Un océano entre nosotros

Como todas las novelas basadas en hechos reales consiguen que los lectores nos pongamos en la situación de lo que vivieron sus protagonistas y, en ocasiones, nos planteemos muchas preguntas acerca de lo que ocurrió. Esta novela te encoge el corazón en muchos momentos porque tiene como protagonistas a uno niños, unos seres indefensos que se vieron envueltos en unas circunstancias duras y crueles, unos niños que fueron engañados y separados de lo que más querían: a sus padres.

Muchos de los que me seguís veréis que el tema de la Segunda Guerra Mundial es muy recurrente en los libros que leo, pero es cierto que siempre aprendo cosas nuevas, siempre hay datos desconocidos y, como en el caso de “Un océano entre nosotros” me ha sorprendido esta trama tanto por lo desconocido como por lo cruel.

El autor nos sitúa la historia en dos tramas distintas, por una parte, tenemos a Molly que vive en Londres y tras sufrir la ciudad un bombardeo ella no recuerda nada, vaga sola y aturdida por la ciudad con la única certeza de que ha perdido algo muy valioso. La otra trama nos lleva a conocer a Jack un niño que está en el orfanato creyendo que su madre va a ir a recogerlo y lo que verdaderamente le espera es un viaje a Australia, un viaje a lo desconocido. El autor nos muestra un retrato de la época y de sus horrores e injusticias ya que estos niños fueron engañados haciéndoles creer que vivirían una vida mejor, pero nada más lejos de la realidad.

“Un océano entre nosotros” podremos decir que es una historia previsible, pero ello no le resta un ápice de interés, es más, sus 400 páginas se leen en un suspiro y te ves envuelto de lleno en una historia arrolladora, difícil de soltar. Como hemos dicho tiene dos tramas que se desarrollan a través de cinco partes relatadas por un narrador omnisciente que nos hace partícipes de todas las vicisitudes a las que se enfrentan nuestros personajes.

Los personajes están cincelados con gran precisión, son personajes que luchan, que no se dan por vencidos. Los niños muestran su inocencia y gracias a ella consiguen enternecernos el corazón. Unos niños a los que les robaron su futuro y también su vida. Es imposible que no sientas y padezcas con ellos, es imposible no leer esta historia con el alma encogida.

El autor ha creado una magnífica ambientación de la época que te ayuda a situarte en cada momento en el lugar preciso. Es cierto que los saltos temporales de años hacen que tengas la sensación de estar perdiéndote parte de la vida de los personajes, pero entiendo que en caso contrario la novela sería muy extensa.

En definitiva, “Un océano entre nosotros” es una historia de amor, amistad, lealtad y por supuesto, de esperanza y lucha para conseguir aquello que deseas o para que la vida no se convierta en aquello que no quieres, pero en ocasiones el destino está en las manos equivocadas. Una historia que me ha gustado y que sin duda os recomiendo leer.

En uno de los bombardeos de los que la ciudad de Londres es atacada en plena Segunda Guerra Mundial, una mujer es ingresada, amnésica en un hospital, sin saber ni siquiera quién es.

Los orfanatos se van llenando de niños cuyos padres han desaparecido en los bombardeos. Jack, un pequeño de unos cinco años espera en uno de ellos a que aparezca su madre, pero pasa el tiempo y al no ser reclamado por nadie, es embarcado junto a cientos de niños rumbo a Australia, en busca de una nueva vida junto a una familia de acogida.
"Un océano entre nosotros" es la primera novela de la autora Gill Thompson. En España llegó traducida antes su segunda novela, "La niña del andén". Ahora, un año después, Duomo ha editado ésta primera novela de la autora, ambientada al final de la Segunda Guerra Mundial.

Las portadas de los libros ambientados en esta época suelen ser llamativas, y "Un océano entre nosotros" no es menos. Dos niños en un barco, y al fondo unos aviones caza, evocan muy bien a la época de la Segunda Guerra Mundial. Tiene ese punto drama histórico irresistible a la hora de decidirse adentrarnos en sus páginas.

Otro aliciente, al menos para mí, es esa pequeña frase en su portada en la que dice que es una novela basada en una conmovedora historia real. Y es cierto, aunque la historia que nos cuenta Gill Thompson acerca de sus personajes es ficticia, lo que sí es real es el marco histórico en el que está basada la novela. En aquella parte de la historia en la que miles de niños británicos, considerados huérfanos a causa de la guerra, o con padres desaparecidos, son enviados a Australia con la promesa de una vida mejor, en busca de familias de adopción.

