Monstruos, monstruos, pequeños y grandes. Pronto vendrán y a todos comerán
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Monstruos, monstruos, pequeños y grandes. Pronto vendrán y a todos comerán
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—No eres humano —repuso Kate. Pero sus palabras no tenían maldad. Empezó a subir al automóvil, pero August extendió una mano y le tomó los dedos sobre la puerta. Kate no los apartó. Él, tampoco. Fue apenas un momento, pero tuvo importancia. August se dio cuenta, aún en medio de la confusión. |
Quería consolarla. Y no podía. Había una brecha donde antes había otra cosa, una parte de él a la que no podía llegar. August quería creer que era por el cansancio, la pérdida, la confusión. Quería creer que era algo pasajero. |
La miró como si no se conocieran. Como si no hubieran escapado juntos, no hubieran peleado juntos, no hubieran estado a punto de morir juntos.
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—No quiero ser un monstruo. —No lo eres —repuso. Las palabras fueron automáticas, pero al pronunciarlas, Kate se dio cuenta de que las creía. |
Kate se arrodilló y enlazó los dedos con los de él. La mano de August se tensó bajo la de ella, pero su piel se había enfriado lo suficiente como para poder tocarla, y no retiró la mano.
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Allá era fácil olvidar que el mundo estaba roto.
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Y entonces, por fin, la vio, de pie bajo un toldo que estaba más allá. Sintió un inmenso alivio, tan fuerte que lo tomó desprevenido. —Creí que te habías ido. |
La mente de Kate se hundió. Trató de subir a la superficie pero siempre estaba fuera de su alcance. Era como el umbral entre el sueño y la vigilia, donde uno no puede sostener los pensamientos. No puede aferrarse a nada. Pero a él sí se aferró. |
...pero solo veía a Freddie allí sentado, acobardado como si el monstruo fuera ella. Las imágenes no concordaban. |
Novela de ciencia ficción, escrita por Richard Matheson, en 1975 se titula: "En algún lugar del _________"