Cuentos

El año pasado por estas fechas también leí una recopilación de cuentos de Tolstoi. Es un autor al que tengo muchas ganas, puesto que solo he leído sus dos novelas más famosas. En algún momento de mi vida espero poder leer alguna otra novela suya.Sé que es un personaje muy controvertido, con una vida que tuvo muy poco de idílica, que exponía unas ideas que eran mucho mejores que su comportamiento habitual. No justifico para nada eso. Pero hace tiempo que tomado la decisión de separar el baile del bailarín, porque si no me perdería muchos bailes. Creo que está bien leer con pensamiento crítico, siendo consciente de que no hay que glorificar a ningún autor, sino investigar sobre él y ver mejor el contexto. Leer simplemente escudándose en que el contexto histórico y moral de una forma determinada. A mí se me queda corto. Un contexto histórico es inamovible, si. Pero eso no quita que fuera una mierda y muy injusto para algunos colectivos. Pero creo que siendo conscientes de eso, el kid de la cuestión no es dejar de leer autores, porque tuvieran un comportamiento de vida poco respetable, sino leer siendo consciente de que había mal de ellos y enfrentarte a ello sabiendo juzgarlo.

Dicho lo cual, admito que no sé mucho sobre la biografía de Tolstoi. Yo os he dicho que leído muy poco de él, y se menos de su vida, excepto por una breve biografía que he leído este año y en la que se ponía en relieve su amor por la música.

Respecto a la antología que ahora tenemos entre manos, me parece que habido cuentos que me han gustado mucho en contraposición con otros que me han resultado bastante indiferentes y muy parecidos entre sí. Podríamos dividirla en dos tipos de cuentos: por un lado aquellos que tienen más sabor a Historia infantil y que están cargadas de una gran carga moral y religiosa. Y otros de tintes más realistas, filosófico y de critica social. Todos ellos, independientemente, tienen su moraleja y una fuerte carga psicologica y humana. Entre sus páginas se pasean todo tipo de caracteres y situaciones, todos ellos descritos con la pluma siempre concienzuda, incisiva e intensa que caracterizaba a Tolstoi.

Mención especial, a la edición en con la que he leído estos relatos, publicada en el 1993. Me parece una auténtica monería, y con un diseño muy vintage. La letra muy pequeña, pero en general es un libro que se lee muy bien y con una a traducción de sabor añejo, pero bastante meritoria y encantadora.

En general, como en toda antología, ha habido cuentos que me han gustado mucho y otros que no me han dicho mucho o no me han gustado tanto. A continuación, os daré brevemente mi opinión sobre cada uno de ellos:


“Ivan el Imbécil”: El primer cuento de esta antología es también el primero al que podemos imputar aquello de que tiene un poderoso sabor a Historia de los hermanos Grimm. El diablo encontrara la horma de su zapato en el personaje de Iván, el imbécil, un simple campesino que es inasequible al desaliento, las pruebas y la ambición. El resultado es una moraleja, en la cual se habla de la importancia del trabajo duro en el campo, que es más importante que el oro y la guerra. El esfuerzo diario y la agricultura es lo que dignifica al hombre y a la mujer, más que el poseer tierras y bienes. Eso no es nada, pues se puede vivir muy bien en su sociedad utópica basada en el trueque más que en el intercambio de bienes por servicios y en el trabajo practico más que en el intelectual. Una idea de tintes comunistas en la que se ven muchas de las ideas que Tolstoi defendió en vida en sus tierras y escritos. Incluso los poderosos deben torcer el espinazo. Es cierto que se glorifica el trabajo manual y agrícola. Pero una vez más, porque estoy olvida el piquillo detalle de que las teorías que es por eso más eso, teorías, que algo que pueda llevarse plenamente a la práctica. Su idea es demasiado idealista. Y más de un hombre que abogo mucho por la igualdad entre personas, pero que a efectos prácticos seguía llevando una existencia materialmente privilegiada mientras se enriquecía con el esfuerzo de sus campesinos en sus tierras.