La autora ha creado a partir de aquí una historia con grandes dosis de emoción, relaciones familiares, el caos que deja una guerra tras de sí, la pérdida de una madre, de un hijo, e incluso de la propia memoria. Porque Molly, una de las varias protagonistas indispensables de esta historia, sufre tras un bombardeo la pérdida de su memoria. Esta memoria engloba el no saber quién es, y desde luego, no saber que es madre y que tras el bombardeo perdió de vista a su hijo Jack.

La parte que cuento ahora no es spoiler, es parte de la contraportada y un hecho histórico. Miles de niños esperan en orfanatos de Inglaterra en espera de que sean reclamados por sus padres, entre ellos Jack. Y como todo indicaba que su madre había muerto, fue embarcado rumbo a Australia en busca de una vida fuera de la pobreza de una postguerra y de la desolación de la orfandad. Este hecho, dentro de ser con buena fe, fue una más de las barbaries cometidas en aquella época. Niños separados de sus padres, aún sin saber a ciencia cierta si estos estaban vivos o muertos, en este caso, la madre de Jack sufría amnesia y no podía reclamarlo.

A partir de esta premisa, la historia se vuelve bastante previsible, conforme iba leyendo podía saber a grandes rasgos cómo se iba a desarrollar. Pero esto no ha restado ni un ápice de mi interés, al contrario, ya que la novela transmite muchos sentimientos de principio a fin.

Gill Thompson abarca también a través de sus personajes, el racismo, los prejuicios sociales, clasistas y raciales, los abusos, y como era normal en aquella época, el ninguneo a la mujer, relegándola a las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Como contrapartida, resalta el amor de madre, el sufrimiento, la esperanza, e incluso el amor de pareja, reflejando todo esto en sus personajes.

Gill Thompson tiene una forma muy peculiar de narrar sus historias. al igual que su anterior novela, "La niña del andén" (también ambientada en una época de conflictos bélicos como fue el holocausto nazi) dividió la historia en bloques de varios años cada capítulo, con "Un océano entre nosotros" también sigue la misma pauta. La historia comienza en el año 1941, y finaliza en el 1962. Veintiún años divididos en cinco partes más un epílogo.

Este amplio margen de tiempo tiene un inconveniente a mi parecer, y es que al relatar veinte años de vida en poco más de cuatrocientas páginas, me ha dado la sensación de que se pierden cosas, es normal, detalles que aunque la autora ha sabido encauzarlos para que llevemos el hilo y no nos perdamos, a mí me hubiera gustado que los ampliara, ya que la historia lo merece. Aun así, al acabar el libro, esto no ha desmerecido mi opinión acerca de él.

Gill Thompson remata la historia con un precioso epílogo y las notas finales en las que explica cómo le vino la idea para crear esta historia, que en parte es real, y quién sabe si Jack y Molly no existieron en realidad.

En resumen, "Un océano entre nosotros" es una historia emocionante en un marco histórico real, en la que vamos a vivir una de las muchas injusticias que se vivieron al finalizar la Segunda Guerra Mundial, con uno de los colectivos más vulnerable que son los niños. Una novela que recomiendo, ya que a mí me ha llegado al corazón.


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Que las aventuras de la IIGM dan para mucho está claro, aunque cuando lees reiteradamente sobre el tema ya es difícil que algo te sorprenda, pero en esta ocasión el hilo principal de Un océano entre nosotros lo ha hecho ya que yo no conocía que en los años posteriores al final de la IIGM, unos 150.000 niños que estaban bajo el cuidado de Reino Unido fueron repartidos por Australia, Nueva Zelanda, Canadá y Rhodesia del Sur (hoy Zimbaue) a lo largo de 35 años. El objetivo era darles una vida mejor por lo que se reunió a muchos niños que en teoría no tenían familia y se formalizó un programa que organizaron varias instituciones religiosas.
En estos países destino, estos pequeños fueron acogidos en granjas escuela dirigidas por órdenes religiosas donde ocurrieron grandes "desordenes" y no encontraron esa vida mejor con las apetecibles naranjas que les habían ofrecido en origen. Como curiosidad, después de leer la novela y comentarlo en casa, me dijo Hugo que está viendo la serie Calll the midwife, que salió esta circunstancia en la trama del capítulo que vio al día siguiente. :)

A raíz de ésta circunstancia real, Gill Thompson desgrana una historia que nos va a traer las vicisitudes que pasará una familia que es separada y que tendrá que luchar por sobrevivir y por anhelar un encuentro imposible.

