Empieza con un prólogo de Víctor Esquirol donde ya leyéndolo descubrí algunas cosas que no sabía del director, como por ejemplo, que conoció a su mujer en un rodaje. Akira Kurosawa sometió a las actrices a las mismas condiciones de vida que las protagonistas de su historia y ellas decidieron envían a una como representante: Yoko Yaguchi, acabaron casándose, teniendo dos hijos y rodando una treintena de películas juntos. Empieza la novela gráfica con lo que parece ser el final del director, la caída que le dejó postrado en una silla de ruedas a los 85 años y que le obligó a dejar de dirigir. A las pocas páginas ya nos situamos en 1923, cuando el Kurosawa contaba con 13 años. Conoceremos a Heigo, su hermano, quien se le aparece y vemos como de joven, le obligó a ver los horrores de un gran terremoto, una mirada directa a lo que pasó, a la realidad. Visión que luego el director plasmará en su obra pero nunca dejando que el miedo afectara a su juicio, pues en sus películas se ensalzaba el valor de la vida y del honor. A través de las pocas páginas de esta novela gráfica, hacemos un recorrido por las películas del director y del contexto en el que estas se dirigen y estrenan. También de la acogida del público, como sus películas eran consideradas demasiado occidentales para sus compatriotas, pero muy orientales para el público internacional. Una vez terminada la novela gráfica, al final encontramos el cuaderno de bocetos, ahí el autor nos cuenta que la idea de este libro partió de un proyecto que tenía para sus redes sociales: ilustrar toda la filmografía del director y a raíz de ello, acabo convirtiéndose en esta biografía. Esta obra supone una interesante introducción a los películas del director nipón, también a su época y a su vida, aunque muy por encima. S El autor también aparece en el libro, en una especie de cameo, nos hace algunas anotaciones relacionadas generalmente con la vida del director, su personalidad y su propia experiencia con ella. Quizá lo que me ha faltado son más páginas, hay mucha información en poco espacio, por ejemplo, de su mujer solo se habla al inicio y ya no aparece más, o de su relación con sus actores fetiche, se hace una referencia breve a ello y me hubiera gustado que el autor añadiera algunas páginas más y entrara en estos temas, quizá más personales. Kurosawa: El samurái caído es una lectura entretenida, rápida pues hay poco texto que leer, aunque sí mucho detalle visual. + Leer más |
No todos los días es posible divagar con un autor español que haya publicado directamente para los mercados español, europeo, japonés y estadounidense, donde ha trabajado para editoriales como DC, Marvel, Dark Horse, Image… Tampoco es habitual poder reflexionar con un autor español que haya visto como uno de sus cómics se adapta al cine. En el caso de Víctor Santos, confluyen ambas características.
Por sus venas corre tinta y en sus más de veinte años de currículum se encuentran obras referentes como Los Reyes Elfos, Filthy Rich, Bad Girls o Polar, adaptada al cine por Netflix con Mads Mikkelsen como protagonista. Aunque poco a poco vayan quedando lejos aquellos años donde fue ganador del premio a autor revelación en el Salón del Cómic de Barcelona o nominado a los Premios Eisner, el presente y el futuro de este autor le plantean nuevos retos y fronteras que derribar a golpe de talento, imaginación y una omnipresencia envidiable.