Para mí, palabras como «sentimiento» o «empatía» no son más que un conjunto de letras con un sentido muy impreciso.
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Para mí, palabras como «sentimiento» o «empatía» no son más que un conjunto de letras con un sentido muy impreciso.
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La gente volvía la cabeza ante las desgracias que ocurrían lejos porque no había nada que se pudiera hacer, si no también ante las que ocurrían cerca porque los paralizaba el terror. Podían sentir, pero la mayoría de las veces no hacían nada al respecto; podían solidarizarse, es verdad, pero también se olvidaban con facilidad. Hasta donde yo podía entenderlo, eso no estaba bien. Yo no quería vivir de esa manera. |
En mayo todo se moviliza y brilla, pero mamá y yo continuamos rígidos y grises, como si viviéramos en un eterno enero.
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Es lamentable, pero, cuando la tristeza es demasiado grande y no se puede hacer nada al respecto, nos dejamos dominar por pensamientos negativos. Eso fue lo que me pasó.
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—¿Cree que me gusta esa chica? —le pregunté y me arrepentí al instante, pero ya lo había dicho. —Eso solo lo sabe tu corazón —me respondió sin borrar la sonrisa de su cara. —Será la cabeza, puesto que es el cerebro el que da las órdenes. —Aunque así sea, decimos que es el corazón. |
Dejé de mirarla y seguí ocupándome de los libros. —Los tocas con cuidado como si fueran tesoros. Te gustan mucho, ¿no? —Sí, nos separaremos pronto, por eso me estoy despidiendo. |
(…) ¿se podía usar de ese modo tan fácil el verbo querer?
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Hasta donde alcanzaba mi comprensión, el amor era un concepto extremo e imposible de definir que a duras penas se dejaba encerrar en una palabra. Sin embargo, todos decían con demasiada facilidad y frecuencia «Te amo», a veces solo por el hecho de estar contentos o simplemente porque querían dar las gracias.
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—Mira, no siempre es bueno llegar a comprender los sentimientos. A veces pueden ser muy traicioneros. El mundo te parecería completamente diferente si los tuvieras. Te darías cuenta de que aun las cosas más pequeñas que te rodean pueden herirte como armas afiladas, que una palabra o una expresión de la cara pueden pincharte como espinas (...)
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Me abrazó tan fuerte que me sentí cogido en una trampa imposible de escapar. Incluso pude percibir los latidos de su corazón y el calor de su pecho. Un rato después, se aflojaron sus brazos.
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Manolito ...