Una lectura que tras acabarla requiere su tiempo, porque tengo sensaciones encontradas, Cata Arce o Silvana o Miranda. Esta última no me gusta, es una pija egoísta que no aprovecha la vida, lo que tiene. Y como todas las personas descubre el sentido de esta cuando tiene una necesidad, una carencia, y en su caso es el afecto, la vida cambia cuando no puedes llamar a tu madre. Y aquí viene uno de esas reflexiones que me producen ciertas lecturas. ¿Cuál será el éxito de esta novela? No creo que la extensión de las novelas sea la clave del éxito, ¿la trama? tampoco, es más que la historia de tres mujeres; entonces, ¿las frases? Sí, esto será lo más mencionado. La primera frase, es relevante, aunque hay novelas que se reconocen con las primeras palabras, podría recordar una que seguro has tenido en mente, El Quijote, pero no, de acuerdo con mi lectura me viene otra, Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera, inconfundible, Anna Karenina de Tolstoi. Así que creo, que la primera frase de esta novela da cierta clave a la obra. ¿Cómo comienza la novela de Cruz Sánchez? «Tu madre siempre fue un cuadro de Twombly. Tenía razón sobre la vida. Lo descubrí tarde. Paul». Este pintor nada tenía que ver con lo que se esperaba de un artista y su obra en aquel tiempo y por supuesto, cuando alguien nada contra corriente no lo tiene fácil. Y tras terminar la novela dejo la lectura unos días que se aposente, que las ideas se recoloquen y tome forma en mi cabeza, que seguro nada o poco tiene que ver con lo que mis compañeros de lectura encuentren en ella o la propia autora quiso decir. Porque, sin ninguna duda, una de las cosas más fascinantes que tiene la literatura, es que cuando la obra abandona las manos del escritor son propiedad del lector. Silvana es un ser egoísta, manipulador, aunque nos intenta ofrecer otra apariencia dentro de la obra, se le da un gran peso, de guía, de consejeroa en la vida de Cata, que me despierta ternura es una mujer que no superó un duelo y busca afecto. Y en ese comienzo de novela, y valorando el final de la misma, puede señalar que Cata Arce no es una mujer convencional. Y como es una novela escrita con frases reflexivas de estas que se marcan, vamos con la primera, «yo habría hecho cualquier cosa por seguir pegado a ella», cuánta carencia de afecto ahí en estas líneas. Y leyendo esta frase suelta nos parece carente de sentido profundo, pero si os dijera que Silvana es su suegra y se convirtió en su referencia vital, que Cata con sus veintitrés años tenía un fuerte sentido de orfandad y soportaba un duelo no resuelto —yo lo tuvo con cuarenta y cinco, no es una crítica negativa solo un matiz de su perfil—, pero también baja autoestima e inmadurez, y habría hecho cualquier cosa para estar junto a ella, día y noche, como por ejemplo, casarse con su hijo Ciro de cuarenta y cinco años, que lo describe como un ser pusilánime, con una vida licenciosa y una bisexualidad clara. «Ella me acogió como una hija y lo puso fácil para que Ciro no tuviera que hacer mucho». Y en medio de toda esta historia que relata Cata y Paul en cartas, notas y cuadros, descubrimos cómo fue la infancia de Miranda, y de su propia voz, como es su presente. «Nos queremos extrañándonos». Ese es un amor idealizado, se ama a la persona ausente porque pules los defectos y suavizas los sinsabores de los malos momentos, dejando en la memoria una idea retocada y modificada cada vez que se recuerdan los encuentros. Desolador. «No quería vivir como todas las personas que se supone debería tener como referencia». Renunciar a las raíces no es sencillo, pierdes la perspectiva de quiénes somos y por qué somos de esta manera y no de otra. No sentirse cómodo con el reflejo que han proyectado sobre ti tus progenitores desestabiliza. Y ese es el problema de Miranda, «Todos necesitamos que nos quieran, pero no a cualquier precio». Y si Miranda se lio con una figura narcisista como Gadea, un ser mediocre y egoísta, fue por su ausencia de afecto. En pos de un afecto idílico o seguro. Sobre este tema Cata dice de su propia hija, «llegaba triste porque su compañera de pupitre no quería ser su amiga. Así creció. Continuamente en pos de lo que no podía ser». Los niños son seres puros, con los instintos básicos a flor de piel, y el ser humano por excelencia es un ser sociable, los niños necesitan ser amigos de los que forman su círculo más cercano, como la compañera de pupitre. Venimos al mundo programados para relacionarnos y responder al entorno. La amistad es uno de los aspectos más importantes de la infancia. Así que Cata, amiga mía, no fue negativa su respuesta, fue natural. No he comulgado con Cata en todas sus decisiones, pero qué fácil es juzgar, Miranda, la veo perdida dentro de sí misma. También Cata veía perdida a Miranda, por eso planea un testamento que enfrentará a su hija con la vida. «Miranda no ha vivido nada parecido. Tiene que hacerlo. Primero en nuestra historia y luego en la suya». Y en esta frase volvería a reflexionar sobre la historia de amor de Cata y Paul con varias frases de la página 83, «Yo necesitaba verle como un actor en una película romántica en blanco y negro». No le gustaba la realidad que suponía vivir ese amor sin la idealización, un divorcio, cuatro hijos y todos los problemas que esto conlleva. Y es una novela con muchas lecturas, con una valoración final de una vida, decisiones y relaciones que no llevaron a ningún lado, como el matrimonio con Martín. Una lectura intensa sobre la vida de tres mujeres y los hombres que la acompañaron. + Leer más |
Acogemos en nuestro auditorio un encuentro con la escritora Cruz Sánchez de Lara y varias destacadas especialistas de distintos sectores del panorama nacional, con motivo de la publicación de la nueva novela de Sanchez de Lara “Maldito hamor” (ed. Espasa).
La autora realiza un retrato lleno de emoción, profundidad psicológica y sensibilidad sobre una relación amorosa que, poco a poco, deriva hacia una relación tóxica, marcada por una montaña rusa de emociones encontradas.
00:00 Introducción a cargo de la editora de la novela "Maldito hamor".
02:04 Presentación de Charo Izquierdo, moderadora de la mesa redonda.
05:04 Intervención de Cruz Sánchez de Lara, escritora de la novela.
09:33 Intervención de Margarita Robles, Ministra de Defensa.
18:27 Intervención de Marta Rivera de la Cruz, escritora y Consejera de Cultura de la CAM.
21:33 Intervención de María Tardón, magistrada de la Audiencia Nacional.
27:10 Conversación entre las participantes.
#MalditoHamor
Más información en: https://espacio.fundaciontelefonica.com/evento/maldito-hamor/
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