La trama nos trae dos líneas argumentales, por un lado Jack es separado de su madre y se ve inmerso en este programa que lo llevará al otro lado del mundo, donde tendrá que luchar por sobrevivir y por intentar conjugar su nueva vida con su pasado, todo ello sin llegar a renunciar a lo que le dicta su corazón.

Por otro lado tenemos a la madre del pequeño Jack, Molly, que pierde la memoria y no sabe que tenía un hijo (para mí esta información, que se da en la propia sinopsis, es excesiva, ya que una buena parte del libro no se sabe si Molly a muerto o no, y yo que no había leído la sinopsis, lo he disfrutado como un misterio que se desvela posteriormente), la vida de ella en un hospital de Londres y sus intentos por continuar su vida se contraponen con la sensación de que su vida tiene un vacío muy grande que las avispas que tiene en su cabeza intentan recordarle.

La narrativa del libro es bastante ágil y en tercera persona omnisciente, una narración que veo muy acertada para así poder seguir las dos tramas tan alejadas una de la otra y sin perder detalle. Además se intercalan numerosos diálogos que dan mucho ritmo al lector. (me ha durado 4 días que para sus 400 páginas es un buen ritmo)

Además la estructura en 5 partes te detalla los años de cada una en el inicio por lo que aprecias el pasar de los años desde el 41 en el que inicia hasta el 62 que finaliza, aunque el epílogo nos lleva aún más lejos.

La autora va introduciendo en los capítulos y a través de los personajes bastantes detalles y anécdotas que te acercan a la época, por ejemplo me ha gustado mucho descubrir que hablaba de una pieza musical tradicional, Waltzing Matilda la canción folclórica más conocida de Australia y que en nuestra casa tenemos cariño ya que yo siempre cuento que salía en la serie que veía de pequeño llamada "El valle secreto" y posteriormente tocaron Hugo y Mario en piano y violín. Os dejo un enlace de una versión de Slim Dusty de Waltzing Matilda. Otro detalle que se me ha quedado es la equivalencia de que 1 libra son 20 chelines pero que 1 chelín eran 12 peniques, je,je, curioso atentado contra el sistema decimal.

Los personajes son un punto fuerte de la novela ya que me han parecido todos bastante buenos, a pesar de que el único con el que no he conectado es con Reggie, sin saber muy bien porqué , pero me quedan grandes recuerdos de Sam, un niño que no siendo principal nos resume muy bien las otras vidas que hubo en esta historia y que no tuvieron muchas oportunidades. También me ha gustado mucho el papel silencioso de Kathleen y su renuncia a muchas cosas solo por la esperanza de algún día ser madre.

Otro argumento paralelo en la novela y que no quiero dejar de citar es la situación de los aborígenes de Australia y de cómo se les intentó y casi logró hacer desaparecer, eliminando cualquier albor de derechos, todo ello muy bien introducido a partir del personaje de Rosie. No está de más citar que según los estudios de hoy en día, los aborígenes australianos son la población viva más antigua que existe en la tierra.
CONCLUSIÓN:

Una lectura que si bien al principio está muy abierta y más falta de diálogos, en seguida converge y te absorbe en la calidez de sus personajes y en una ambientación muy lograda, que además te abre una circunstancia real no muy conocida y que hoy nos sigue sorprendiendo ya que no hace tanto de su final.

Una novela que a pesar de tratar temas tristes me ha dejado un regusto de esperanza.

Os la recomiendo y dejo en pendientes la otra novela de la autora "La niña del andén", también editada por Duomo editorial.



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Una historia conmovedora, donde Molly tras su amnesia hará lo posible por reencontrarse con su querido hijo.

La historia del libro me ha gustado, pero no el desarrollo. al principio me liaba bastante ya que no sabia que personaje hablaba puesto que los capítulos solo están marcados por N°, ni nombre de personaje ni fecha, aunque sí que las partes están separadas por franjas de 5 años aprox. A veces incluso en el mismo capítulos "hablaban" 3 personajes distintos sin detallar cual, aunque se deducia por el contexto.

