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Cuando te enfrentas a una lectura llena de expectativas que, además, está escrita por una de tus autoras favoritas... las dudas y la reticencia son innevitables. Más cuando, como es el caso, cambias por completo de género pues yo a Ward, de todas las sagas que he leído suyas, solo la he probado en el contexto paranormal. Dar el salto al romance contemporáneo, o más bien al suspense romántico como viene siendo el caso, puede ser complicado. Hasta que pruebas, no sabes si saldrá bien. Otro de los motivos que, pese a tener un ejemplar en mi poder casi desde que Phobe lo publicara, no lo haya leído hasta hoy, es que las críticas que me topaba eran más del corte "bien, pero...", "no a la altura de Ward", "me esperaba más romance", etc. Ahora, después de leerlo, he de decir que a mí me ha encantado. Es una historia completamente diferente a lo que la autora me tiene acostumbrada, con más drama, más suspense y considerablemente menos romance y erotismo que en otras de sus sagas... pero soy de las que siempre ha defendido un alto contenido sexual de así requerirlo la historia, y lo mismo opino a la inversa: si la historia no lo pide, no hace falta meter romance y sexo con calzador. Así que a mí, la "ausencia" de exceso romance por parte de nuestros protagonistas, y que su relación sentimental no sea el foco principal de atención, no me ha desagradado en lo más mínimo. Es más, lo aplaudo. Me ha parecido un acierto. Que no contenga tanto sexo como en La hermandad de la daga negra, no significa que no haya, que no veamos el desarrollo entre la relación de Danny y Anne... Esta parte de la historia tiene su foco y su importancia, pero es uno más de tantos elementos, no el principal ni el que lleva el peso de la trama. Este puesto se lo lleva el suspense, la investigación de Anne por descubrir qué hay detrás de los varios incendios similares que se han dado a lo largo de los últimos años. Uno de los cuales acabó con su carrera en el cuerpo de bomberos. La investigación es interesante y te mantiene en vilo, Ward consigue ponerte de los nervios según Anne va avanzando en sus investigaciones y haciendo nuevos descubrimientos. Además, de forma paralela, vamos descubriendo lo que sucede con otros personajes como Danny y Tom (el hermano de Anne), dándonos detalles para esta trama que no hace sino complicarse con cada página que pasa y que va para largo pues, si bien una parte de la investigación queda resuelta, el enemigo será un ente demasiado grande como para vencerlo en un solo libro... y promete ser el denominador común que unirá el resto de libros (además del factor bomberos, claro). Además, no puedo omitir en la reseña algo que he pensado mientras leía el libro: y es que me ha fascinado la crudeza con la que Ward relata varias escenas. Estamos frente a una saga de hombres y mujeres que se ganan la vida apagando incendios, metiéndose en la boca del lobo para salvar a otros... y no están exentos de sufrir las consecuencias de la peligrosidad que entraña. En este sentido el libro comienza con toda la leña en el asador, y te deja con los pelos de punta... Me ha encantado ver que la autora no se achanta al hacer que nuestros personajes sufran las consecuencias de sus elecciones y de mantenerse en sintonía con el riesgo que corren. Como única parte negativa, y el motivo por el que para mí no es una historia de 10... Es algo que más que Ward en sí misma arrastra toda la sociedad en conjunto. Me encanta ver cómo la literatura avanza e incluye personajes femininos fuertes, decididos e independientes. Me gusta que las chicas ya no seamos retratadas a la fuerza como meras damiselas en apuros a ser rescatadas por el gran macho alfa... y opino que está bien que haya variedad, no necesito que todas las chicas sean fuertes porque no es realista, de la misma forma que no todos los chicos lo son. Pero lo que me fastidia es encontrarme un personaje tan guerrero como Anne, que es capaz de valerse por sí misma y así la retrata la autora y la ven aquellos que la rodean... pero que, a fin de cuentas, cuando llega el momento decisivo, termina siendo rescatada por su gran hombre. Sé que ella probablemente ni se dio cuenta al escribirlo, pero es la sensación que me ha dejado... que ha creado un personaje fuerte que a fin sigue teniendo que ser rescatada cuando más importa. ¿Por qué no al revés? Es lo que me pregunto yo. ¿Cuándo crearemos historias en las que no solo hablemos de muejeres fuertes sino también demuestren que lo son? ¿Que ellas también pueden rescatarlos a ellos sin que eso implique que sean menos hombres? Y por eso digo que más que de la autora, es un problema que tiene aún la sociedad. Somos capaces de aceptar que las chicas podemos ser fuertes, entrenarnos, ser duras y dignas de respeto y admiración... pero siempre ponemos un límite. Y me da pena, aunque espero que al ritmo que avanza este asunto (y que queda patente al leer novelas del género a lo largo de diversos años) dentro de unos años esta brecha se haga más pequeña. + Leer más |