Naia Thulin es una madre soltera que trabaja en homicidios, cansada de su trabajo está esperando que la trasladen al departamento tecnológico. Mark Hess, por su parte, es un hombre que trabaja en la sede de Europol, pero por un problema desconocido le mandan de nuevo a homicidios donde coincidirá con Thulin en el mismo caso donde ha aparecido una mujer asesinada con una mano amputada, todo parece un caso más hasta que en la escena del crimen se encuentra un muñeco hecho con castañas donde aparece la huella de Kristine Hartung la hija de la ministra de Asuntos Sociales desaparecida y dada por muerta un año antes, su caso ya estaba cerrado ya que un hombre confesó haberla asesinado, sin embargo este hallazgo hace tambalear toda la investigación de entonces.
El libro tiene un ritmo bastante rápido, tiene capítulos realmente cortitos que van saltando de una secuencia a otra. Las descripciones de los asesinatos son bastante explícitas y a mi en ocasiones me han llegado a remover por dentro.
Quizá he hechado un poco de menos saber algo más de la vida anterior de Thulin y Hess, tampoco extenderse mucho, pero si algún dato más.
La trama engancha mucho, sobre todo al final cuando ya esta a punto de saberse todo. Esta todo muy bien hilado y el final me ha parecido correcto aunque ... un poco inverosímil eso de que tres personas en diferentes lugares se den cuenta a la vez de una pista que los lleve a la misma conclusión justo en el mismo momento haciéndolos coincidir a los tres en el escenario final, no el hecho de que lo hayan descubierto, si no que haya sido al mismo tiempo, demasiada casualidad
En fin, un libro que se disfruta mucho, un poco duro por el tema del maltrato a los niños.
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