La vida invisible de Addie Larue

Y así, decide Henry, es cómo deberían ser las despedidas.
No un punto final, sino unos puntos suspensivos, una frase inacabada, hasta que alguien aparezca para terminarla.
Es una puerta abierta.
Es como irse a dormir.

Cuando le cuentas a alguien que te estás muriendo, ya no hay marcha atrás. La noticia devora la normalidad del día a día, y deja en su lugar una sensación corrupta y perversa.

—Lo exasperante del tiempo es que nunca es suficiente —dice él—. Las vidas terminan siempre antes de lo que nos gustaría, ya sea una década demasiado pronto, o tan solo un instante.

(...) nunca ha sido de las que mienten (no le gusta «fomentar las falacias en un mundo plagado de palabras vacías»)

Acabará con él. Hará añicos la idea que tiene de ellos dos.
Le romperá el corazón y él volverá a odiarla de nuevo.
Lo volverá loco y lo apartará de ella.
Y entonces, él la abandonará.
Y ella será libre por fin.

Y la noche se torna pesada, pues primero se hace tarde y luego temprano.

Cuando todavía salían juntos, cuando las frases se pronunciaban en plural, en vez de en singular.

Recuerdo contemplar ese retrato y darme cuenta de que las fotografías no son reales. Carecen de contexto, tan solo dan la impresión de estar mostrando una instantánea de la vida, pero la vida no es una sucesión de instantáneas, sino que es fluida. Así que las fotos son fantasías. Eso es lo que me encantaba de ellas. Todo el mundo cree que la fotografía refleja la verdad, pero no es más que una mentira muy convincente.

“You see only flaws and faults, weaknesses to be exploited. But humans are messy, Luc. That is the wonder of them. They live and love and make mistakes, and they feel so much. And maybe—maybe I am no longer one of them.”

“You think it will get easier,” he says. “It will not. You are as good as gone, and every year you live will feel a lifetime, and in every lifetime, you will be forgotten. Your pain is meaningless. Your life is meaningless. The years will be like weights around your ankles. They will crush you, bit by bit, and when you cannot stand it, you will beg me to put you from your misery.”