Me resulta difícil escribir una reseña que, desde mi punto de vista, sea objetiva y fundamentada pero sin cruzar la línea de la falta de respeto.
Considero que la literatura debe hacer sentir al lector, sea cual sea el género, el estilo, la forma... y este libro no me ha hecho sentir nada, excepto frustración una vez lo he terminado.
En primer lugar, narra dos historias sobre la misma persona pero una en primera persona y otra en segunda persona cuando la diferencia temporal es solo de un año. No he terminado de entender por qué lo hace, si tiene un fin sensitivo o emocional, porque a mi no me ha hecho sentir nada y, exclusivamente, me ha dificultado adentrarme de lleno en la historia al cambiar, sin sentido, de primera a tercera persona. Hubiera sudo muy simple escribir la historia de hace un año en primer persona pero en pretérito perfecto. Para mí, un grave error.
Por otro lado, tenemos la historia de Fernando, que aporta nada hasta las página 200. Ya me resulta difícil de continuar leyendo una historia que no me aporta nada durante 200 páginas, pero si, además, el libro tiene 370, la complejidad se incrementa. También cabe decir que la historia paralela de Fernando me ha resultado contraproducente. Al ser tan alejada al caso sabes que es fundamental y me parecía más ilógico cómo no encontraba sustancia en su historia hasta que faltan 70 páginas para el final.
No comprendo como de un libro de 370 pagina, se cuenta muy poco en casi 300. El libro resulta plano durante demasiadas páginas y cuando, en la página 180 aproximadamente, parece que va a comenzar a aumentar la intensidad y ritmo de la trama la forma en la que el autor te ofrece la información y los hechos es casi irrisoria y parece sacada de la chistera, sin conexión, lógica ni sentido.
No sé si habré sido yo, o el momento en que lo he leído, o haber tenido unas últimas lecturas que me han gustado mucho pero me ha decepcionado y más, si cabe, tratándose de un libro que tenía ganas de leer.
Lo único bueno que resaltaría sería la pluma del autor que me ha gustado. Pero los personajes no me han resultado atractivos, la ambientación tampoco, y la trama y el ritmo narrativo en absoluto.
Por cierto, si Fernando hubiera ido al psicólogo el libro hubiera acabado en la página 150.
Me ha parecido una historia y una trama cogida con hilos demasiado finos.
Me da mucha pena por le autor escribir esta reseña, pero me ha resultado frustrante al lectura y considero que puedo y debo compartirlo. Quizá haya muchísima gente que opina lo contrario y, en gran parte, es la gracia de leer.
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