Atomka

22/10/22
Quinta entrega de la saga.Espectacular trama ,con intensidad,intriga y investigación sublime.Él.autor es capaz de mezclar todo y crear un cóctel explosivo en tu cabeza,que te hace no parar.Lleva dos historias paralelas sin cambiar él ritmo ni la intensidad.por decirlo ,dos casos ,él principal y él personal.La historia trata la radioactividad,los avances,los estudios ,experimentos y demás locuras que se le puede pasar por la cabeza al ser humano,lo de siempre jugar a ser dios.Esto seguro que pasaría en realidad,pasara o esta pasando,ya que nunca nos lo dirán.Es una lastima que seamos los peones en este mundo,y que por culpas de reyes y reinas del tablero mundial se vaya a ir todo a la mierda.Cada libro me encanta mas,este autor es buenisimo ,que tramas,los recomiendo al 100% .Ahora a por él siguiente.Muchas gracias.

Y llegamos al quinto libro de la saga protagonizada por Franck Sharko.
Cómo ya es costumbre para Thilliez volvemos a encontrarnos un libro ágil, perfecto para devorar en un par de tardes por su ritmo de narración implacable y vertiginoso, capaz de transportarte a la investigación en curso y con el plus de que el trabajo de documentación del autor para cada uno de sus libros es maravilloso.
Tal vez el cierre de este caso se me ha hecho un poco rápido pero en general ha sido una experiencia buena. La atmósfera fría colabora para crear un ambiente desolador en el que se ocultan los secretos más oscuros, llegas a sentir la desesperación y angustia de los personajes mientras van desenredando el hilo del misterio y en más de una oportunidad te llegas a plantear si acaso no estaremos tan lejos de que algunas de las cosas que se relatan puedan, lastimosamente, volver a suceder en algún lugar y momento.
Sin duda, recomendado. Ya lista para meterme en la próxima entrega de Sharko.

Quiero leer más de Franck Thilliez gracias a este libro. Desconocía a este escritor, pero con este libro todo cambió. Lo suyo es el crimen y misterio y se nota.
En esta historia todo inicia con algo que es robado de Chernóbil mientras ocurre el desastre en la planta nuclear. Años después hay una persona que se dedica a secuestrar mujeres y luego son arrojadas a lagos congelados. Desaparecen periodistas o son asesinados de formas extrañas, pero antes dejan pistas de su investigación, las cuales son muy, pero muy extrañas. Y todo esto tiene una conexión. La forma en que se desarrolla la historia es ágil y aunque son muchos casos y pasan muchas cosas al mismo tiempo nunca pierdes el hilo (de los casos qué se investigan) de la relación que tienen estos agentes, ahí sí me perdí.
Lo malo de este libro es que es la continuación de otras historias, así que tenía momentos en que no entendía nada porque hablaban los protagonistas de su pasado, no era mucho, pero sí en algunos momentos me sentía perdida. Por esta razón necesito leer más de Thilliez para unir y descubrir tantas incógnitas que me dejó este libro.
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Franck Thilliez se ha convertido para mí en todo un referente del thriller francés, siendo uno de los grandes descubrimientos del año y cuyas novelas no me canso de recomendar a todo el mundo. Por eso, después de haber leído El síndrome E y Gataca, ahora le ha tocado el turno a Atomka, la quinta novela de la serie Franck Sharko pero la tercera protagonizada conjuntamente por éste y Lucie Henebelle, un tándem de investigadores que funciona a la perfección y cuyos problemas personales dan mucho juego en la historia.
Como es típico en las novelas de este autor, nos vamos a enfrentar a una investigación sórdida, con múltiples ramificaciones, que llevará a sus protagonistas hasta los abismos más oscuros e impenetrables del alma humana. Un caso que los lleva a cruzar las puertas del mismo infierno, directos a un lugar donde ningún humano debería poner jamás los pies.
Un químico que, veintiséis años antes, huye de una zona devastada con un misterioso manuscrito nazi y un animalito acuático que contiene el misterio que los hombres han tratado de descubrir desde tiempos inmemoriales; un periodista muerto dentro de un congelador y que investigaba un caso sin resolver de hacía diez años, cuya víctima era una ahogada en un lago de montaña; una periodista, compañera suya, que no da señales de vida y a la que han asaltado y puesto patas arriba su apartamento; y un niño errante, traumatizado y muy enfermo con un enigmático tatuaje en su pecho ¿Cuál es el nexo de unión de todos estos hechos? Será el equipo de Nicolas Bellanger, a cuyas órdenes se encuentran Sharko y Lucie, el encargado de llevar a cabo la investigación.
Por otro lado, Lucie y Sharko están muy ilusionados tratando de construir una nueva vida juntos, pero las cosas no se presentan nada fáciles para ellos porque los fantasmas del pasado resurgen cuando en el pueblo donde nación Suzanne, la mujer de Sharko, aparecen unas pintadas hechas con sangre humana, la de nuestro protagonista. Sus vivencias pasadas son una prueba de que el horror no tiene límites. Hubo un tiempo en que podían afrontar cualquier cosa, una época en la que la oscuridad de los casos investigados los excitaba más que nada en este mundo, pero ahora todo es diferente para ellos. de nuevo se abren heridas que apenas habían cicatrizado y que los vuelven vulnerables. En esta subtrama nos encontraremos con un psicópata que acosa a nuestro protagonista y contiene algunos spoilers sobre la primera novela de la serie, El ángel rojo.
Acción, tensión y un final de infarto es lo que nos vamos a encontrar en esta novela carente de artificios que te helará la sangre. Porque toda la acción acontece en pleno invierno y el frio será un elemento primordial de la trama que acompañará a nuestros protagonistas lo largo de la investigación, convirtiéndose en un personaje más de la historia porque trata temas tan complejos y gélidos como la criogenización o la hipotermia. Cuanto más avanzamos en la narración, más baja la temperatura, llegando a estar incluso por debajo de los cuarenta grados. Vas a sentir frío mientras lees Atomka. Desde Francia a Alburquerque, pasando por Ucrania, Kiev o Chernóbil, acompañaremos a sus protagonistas en la búsqueda de la frontera entre la vida y la muerte.
Franck Thilliez utiliza una prosa sencilla y clara, con abundancia de diálogos y predominio de un ritmo ágil gracias a la corta extensión de sus 74 capítulos, lo que posibilita que la lectura fluya sola. Su compleja trama policial, que es un mero pretexto para que el autor haga gala de todos los conocimientos científicos que ha adquirido al documentarse a la hora de escribir esta novela, está correctamente planteada y desarrollada, logrando mantener la intriga en torno a lo que está sucediendo hasta los últimos capítulos, cuando conseguimos encajar todas las piezas de un macabro rompecabezas de forma coherente y sin fisuras. Su intenso ritmo y la trama en constante movimiento estarán impulsados por la combinación de las diferentes líneas argumentales que refuerzan la tensión y la incertidumbre sobre los acontecimientos. Una agónica carrera contrarreloj para dar caza al individuo que siempre se les adelanta, zancadilleando sus avances en la investigación.

