Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
- ¡Oh! ¡Mujer sin corazón, cuerpo sin alma! Te he salvado la vida, he concentrado en ti mi amor, he hecho callar en mí todo sentimiento que pudiera ofender lo que llamaré tu candor, puesto que para mí eras en mi delirio una virgen tan sagrada como la que está en el cielo ... Ahora te he mirado de cerca, y no eres sino una mujer y yo un hombre ... ¡Oh! Ha de llegar un día en que me vengue.
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