Los diarios de Adán y Eva

ADÁN:
ALLÍ DONDE ESTABA ELLA,
ESTABA EL PARAÍSO.

. . . ¡Anoche devolvieron la luna a su lugar, y estoy tan feliz! Pienso que es muy honesto por su parte. La luna se deslizó y volvió a desaparecer,pero ya no estoy afligida; no hay necesidad de preocuparse cuando uno tiene ese tipo de vecinos; la devolverán.

. . . le salió agua por los agujeros con los que mira, la enjugó con el dorso de sus zarpas e hizo un ruido similar al que hacen otros animales cuando están en dificultades-

Me vi obligado a comerlas, ¡tenía tanta hambre! Era en contra de mis principios, pero me di cuenta que los principios no tienen fuerza real a no ser que uno esté bien alimentado.

Las estrellas también son buenas. Me gustaría conseguir algunas para adornar mi cabello.

Ojalá pudiera hacerle entender que un corazón amante es riqueza, y riqueza suficiente, y que sin un buen corazón el intelecto es pobreza.