“Polikushka”: menudo drama de historia, sin duda de las que más me han impactado de este libro y con la que más he sufrido. Por su tono me ha recordado mucho al que, hasta ahora para mi, sigue siendo el mejor relato de Tolstoi que he leído, “La Muerte de Iván Ilich”. El protagonista de esta pequeña obra es un pobre padre de familia numerosa que tiene un pasado turbulento plagado de robos y alcholismo. Cuando la señora de las tierras donde vive le encarga una misión, Polikei ve la oportunidad de enmendarse. Sin embargo, todo saldrá mal y a partir de ahí se desencadenara la tragedia.

En poco más de 50 páginas Tolstoi habla de un tema tan eterno como son los caprichos del destino, la forma en que las desgracias de unos constituyen la suerte de otros. Vivimos en un mundo injusto, en el que la rueda gira y gira y pone a cada uno en un lugar de forma arbitraria. A veces se tiene suerte, pero luego llega el momento en que esta se abandona. Y viceversa. El lector y los personajes del cuento lo descubren de una forma increíble cruel y cínica, acompañado de una fuerte critica al sistema de reclutamiento de las tropas rusas. Es una historia dura y que te deja con muy mal cuerpo.

“El mujik y el espíritu de las aguas”: cuento muy breve y que recuerda mucho a las historias de los hermanos Grimm. Esto se debe a la aparición de un espíritu del bosque que premia la honradez y castiga la avaricia. La moraleja es tan cristalina como las aguas del río donde vive la criatura.

“El manantial”: otro ejemplo más de cuento muy corto y simple, con sabor a parábola y una profunda y directa moraleja sobre como deben ser las personas en la vida.

“La vida en el campo”: más que un cuento, nos encontramos ante un breve ensayo en el que se critican las duras condiciones de los campesinos, obligados a trabajar duramente, en contraposición con las vidas fáciles de sus señores, los dueños de las tierras que los otros trabajan. Los campesinos son víctimas de un mundo que hace que las personas deban trabajar y luchar para sobrevivir, tal es su sino. Tolstoi recuerda que es también labor de sus señores hacer que sus vidas sean mejores. Uno no puede escurrir el bulto, es obligación de todos.

“El Zar y la camisa”: otro cuento bonito y con moraleja: nunca tendrás lo que quieres, siempre habrá algo que te falte, la plenitud total no existe. Así que disfruta de lo que si tienes.

“Cambises y Psamético”: la verdad es que este cuento me ha resultado un poco indiferente, para que mentir. No está mal, pero ha habido otros que me han llamado más la atención.

“Los dos hermanos”: me ha parecido un cuento muy potente en dos páginas. Dos hermanos se encuentran ante la posibilidad de encontrar la felicidad si pasan unas pruebas, y cada uno actúa de una manera diferente. La moraleja es simple: aunque te equivoques y salga mal, es mejor hacer algo y arriesgarse, vivir con todas sus consecuencias. al final de tu vida tendrás recuerdos que atesorar y tú existencia habrá tenido significado.

“El músico Alberto”: este cuento me ha descolocado un poco. No sé si he logrado captarlo plenamente. Veo ciertas pinceladas interesantes, pero siento que no logro ver el cuadro completo. Alcholizado, solo y abandona por todos, el musico Alberto que da nombre al relato se enfrenta un juicio que trata sobre su genialidad. La existencia consagrada al arte y las extravagancias que conlleva, se ponen sobre la mesa, tratándose la naturaleza del arte dista y de su trabajo, contraponiéndola a la dura realidad. Una dura realidad, que es el marco en el que tiene lugar esta historia, y en la que no hay lugar para la genialidad o la extravagancia. Eso solo conlleva a la burla y al abandono, a la más absoluta de las incomprensiones.¿Hasta qué punto. Hay un lugar en el mundo para los artistas ? ¿Hasta qué punto la genialidad es locura, y la locura es genialidad? Eso es lo que trabaja, donde estoy en esta novela cuyo final conmueve. Un final que queda redondeado por la crítica hacia las clases altas, más preocupadas por sí mismas que por cualquier otra persona, cuyos actos de aparente caridad esconden una intención secreta: la de demostrarse asimismo que son mejores personas y que hacen lo que pueden por sus prójimos.

