El peso de vivir en la tierra de David Toscana
No le gustaba beber, pero a partir de esa noche tendría que hacerlo. Habría de beber cada día y prometerle entre lágrimas a Marfa Petrovna que no lo haría más.
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El peso de vivir en la tierra de David Toscana
No le gustaba beber, pero a partir de esa noche tendría que hacerlo. Habría de beber cada día y prometerle entre lágrimas a Marfa Petrovna que no lo haría más.
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El peso de vivir en la tierra de David Toscana
Para los escritores, las cosas no cambiaban en Rusia, pues si Dostoyevski había parado en un campo de trabajos forzados por leer una carta, a Solzhenitsyn le había caído la misma suerte cien años después por escribir una.
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La ciudad que el diablo se llevó de David Toscana
En esta ciudad hay que celebrar cada día que se está vivo. Aquí no se llora a los muertos; se aclama a los vivos.
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Santa María del Circo de David Toscana
La costumbre puede matar un espectáculo que se precia de original; en cambio el circo, a base de repetirse, ya se volvió una tradición; y la gente no cuestiona las tradiciones, simplemente las acepta y vive con la idea de que son buenas.
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La ciudad que el diablo se llevó de David Toscana
Hoy la muerte nos guiñó el ojo y le dimos una bofetada.
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La ciudad que el diablo se llevó de David Toscana
Muchos varsovianos habían perdido su casa o seres queridos o una pierna o un brazo. El novelista había perdido el alma.
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Estación Tula de David Toscana
-No puedo. -¿No puedes qué? -Saltarme once años así de fácil. La novela requiere de continuidad, de un hilo que... -¿Novela? ¿Cuál novela? ¿ O sea que yo te pido una biografía y tú escribes una novela? El viejo me miraba impaciente. Apretó con las manos tensas las ruedas de su silla y la estuvo moviendo hacia delante y hacia atrás hasta que se cayó la cobija que le cubría las piernas. -Novela o biografía, es lo mismo -le dije-, todo es el nombre que uno le quiera dar. -O de las mentiras que quieras inventar. ¿Me aseguras que has sido fiel a todo lo que te he contado?
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Las bicicletas de David Toscana
En la soledad de su cama, reparó en el papel que había humedecido con su mano sudorosa y se puso a leerlo. Este 31 de octubre a las seis de la tarde en la plaza va a haber votación para votar para que no se abra la cantina.
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Lontananza de David Toscana
Para Amaro la felicidad era una falacia aprendida en las telenovelas. Nadie podía ser feliz porque la alegría era algo momentáneo que de pronto aparecía en una risa, con una buena noticia, con un buen trago, pero igualmente se esfumaba en un momento y tardaba en volver.
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El ejército iluminado de David Toscana
Corre, Matus, vuela, porque el negro de Tanzania te pisa los talones, y el negro entelerido de Tanzania pesa toneladas y ruge y lanza chirridos y humo negro como su piel; corre, Matus, es lo menos que puedes hacer porque Azucena está encerrada en su cuarto y Ubaldo ahora dibuja muertos y el Milagro grita ocho por once 42, siempre 42, tu eterna distancia, la distancia del hombre; y corre, Matus, porque Cerillo duerme inmóvil vestido de blanco junto a una madre sollozante, y ya no babea, se ha convertido en la pieza blanca que Comodoro saca en el momento justo para ganar la partida.
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El peso de vivir en la tierra de David Toscana
Ni los dioses han so tan sabios como Chéjov para revelar lo que acontece en el corazón de un hombre cuando ve pasar una belleza que no le pertenece.
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Santa María del Circo de David Toscana
- Don Alejo tiene razón. nadie decide ser cirquero. Al menos yo no lo hice y seguro tú tampoco, así que no me mires con ojos de incredulidad. Yo tenía planes como todos, o sueños; quizás no hay diferencia porque unos y otros se van los mismo a la cloaca.
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Duelo por Miguel Pruneda de David Toscana
O lo echamos en la bañera, propuso Horacio, y la llenamos con formol. Para entonces las tres tazas se hallaban vacías y Estela no estaba dispuesta a preparar más café. Miguel y Horacio continuaron dando ideas, pero ninguna fue mejor aceptada que la del formol.
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¿En qué año se publicó?