Joseph Balsamo: Memorias de un médico de Alejandro Dumas
Arrodillado Gilberto y sin respiración, sentía afluir toda su sangre al corazón y a las sienes; un fuego inextinguible circulaba sus venas, sus ojos se iban nublando poco a poco, y un murmullo febril, desconocido, resonaba en sus oídos; se encontraba efectivamente próximo al furioso delirio que precipita a los hombres en el horrible abismo de la locura, y ya se disponía a penetrar en el aposento de Andrea gritando ...
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