Entre tonos de gris

Habíamos estado intentando tocar el cielo desde el fondo del mar.

No tengas miedo. No les des nada, ni siquiera tu miedo.

La esperanza, como el oxígeno, era lo que la impulsaba a continuar.

Lo está intentando contigo, y tú lo rechazas cada vez. Los hombres no son siempre muy hábiles, ¿sabes?

El sentido del humor es algo que no nos pueden quitar.

Un poco de comida extra no compensa la mala conciencia.

Cada vez que estaba a punto de caer en el abismo de la desesperación, ocurría algo mínimamente bueno que me salvaba de la caída.

¿Cómo podíamos defendernos si todo el mundo estaba muerto de miedo y se negaba a hablar?

Hay que hacer lo correcto sin esperar gratitud ni recompensa alguna.

Planté una semilla de odio en mi corazón. Me juré que crecería hasta convertirse en un árbol inmenso cuyas raíces los estrangularían a todos algún día.