También creo que para mi gusta se hace más énfasis en temas que quizá no son tan relevantes, mientras que hay cierto acontecimiento que me ha resultado bastante precipitado.

En general una parte de la historia que no conocía por lo que me alegro de haberlo leído, por otra parte creo flojea un poco.

La Segunda Guerra Mundial sacude Londres en 1941 y las sirenas, los bombardeos y el miedo despiertan a Molly casi todas las noches, que tiene que poner a salvo a su hijo de cinco años y cruzar los dedos para sobrevivir un día más. Jack es muy pequeño, pero ya aqueja la ausencia de su padre, que no volverá. Pero Molly no puede ni tan siquiera imaginar la idea de mandar lejos a Jack, como sí lo hacen otras familias con sus hijos. Piensa que seguramente esté más a salvo en otra parte, pero ha perdido a su marido y la idea de alejarse del pequeño se hace insoportable.

"Ya había perdido a Mick; no podía perder también a Jack. ¿Y quién sabía cuándo iba a terminar esta guerra? No, seguirían juntos pasara lo que pasara".
Gill Thompson, Un océano entre nosotros
Una mañana, una explosión sacude la casa. Madre e hijo se encuentran en distintos lugares cuando ocurre y el destino de ambos es totalmente diferente. Mientras Jack resulta apenas herido, Molly sufre peor suerte y el pequeño es trasladado a un orfanato. Esperando que su madre vaya a recogerlo, transcurre el tiempo. Demasiado. Es entonces cuando el destino lleva a Jack a miles de kilómetros de distancia. Será trasladado a Australia, mientras Molly se encuentra perdida en su propia mente, incapaz de recordar quién es, con la única certeza de haber perdido algo que quería muchísimo y que no puede dejar de buscar sin saber lo que es.

Aproximadamente 150 000 niños fueron deportados desde orfanatos británicos durante y tras la Segunda Guerra Mundial a otras partes del mundo. Se calcula que al menos 10 000 de ellos fueron llevados a Australia desde 1947 y Jack corrió la misma suerte. Tras mucho tiempo esperando a que su madre lo recoja, Jack es solo un pequeño que fantasea con la idea de granjearse un futuro mejor y no pierde la esperanza de que su madre termine por encontrarle algún día.

"Ahora, finalmente podría descubrir qué le había pasado realmente".
Gill Thompson, Un océano entre nosotros
La novela de Gill Thomson narra con crudeza ese episodio de la historia que maltrató a los niños deportados. Cómo el trabajo forzado les esperaba nada más llegar y hasta insinúa con sutileza los abusos a los que gran parte de ellos fueron sometidos. Solos, alejados de sus familias, en muchas ocasiones habiendo visto cómo morían sus seres queridos y otras sabiendo que no volverían a verlos, los niños deportados soportaron un destino que nunca deberían haber vivido. A muchos de ellos se les dijo que sus familias habían muerto sin ser cierto, despojándoles de su identidad. No fue hasta 2009 cuando el gobierno australiano se disculpó por el trato dado a estos niños. Un año después lo haría Reino Unido.

Una novela que atrapa, sembrando en el lector la necesidad de conocer el destino final de los protagonistas mientras se adentra en un oscuro capítulo de la historia que la autora ha sabido contar desde el respeto y la delicadeza, como también lo hace en La niña del andén.

Gill Thompson debutó con esta novela, convirtiéndose en un éxito de ventas. Anteriormente había concluido un máster en escritura creativa. Ahora, ejerce como profesora de inglés en un instituto en el condado de Sussex Occidental, donde también vive.
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Conocí a Gill Thompson en el 2020 gracias a su primera novela, La niña del andén (reseña), una novela que consiguió emocionarme como pocos.
Y es que esta autora se caracteriza por crear historias con personajes ficticios, pero cuyos hechos están basados en hechos reales, con lo que consigue que conozcamos más sobre sucesos que casi han caído en el olvido, a la vez que crea historias llenas de sentimiento.
Mientras que en el primer libro hablaba de los niños que consiguieron salvarse durante la Segunda Guerra Mundial gracias a personas anónimas; en esta ocasión nos transporta a los años posteriores de esa guerra, cuando se decidió deportar a miles de niños huérfanos ingleses a Australia.

