El Hobbit

¿Me deseas un buen día, o quieres decir que es un buen día, lo quiera yo o no; o que hoy te sientes bien; o que es un día en que conviene ser bueno?

No todos los que vagan están perdidos.

Empezó a sentir miedo, y eso es malo para pensar.

¿No dejarás de creer en las profecías sólo porque ayudaste a que se cumplieran? No supondrás ¿verdad? que todas tus aventuras y escapadas fueron producto de la mera suerte, para tu beneficio exclusivo. Te considero una gran persona, señor Bolsón, y te aprecio mucho; pero en última instancia ¡eres sólo un simple individuo en un mundo enorme!

En estos lugares somos gente sencilla y tranquila y no estamos acostumbrados a las aventuras

No todos los que vagan están perdidos.

En estos lugares somos gente sencilla y tranquila y no estamos acostumbrados a las aventuras. ¡Cosas desagradables, molestas e incómodas que retrasan la cena!

Si muchos de nosotros dieran más valor a la comida, la alegría y las canciones que al oro atesorado, este sería un mundo más feliz.

¿Recua de poneys? ¿Qué erais... un circo ambulante? ¿O transportabais montones de mercancías? ¿O siempre llamáis recua a seis?

En un agujero en el suelo, vivía un hobbit. No un agujero húmedo, sucio, repugnante, con restos de gusanos y olor a fango, ni tampoco un agujero seco, desnudo y arenoso, sin nada en que sentarse o que comer: era un agujero-hobbit, y eso significa comodidad.