas y el sol volverá a salir.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Su sonrisa pequeñita me atravesó con la fuerza con la que lo hubiera hecho una lanza, pero sonreí, porque no dolía.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
- No es que crea en las medias naranjas, pero...- - Pero te seduce la idea de alma gemela ¿no? Pues déjame decirte algo..., hay cientos de personas para nosotros. Estamos hechos de demasiados colores como para que solo encajemos con uno en concreto. Y, además, cualquier querer, por breve que sea, es querer. Y vale la pena. |
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
-No hay nada que nos parezca más atrayente que una historia imperfecta porque creemos que podremos arreglarla.
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
-Los celos, vengan de la parte que vengan, no son muestra de amor. Son… miedo e inseguridad. Y convierten al otro o en un esclavo o en alguien que no es.
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
Con el tiempo entendí que él no debía quererme más sino bien, y yo me sentía insulsa porque aún no había hecho las paces con la «realidad va expectativa» de lo que «sería de mayor».
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
Siempre fue la mujer de una vida que no estaba preparado para tener.
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
La lengua me acarició el paladar, como si quisiera decir su nombre, pero no me atreví porque una vez dicho no se podía desdecir; porque una vez me tocaba, tardaba en irse la huella; porque una vez me besaba, no tenía nada de lo que fue Macarena, pero sí todo lo que fuimos. Todo lo que pudimos ser.
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Mi isla de Elísabet Benavent
Mercedes me dijo una vez que la vida era como una madeja de hilo, que parecía estar horriblemente enredada pero que, al ir deshaciéndolo uno se daba cuenta de que solamente era un hilo enrollado sobre sí mismo, con un principio y un final. Y en cierta forma era así. Los problemas eran nudos y el futuro estaba condicionado por el hecho de qué éramos la misma materia prima que al principio pero más sobada, deshilachada, cambiada.
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Mi isla de Elísabet Benavent
El ser humano es especialista es quitarse de encima la culpa y hundir la cabeza en la tierra como avestruces.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Notar que la conversación con esa persona agita el cerebro por dentro. Que la verías a todas horas, aunque no lo hagas. Que le contarías cualquier mierda que se te cruza por la mente.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
“Cualquier querer, por breve que sea, es querer. Y vale la pena”.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Si a algo le canta la música es al amor. Y si no encontramos palabras, siempre tendremos canciones con las que decir aquello que no logramos explicar.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
La rabia contiene pasión. Si algo no te toca de cerca, de algún modo, no sientes rabia.
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El arte de engañar al karma de Elísabet Benavent
Si no puedes alcanzar la perfección, al menos inténtalo de tantas formas como quieras.
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
—Todos tenemos derecho a enamorarnos de quien no debemos una vez en la vida —le aclaré—. Y derecho aprender de ello en silencio.
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Fuimos canciones de Elísabet Benavent
Una herida solo cicatriza bien cuando está limpia y la mía estaba llena de recuerdos que la ensuciaban.
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Gregorio Samsa es un ...