La historia se va desarrollando a lo largo de más de 20 años, comenzando en 1941 y terminando en los años 60, y contaremos con dos tramas que se irán desarrollando de forma paralela.
Por un lado tenemos a Molly, una mujer de Londres que ha perdido la memoria después de un bombardeo en la ciudad. Lo único que sabe es que hay algo que ha perdido, pero no sabe qué y acaba ingresada en un hospital psiquiátrico con la esperanza de que mejore y vaya recuperando sus recuerdos poco a poco.
Por el otro, conoceremos a Jack, un niño de apenas 5 años que vive en un orfanato con la esperanza de que su madre vaya a recogerlo. Años después, Jack y muchos otros niños son engañados para viajar a Australia con la promesa de una nueva, y mejor, vida.
Pero una vez allí los llevarán a realizar duros trabajos para los Hermanos Cristianos y sufrirán hambre, cansancio, dolor y abusos.
La salvación de Jack será Kathleen, que se fijará en él y se decidirá a adoptarlo.

A pesar de que había escuchado algo sobre este tema, no conocía ni los detalles, ni las causas ni lo que pasó después y me ha gustado ver que la autora no ha escatimado en detalles. Y esa una de las cosas que más destaco de esta autora, que hace un gran trabajo de documentación y mezcla perfectamente hechos históricos con su propia historia original.
Gracias a esto, podemos conocer qué llevó a los políticos ingleses pactar con otros países el envío de miles de niños de orfanatos, qué se encontraron allí, lo que vivieron los que no tuvieron la suerte de ser adoptados y cómo y cuándo terminó todo.
Además, otra cosa que me ha gustado mucho es que la autora también trata el secuestro de niños autralianos aborígenes con autorización del Gobierno para hacer desaparecer las tribus indígenas, el racismo de la época, los matrimonios interraciales... y, aunque me hubiese gustado que se profundizara más en algunos de ellos, me parece todo un acierto que no se haya dejado nada en el tíntero.
Y es que encontrataremos xenofobia, injusticias, abusos, clasismo, machismo... dejando claro la crítica que lanza la autora contra la sociedad inglesa y australiana de la época a través de esta historia.
Pero todo esto no significa que sea un libro que abuse del drama haciendo que sea difícil leerlo. Es duro lo que cuenta, te hace enfadar, te remueve por dentro, pero no se excede ni se recrea en ciertas escenas y también hay espacio para la esperanza, la perseverancia, el cariño, la amistad, la maternidad y el amor.

El libro cuenta con un ritmo muy ágil, en gran parte debido a que se van desarrollando dos tramas paralelamente y durante varios años, con lo que hay saltos de tiempo, muchos diálogos y despierta un gran interés el saber qué pasará al final y si los protagonistas conseguirán volver a encontrarse.
Los personajes principales están bien construidos: empatizaremos muchísimo tanto con Jack, al que veremos crecer y madurar, con Molly, que no cejará en su lucha de saber quién era ella antes del bombadeo, y con Kathleen, una ama de casa ninguneada por su marido que se volcará en Jack.
Hay, además, un buen puñado de personajes secundarios que también contarán con un gran peso en la historia o en el destino de los protagonistas.
La evolución de todos ellos será totalmente patente, aunque no siempre estaremos de acuerdo con las decisiones o las acciones que tomaran.

Un océano entre nosotros es una novela histórica ficticia pero basada en hechos reales. Una historia conmovedora que trata muchos temas algo olvidados, dando voz a todos aquellos que han quedado silenciados y con una gran carga de crítica social.
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Coger un hecho histórico casi olvidado y crear una emotiva historia es uno de los dones de Gill Thompson, y es que, igual que hizo en su anterior novela, La niña del andén, también en esta ocasión, en Un océano entre nosotros, la autora nos trae una hecho real ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial que no nos dejará indiferentes.

Gill Thompson utiliza como hilo conductor de el hecho real del traslado de niños ingleses a Australia tras la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que ambos gobiernos encontraron en los pobres niños huérfanos (y algunos no tan huérfanos) una buena moneda de cambio. Y así, estos pobres niños salieron de su país natal en el que tenían poco para ir a Australia donde terminaron teniendo mucho menos.
La historia de Jack, Molly o los Sullivan no es real propiamente, pero sí probable y, seguramente, con pequeños sucesos sí basados en historias reales. Podríamos decir que son la personificación de toda una serie de personas reales.

