Hay una gran diferencia entre trabajar para un jefe déspota y malhumorado y hacerlo para otro, que además de esos adjetivos, en ocasiones puede ser un verdadero encanto. Al primero te limitas a odiarlo. Con el segundo, ¿qué haces?
|
Hay una gran diferencia entre trabajar para un jefe déspota y malhumorado y hacerlo para otro, que además de esos adjetivos, en ocasiones puede ser un verdadero encanto. Al primero te limitas a odiarlo. Con el segundo, ¿qué haces?
|
Me llamo Ana, tengo veinticinco años y soy una pringada. Esta es mi historia.
|
El amargado de mi jefe y la engreída y maleducada arpía. En latín: el Siesus y la Petardis.
|
A veces, que nos den la razón es lo peor que puede suceder.
|
Puede que mi vida estuviera a la deriva, pero al escribir en mi portátil era el capitán de mi propio barco. Y el barco surcaba los mares a toda vela.
|
¿cónoces el libro de ya nada puede ir peor? Si algo puede salir mal, saldrá mal. Si hay un mojón en la calle, ya lo piso yo. Si un crío pega una patada a la pelota, irá directa a mi cabeza. Si llevo paraguas, hoy no llueve. Ok, creo que lo has pillado.
|
- No juegues conmigo -le advertí. - No me dejarías. |
Detened... el mundo... ¡Mi jefe de ha vuelto loco!
|
- ¿Siempre tiene que decir lo que piensa? - Qué va, trato de evitarlo, pero no puedo contenerme |
─Me estoy jugando la vida ─insistió dramáticamente─. Este coche es un horno, ¿Puedes poner el aire acondicionado? Lo hice. Al cabo de unos segundos, un olor ácido comenzó a inundar el coche. Se tapó la nariz, espantado. ─¡Me asfixio, aire! ¿Qué es esto? Puse los ojos en blanco. ─Los filtros, que están sucios. El olor se va en unos minutos. |
Gregorio Samsa es un ...