Hôzuki, la librería de Mitsuko

No quería que viviese con tantas cargas.No era una mentira, pero tampoco la verdad.

La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

" No hay que revelar nada a nadie. Las palabras que salen de la boca dejan de ser secretas"

De pronto, Tarô levanta la cabeza y se lanza corriendo a la acera. Extiende sus manitas para atrapar los copos, con la boca abierta hacia el cielo. Sonrío. Cuando se vuelve hacia el escaparate, nuestras miradas se encuentran.
Me llama en lengua de signos: —¡Mamá, la primera nevada!
Le respondo articulando cada sílaba: —Sí, es el ha-tsu-yu-ki.

—Tú naciste para salvarme la vida.
—Ya me lo has dicho, pero tú me tuviste porque yo quería ser tu hijo.
—Entonces nos necesitamos el uno al otro.

—¿Por qué complicarse tanto?
—Entonces, dime qué piensas tú.
—La diferencia es simple. La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar.

Yo ignoraba de qué hablaba una pareja en el día a día, pero, en nuestro caso, las conversaciones se limitaban a cosas abstractas y metafísicas. Debatíamos durante horas, a menudo hasta la madrugada. Era feliz.

“Hôzuki, hôzuki, el amor enjaulado.

Naranja como el lirio atigrado,

reluciente como el sol.

¡Qué alegría! Tú eres mi resplandor”.

—Mitsuko, ¿sabes cuál es el fin de las religiones?
Liberar del dolor de la vida y la muerte. El budismo no es una excepción. En lo que se diferencia de otras religiones es en que los budistas tratan de alcanzar el despertar por sí mismos, mientras que los monoteístas cuentan con su dios para llegar al paraíso.
—Entonces, ¿cuál es el fin de la filosofía?
—Preguntarse cómo vivir hasta la muerte, por qué hemos nacido en este mundo, sobre todo comprender qué significa el mundo.