De nuevo Franck Thilliez se nos revela como un maestro en la construcción de personajes, quienes mantienen una continuidad psicológica y están cargados de matices, son sólidos y únicos, con un pasado muy sombrío. Logran brillar con luz propia y son capaces de originar empatía en el lector, ded hacerle partícipe de su dolor. Sus dos personajes principales serán los encargados de desentrañar la maraña de las diferentes tramas que parecen no guardar relación ninguna entre ellas. ¿O quizás si? Intentarán componer una imagen de los acontecimientos, al igual que los arqueólogos apartan la tierra despacio y cuidadosamente, esperando dejar al descubierto alguna pista o signo revelador que les permita atar cabos e ir encajando las piezas de un complejo rompecabezas.
En resumen, Atomka es un thriller policíaco escalofriante con mucha acción, que te mantendrá adherido a sus páginas. Gracias a un ritmo muy marcado, que no va a decaer en ningún momento, sus dos protagonistas se ven obligados a enfrentarse, en una sórdida y compleja investigación, a los fantasmas de su pasado y a macabros descubrimientos, a enfrentarse a la muerte. Una novela que cuenta con los ingredientes necesarios para captar la atención del lector, con una serie de giros argumentales potentes, logrando mantener el suspense en una vertiginosa carrera que lo dejará sin aliento y le helará la sangre. Un libro que cuenta con un argumento interesante y sorprendente, una historia turbia y llena de horror, donde la intriga se multiplica, y que recomiendo a los aficionados a este género.

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Primera novela que leo del autor y he quedado FASCINADA y eso es decir poco. Hasta el momento no había leído una novela tan brillante en descripción, narración, trama, personajes...
A pesar de que esta novela es la primera que leo de Thilliez y enterarme que es todo una serie, el autor es un genio y nos ayuda a entender sin ningún problema la historia psicológica-social de los personajes dando únicamente lo necesario para entender la historia presente de la novela, sin arruinar las entregas anteriores y viceversa. Dando lugar a la necesidad de leérselas todas.
Es una novela inteligentemente bien documentada. Lo tiene todo, suspenso, intriga, un poco de romance y ciencia.

Conocimos a Thilliez con su sexto libro, fue nuestra segunda lectura conjunta y llegó para quedarse como padrino de nuestro pequeño y entrañable grupo. Es por ello que me duele tener que bajar del cuatro, pero os explicaré por qué en seguida. Y lo primero que quiero decir es que el libro NO ES MALO, ni muchísimo menos. Sabéis que yo sigo una serie de criterios (que los tenéis en la columna de la derecha) y de ahí la nota, pero eso no quiere decir que sea mejor ni peor que otros libros con notas superiores, simplemente es la nota que PERSONALMENTE yo le doy dentro de mis lecturas por una serie de factores que os comento a continuación.
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Franck Thilliez lo ha vuelto a conseguir.

