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Mi isla de Elísabet Benavent
No es cuestión de suerte ni de sentirte especial tras una grandilocuente moñada. Sentirse especial se construye minuto a minuto, hora tras hora, día tras día, cuando te conviertes en una prioridad para alguien.
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Mi isla de Elísabet Benavent
Hay pocas cosas en el mundo que me gusten más que un hombre guapo leyendo.
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Toda la verdad de mis mentiras de Elísabet Benavent
Pero... Todos mentimos. Todos guardamos secretos. Todos escondemos la mierda debajo de la alfombra y creemos que nunca se descubrirá.
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Un cuento perfecto de Elísabet Benavent
La vida no es un cuento, pero, en el caso de que lo sea, supongo que nunca será uno perfecto.
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Alguien que no soy de Elísabet Benavent
—No hablas mucho —comenté. —Dicen que es preferible callar y parecer imbécil a abrir la boca y confirmarlo. |
Valeria en blanco y negro de Elísabet Benavent
-Pues prometámonos a nosotras mismas que jamás nos quedaremos con algo que no nos gusta por el mero hecho de que sea cómodo. -Todas asentimos-. Nos merecemos lo mejor y, sobre todo, nos merecemos creerlo.
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Todas esas cosas que te diré mañana de Elísabet Benavent
El amor es mucho más complejo de lo que nos contaron. El amor es esa cuneta en la que terminamos todos varados sin saber cuándo perdimos el control del coche, sin ser capaces de contar cuántas vueltas de campana dimos hasta terminar allí metidos.
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Todas esas cosas que te diré mañana de Elísabet Benavent
Me quedé con ganas de un abrazo. Me lo das la proxima vez. Tenemos muchas más rarezas que enseñarnos. |
Todas esas cosas que te diré mañana de Elísabet Benavent
Cuando lo conocí, cuando lo conocí de verdad, me gusto que fuera raro, igual que yo. Cuando coincidimos aquella mañana en medio de esa maraña que es el mundo, sentí que en realidad mis rarezas no importaban, Ni las suyas. Y es que la vida es una bolsa llena de sinrazones y el equilibrio es imposible cuando vienes y me hablas de nosotros dos.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
Tenía esa edad en la que creerte Hemingway no te da vergüenza y estaba loco de amor
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
Las muestras de cariño no pueden demandarse por obligación. Te las dan o no te las dan, puedes añorarlas o sentir que sobran, pero si se imponen carecen de sentido.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
La mayor parte de la gente que hace daño es solo gente que no sabe cómo querer del modo que el otro necesita.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
Cuando todo termina, de lo único que te arrepientes es de todas esas emociones que no viviste por miedo. Y de las decisiones que tomaste por orgullo.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
No hay necesidad de forzar las cosas para que encajen en lo que habíamos imaginado que serían. No hay necesidad de sufrir de más.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
Hay algo tremendamente maravilloso en las expectativas; son el motor que nos permite aspirar a más. Son sueños. Están hechas del mismo material que aquello que ansiamos conseguir, pero no funcionan de la misma manera, pues tienen una naturaleza engañosa.
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Cómo escribí nuestra historia de Elísabet Benavent
En ocasiones me ha dado la sensación de que la vida es una balanza constante entre nuestras expectativas y la realidad; depende de cómo manejamos el espacio en el que crece la diferencia entre ambas. Cómo soñamos nuestra vida y cómo la vivimos después, apañándonoslas con lo que nos llega, es lo que nos define.
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Moby Dick, Herman Melville