Los rumores. Son como un resfriado,hijo. Empiezan por una tos de nada y pueden terminar en una pulmonía. |
Los rumores. Son como un resfriado,hijo. Empiezan por una tos de nada y pueden terminar en una pulmonía. |
En aquel afán, la mayor imbecilidad que recuerdo fue meterme a los boys scouts, que básicamente consistía en que los padres pagaban para que se llevasen a los hijos a la naturaleza, cuando en el pueblo, todo el campo era gratis.
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Y yo sentí lo de otras veces : que entrar a un pueblo en medio de la oscuridad era como estrecharle la mano a una persona sin poder verle la cara. Una mala manera de empezar las cosas.
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Que digo yo que lo suyo es como el que se ha acostumbrado a tener jamón en casa y ya ni lo prueba. Fíjese usted lo que le digo: un jamón de esos buenos, mismamente. Puesto en su jamonero en la cocina. Uno que al principio pruebas a diario, pero que luego ni aprecias. Hasta que se te seca. El jamón y todo. Asín somos. ¿Es asín o es así? |
Deje que lo revuelva todo, que solo el que lo revuelve todo saca algo en claro.
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Las madres aciertan más que se equivocan, ¿No cree usted?. Pero de eso te das cuenta cuando lo eres tú, a ver. O cuando ya no las tienes.
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No da miedo el silencio con el que vive una sorda, señorita. Da miedo el silencio con el que vive la que puede oír a las mil maravillas, pero no tiene ruidos cerca. O no los quiere. O huye de ellos como el demonio. Porque se cree que toda la vida los ha de tener ahí. Y no.
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Hija, cuando en un pueblo se mueve el aire,el tufo a purina siempre viene de las mismas casas. El olor a mierda de cerdo, vaya. Y acertaba.
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No me asusta que algo esté roto aquí dentro. Lo que me asusta es que esté escacharrado lo de fuera. Saber que, aunque oyera, aunque Dios me devolviera los oídos, no tengo nada que llevarme a las orejas.
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Ahora pienso que no te haces mayor de verdad ni sabes lo que es el mundo hasta que no escuchas insultarse a tus padres.
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