“Cuarenta años”: uno de los cuentos que más me han impactado de la antología es este. Da para reflexionar mucho. Un campesino comete un crimen que le garantiza una vida de riquezas y privilegios. Pero una profecía le advierte que lo pagará pasados 40 años. Se cumple la fecha y en apariencia, nada cambia. Pero, en realidad, todo cambia de una forma dramática. Es una historia que nos habla de cómo el karma se saltan las cuentas, a veces de una forma muy sutil. de alguna manera, nada queda sin pagar. El protagonista de la historia lo tiene todo, pero los remordimientos se lo van arrebatando poco a poco, hasta que por dentro acaba muerto en vida. Paradójicamente, es amado por todas, pero él mismo es incapaz de querer a nada y a nadie por el miedo y la desconfianza que le he genera la posibilidad de que le hagan lo que él hizo en el pasado. ¿Que me hubiera parecido más justo que hubiera pagado formalmente por sus crímenes? sí, totalmente. Pero a la vez, no puedo dejar de ver cierta justicia en los últimos años de vida de este hombre, vacío interiormente. Por justificarse, este hombre acaba por perder toda su vida espiritual al llegar a la conclusión de que Dios no existe, y por lo tanto no va a tener que rendir cuentas por su crimen. Este es un aspecto al que Tolstoi da mucha importancia. Pero al final el protagonista no necesita a ningún dios. Él es su propio verdugo e inquisidor.

Por cierto, lo que siempre he sospechado: las personas que van de buenas por la vida, muchas veces son las que más tienen algo que esconder.

“El rey de Asiria, Asarkadón”: esta historia tiene un componente onírico y metafísico que hace que pese a su brevedad resulte un tanto denso. de todas formas, su moraleja, de tintes filosóficos y cristianos, tiene bastante miga al hablar de que la vida de todos es la misma, y al poner sobre la mesa la idea de que todos estamos conectados por el mero hecho de existir. Decían en uno de mis mangas favoritos “Todo es Uno y Uno es Todo”. Y por eso, el daño y el bien que se hace a los demás, repercute en uno mismo.

“El trabajo, la muerte y la enfermedad”: Dios no conoce a la humanidad. Esa es la conclusión a la que llegas tras leer este relato.

“Tres preguntas”: Un cuento muy metafísico y un ciertos tintes búdicos. Un rey va a visitar a un ermitaño con el fin de descubrir las respuestas a ciertas preguntas que le ayudaran a tener una mejor vida. En la visita, no solo encontrar lo que busca, también aprender ciertas lecciones. Como puede verse es una historia moral muy típica, pero bastante interesante.

“Mil monedas de oro”: Más de lo mismo que lo que vemos en otros relatos del libro. Por eso esta brevísima historia me ha dejado bastante indiferente.

“Lipunuschka”: otro cuento más que recuerda mucho a los relatos de los Grimm. de hecho, mientras lo leía no podía dejar de pensar en su relato “Pulgarcito” o “Garbancito” (según como se traduzca), que no tiene nada que ver con la versión de Charles Perrault. Además hay un cuento similar español, que aparece en la siempre querida antología de Los Cuentos de la Media Lunita. Quizás por todo eso me ha parecido muy entrañable la breve aventura del pícaro y diminuto protagonista que da nombre al cuento.

“El perro muerto” y “Los Melocotones”: Pongo juntos estos dos cuentos, porque me parece que comparten muchas similitudes debido a su moraleja cristiana.

En el primero, el propio Jesús de Nazaret da una lección a las personas de Jerusalén sobre la compasión y sobre tratar de ver lo mejor de los seres vivos y los más desamparados, en este caso, un perro muerto. En “Los Melocotoneros”, un niño, con su inocencia, da una lección sobre la bondad y la generosidad.