Lo que le ocurre a Jack y Molly es imposible que no nos afecte y más teniendo en cuenta que la base es cierta, que no hace ni ochenta años unos niños fueron engañados, maltratados, usados como mano de obra, abusados y ninguneados. Niños a los que les robaron la infancia y todo su futuro, y todo para que unos cuantos, siempre los mismos, sacasen provecho.

Imposible permanecer impasible y no tragarse más de un nudo, porque la historia es muy emotiva y está narrada con mucho sentimiento, sin llegar a caer, menos mal, en el morbo. Vamos, que la autora consigue ponernos los pelillos de punta y hace que empaticemos con la mayoría de personajes pero sin caer en el morbo de explicarnos con pelos y señales, en las escenas más dolorosas.

Me gusta que se dé visibilidad a este tipo de historias porque, no sé vosotros, pero yo no tenía ni idea de que había pasado algo así (que no me extraña, también, porque llega un momento que no te sorprende nada). Que se haga un pequeño homenaje a esa generación perdida.

Me gustan las novelas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial porque siempre acabo descubriendo episodios ocurridos durante esta época de la Historia que han permanecido eclipsados para mí. Este es el motivo que hizo que me decantase por "Un océano entre nosotros", la novela debut de esta autora cuya prosa conocí hace exactamente un año con "La niña del andén". Estamos ante una novela de ficción histórica inspirada en hechos reales que arroja luz sobre el drama de miles de supuestos huérfanos ingleses que fueron enviados a Australia tras la Segunda Guerra Mundial. Niños inocentes a los que el Gobierno Británico dio la espalda, enviados lejos en el momento en que más vulnerables eran.
La guerra en Europa ha dejado un significativo número de presuntos huérfanos. Esta peculiar circunstancia será aprovechada por Australia, con el beneplácito del Gobierno Británico, para aumentar su población con estos pequeños inmigrantes a los que nadie echaría de menos. Entre estos niños está Jack, quien tras un bombardeo se encontró recluido en un orfanato londinense, pero cinco años después su vida está a punto de cambiar cuando suba a bordo del SS Asturias, un barco que lo llevará a la tierra de los amplios espacios abiertos, las naranjas y el sol: Australia.
Básicamente en esta novela todo gira en torno a cómo una madre pierde a su hijo cuando apenas tiene cinco años durante un bombardeo y de cómo pasará toda su vida preguntándose dónde estará, mientras sueña con volver a reencontrarse algún día con él. Y la de un niño que lucha por sobrevivir en una tierra que le es ajena y por encontrar un hogar. Una historia que se desarrolla a caballo entre Australia y Londres, en una época en que las mujeres eran víctimas de los enquistados roles machistas, y abordando cuestiones tales como los prejuicios, la culpa, el racismo y el clasismo social, pero también otros como el amor innato entre una madre y su hijo, la amistad, la lealtad, la búsqueda de la justicia y la esperanza. La trama abarca una horquilla temporal de algo más de veinte años, dividiendo su argumento en cinco partes y tres subtramas que se irán entrelazando como las hebras que conforman una cuerda para trazar una historia dura a la que, a mi parecer, le ha faltado una mayor dosis de dramatismo.
Con un inicio de cadencia contenida y un final demasiado predecible pero no por ello menos intenso y conmovedor, un estilo narrativo muy visual, una prosa sencilla y concisa, y de la mano de un narrador omnisciente que será el encargado de asumir la voz del relato, la autora consigue enredar al lector y mantenerlo expectante en la conmovedora historia de una madre y su hijo que fueron separados por la tragedia en 1941.
Gill Thompson debutó en el panorama literario con esta novela que cuenta con un cuantioso y heterogéneo friso de personajes, entre los que brillan con luz propia los de Jack y Molly. En cuanto al resto, presentan sus contornos definidos en su justa medida, destacando entre ellos dos secundarios que me han calado y que representan a las minorías que sobrevivieron a la discriminación de una sociedad racista en dos entornos tan dispares como Inglaterra y Australia.
Sintetizando: "Un océano entre nosotros" es una novela de ficción histórica inspirada en hechos reales, con la que he descubierto un aspecto ocurrido a consecuencia del conflicto bélico: el de la política adoptada por los gobiernos británico y australiano, por la que este último se comprometió a dar un hogar a los niños que perdieron a sus padres y que realmente era un plan de migración para aumentar su diezmada población. Una novela instructiva y emotiva en momentos puntuales, que tiene como punto de partida los bombardeos del Blitz de Londres. Una lectura que recomiendo si te gusta descubrir ciertos aspectos de la Historia que han permanecido eclipsados.

