Sonata a Kreutzer

No podía pensar ni sentir de otro modo, pues la habían educado en la idea de que solo hay una cosa en el mundo digna de interés: el amor.

Les conceden todo tipo de derechos, iguales que los de los hombres, pero siguen mirándolas como un instrumento del placer; así las educan de pequeñas y así se lo inculca la opinión pública.

Usted convenza a una persona de que necesita el vodka, el tabaco o el opio, y todo esto le resultará imprescindible.

Aquel odio no era otra cosa que una protesta de la naturaleza humana contra la animal que la oprimía.

Entonces que el hombre tampoco goce de este derecho

Que todo matrimonio que no se fundamente en los afectos naturales, o, si usted quiere, en el amor, carece de todo compromiso moral.

Ustedes hablan de lo que se cree que sucede y yo, en cambio, de lo que ocurre en realidad.

Los animales son bestias; los hombres, en cambio, se rigen por la ley.

Al dar rienda suelta a mi furia locame embriagué con ella y quise hacer algo fuera de lo común., algo que reflejara el grado sumo de mi desenfreno.

Así se casan todos, y así me casé yo. Y luego vino la tan loada luna de miel. ¡Ya ve que nombre más infame!