Estación Tula de David Toscana
-No puedo. -¿No puedes qué? -Saltarme once años así de fácil. La novela requiere de continuidad, de un hilo que... -¿Novela? ¿Cuál novela? ¿ O sea que yo te pido una biografía y tú escribes una novela? El viejo me miraba impaciente. Apretó con las manos tensas las ruedas de su silla y la estuvo moviendo hacia delante y hacia atrás hasta que se cayó la cobija que le cubría las piernas. -Novela o biografía, es lo mismo -le dije-, todo es el nombre que uno le quiera dar. -O de las mentiras que quieras inventar. ¿Me aseguras que has sido fiel a todo lo que te he contado?
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