La rosa de Hereford

Él le tomó el rostro con las manos y la besó, la besó como solo se besa una vez en la vida, con toda el alma asomada a los labios.

Una de las pocas ventajas de ver pasar el tiempo consistía en sentirse lo bastante libre como para poder saltarse algunas reglas sin temor a las consecuencias, y en poder tomarse ciertas licencias sin que a nadie le importase un ardite.

El tiempo parecía haberse ralentizado. "Ahora miraré y ya será mediodía", se dijo, para comprobar solo un instante después que aún no habían dado siquiera las once.

Hay promesas que uno no debería hacerse jamás.

“Hay promesas que uno no debería hacer jamás.”

“Un desastre es un acontecimiento de especial relevancia que cambia el curso de las vidas de muchas personas – aclaró ella-. Dudo mucho que mi humilde persona haya podido causar tantos desperfectos.”

“Y he aquí el último superviviente de la Rosa de Elsbeth, de la Rosa de Hereford.”

“Querido, podría escribir un libro con todo lo que no sabes de mí.”