Vuelve a demostrar que una novela negra de más de 500 páginas puede ser adictiva y no dejar ni un segundo de respiro al lector con una trama inquietante a la vez que interesante, donde además, se pueden aprender cosas de nuestro pasado que quizás pasaron desapercibidas para el público en general. Está claro que la lectura de una novela tiene que entretener, pero si además se respalda de una buena documentación que no soliviante al lector, doble triunfo, y Franck Thilliez lo tiene claro: la mezcla de entretenimiento, conocimiento y novela negra es su éxito.

Y no era nada fácil volvernos a sorprender y engancharnos después del nivel que demostraron sus anteriores novelas, en especial las dos últimas, El síndrome E (Destino, 2011) y Gataca (Destino, 2012).

Atomka (Destino, 2013) es la quinta entrega de la saga protagonizada por Franck Sharko y desde la tercera, junto a Lucie Hennebelle, personajes que no dejan de crecer y que hacen que los seguidores del autor sigan leyendo sus aventuras. Pues no es solo el caso a resolver (o los casos, como sucede en Atomka), es la historia pasada, presente y futura de los dos policías, en esta ocasión más unidos que nunca, pues han decidido vivir juntos e intentar tener un hijo en común. Pero lo miedos se apoderaran de ellos, sobre todo de Franck que incluso empezará a ver fantasmas donde no los hay, y todo ello ligado con mano magistral a la trama principal de la novela, no pudiéndose decir que es un parche como sucede en otros casos.

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Sigo leyendo a Sharko y Henebelle en su tercer libro juntos. La segunda novela me fascinó y esta tenía algo que intuía que me iba a gustar, Atomka.

En esta ocasión Lucie y Franck se enfrentan a una investigación muy complicada y terrible. Se encuentran ante un asesino que ha matado a su víctima congelándola y parece que la ha visto morir mientras se iba congelando. La víctima tiene en la piel un nombre: Atomla ¿Qué significará? También otra chica, compañera de trabajo de la víctima está desaparecida: lo más sorprendente es que aparece un chico, en otra ciudad, que nadie conoce, con el número de la mujer inscrito en un papel. Durante los primeros indicios descubren que el muerto es un periodista que andaba investigando casos archivados de ahogamientos raros y la otra periodista desaparecida había estado en lugares donde la radioactividad está muy presente.

Volvemos a encontrarnos a los dos personajes Sharko y Lucie en un caso muy enrevesado y donde la ciencia de nuevo toma el pulso: la medicina y la biología, la energía nuclear y las radiaciones y sus consecuencias son solo algunos de los temas que roza el autor en Atomka. Pero Thilliez vuelve a sorprendernos volcando la locura, la frialdad y la vileza de algunas personas por el poder, por conseguir el éxito y ser mitos. La obra está rodeada de una opresión continua e irrespirable que consigue con una subtrama personal de Sharko: misteriosa y agudizante. Como veis los personajes vuelven a dejarse la piel y la vida en un caso donde de nuevo los niños tienen un gran protagonismo y eso hace que estemos en tensión máxima y angustiados gracias a una narración electrizante, dinámica y donde no dejan de pasar cosas y situaciones peligrosas.

Esta serie marca una nueva visión de la humanidad y la progresión, el hacia dónde vamos, y qué estamos haciendo. Todo el libro está lleno de argumentos y una gran documentación, algunos puntos y datos están muy bien documentados e integrados en la trama, otros no tanto aunque agilizan y dan ese toque ficticio (o real, nadie lo sabe verdaderamente) de muchos actos indignos, llenos de peligros para la humanidad y que siempre el autor se rodea de la teoría conspiranoica ya que esconden ciertas verdades oscuras y secretas muy dolorosas.

Pura adrenalina. Hasta que no he terminado el libro no me he quedado tranquila. de nuevo Thilliez consigue atraparme y sorprenderme. Cuando lees una serie seguida, o te satura o te obsesiona. En este caso es lo segundo: te atrapan estos dos personajes a medida, singulares, llenos de matices, que albergan dolor, y a la vez magia por vivir. Me ha gustado la sinceridad, intensidad y la determinación que siempre usa el autor junto a la osadía de enfrentarnos a temas muy delicados y poco frecuentes: la ciencia en su acción más negra y deplorable. Os juro que no paro de recomendar esta serie: intensa, cargada de datos y buena trama, bien urdida y con giros brutales y verosímiles. Y Atomka, en especial, es una fascinante novela negra que me ha absorbido y encantado, por la trama y porque ya los personajes son parte de mí, y sufro con ellos. Deseando estoy ponerme con la siguiente trama...
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