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Hay muchas novelas sobre la Segunda Guerra Mundial pero también es cierto, que por lo menos yo, siempre descubro en ellas datos que desconocía.

Cuando leí la sinopsis de la novela me llamó mucho la atención. No sabía que miles de niños ingleses habían sido trasladados a Australia al final de la guerra. Así que quise leerla.

Me he encontrado una historia dura, como todas las de esta época. El desarrollo en sí de la novela me parece predecible pero es una lectura fácil y rápida. No se por qué esperaba que se centrase más en el lugar al que llevan a los niños nada más llegar a Australia pero el eje central de la novela es Jack y cómo va discurriendo su vida. Es, quizás por ello, por lo que me ha decepcionado un poco. Esperaba encontrame más de frente el horror y la maldad del alma humana como apunta en determinados momentos cuando los personajes hablan de esos niños que van a trasladar como ganado o cuando se refleja el horror que tienen que soportar.

Como os cuento, se lee fácilmente a pesar de sus más de 400 páginas. Cuenta con dos voces principales, la de Jack, uno de los niños que migran a Australia y la de una mujer que durante un bombardeo en la guerra ha perdido todos sus recuerdos y que a lo largo de los capítulos descubriremos quién era.

Capítulos no muy extensos junto a una narrativa sencilla y una trama ágil hacen de esta una novela amena y rápida.

Lo que más valoro de la historia es que me haya permitido conocer un pedacito más de la historia una historia muy dura que no terminó cuando se dió la guerra por acabada. Muchos siguieron sufriendo las consecuencias durante largo tiempo.
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Gill Thompson, profesora y escritora inglesa, gestiona un blog de escritura creativa. Tras su formación, se aventuró a escribir su primera novela de corte histórico “Un océano entre nosotros”, publicada originalmente en 2019. Con este debut la autora consiguió el aplauso de la crítica, el cual continuó en 2020 cuando salió a la luz su segunda novela “La niña del andén”. Ambas actualmente publicadas en España con Duomo.
En “Un océano entre nosotros” Thompson expresa su interés por el suceso de los niños deportados a Australia que dio inicio durante la Segunda Guerra Mundial y duró cerca de 30 años. En 2010, tras escuchar un comunicado en donde Gordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido, pedía perdón a las víctimas de este exilio, decidió iniciar un exhaustivo proceso documentativo que, tras varios años, ha dado lugar a una maravillosa novela que, basada en hechos reales, supera los límites de la imaginación.
La historia nos adentra de forma intercalada en la vida de dos familias, una británica y otra australiana. El destino de dichas familias que, en apariencia nada tienen en común, se entrelazan en una línea argumental que mantiene al lector en vilo la mayor parte de la novela.
Con gran maestría la autora se adentra en profundidad en la mente de sus personajes revelando, detallando y desarrollando sus sentimientos con exactitud, plasmando su desolación, tristeza, frustraciones, dolor o miedo de un modo muy profundo y premeditado.
A lo largo de la novela, se ponen de manifiesto algunas temáticas que pueden afectar a la sensibilidad del lector o ponerlo en un conocimiento cercano a ellos. Por ejemplo, refleja la situación de la mujer en aquellos años contraponiendo a la mujer sumisa cuyo marido cumple fielmente el estereotipo de hombre de su época y aquella viuda de guerra que debe salir adelante por su hijo.
A la gran profundidad y desarrollo de los personajes se le suma una maravillosa ambientación que detalla la situación y el contexto social del momento, presentando la dureza de la postguerra, la miseria, la desestructuración familiar, los abusos, las enfermedades mentales o las deportaciones, entre otros.
Al mismo tiempo, introduce datos y conversaciones que reflejan la discriminación racial, el sexismo o la corrupción de la época.
Personalmente me ha parecido una gran novela que no solo muestra otra cara del último gran conflicto bélico a nivel mundial, sino que se involucra de primera mano exprimiendo cada oportunidad de llegar directo al corazón del lector.
Se trata de un relato duro el cual, a pesar de encontrar todo tipo de contradicciones vitales, deja un mensaje esperanzador.
Es una novela que pese a no llevar un ritmo trepidante no decae en ningún momento pues presenta una trama repleta de drama, intriga, romance, secretos y tensión que no deja indiferente, quedando, por consiguiente, altamente recomendado.