El Pozo de la Ascensión

... había crecido en la calle siendo ladrona y timador a. Las corazonadas le resultaban más naturales que la lógica.

Las enormes fortalezas se convertían en montañas oscuras y las abarrotadas viviendas se fundían como la mercancía rechazada de un buhonero

Escribo estas palabras en acero, pues todo lo que no esté grabado en metal es indigno de confianza

Las ideas más brillantes del mundo no podran salvar tu reino si nadie las escucha

Cuando no puedes tener a la vez libertad y seguridad, ¿qué eliges?

Una parte de ella ni siquiera se sentía molesta por la cantidad de gente que había matado. Era esta misma indiferencia lo que aterrorizaba a Vin.

Lo que hacía Zane no tenía sentido. No tenía que tenerlo. Ésa era, tal vez, una de las ventajas de estar loco.

—Eso es una tontería —dijo Vin, volviéndose de nuevo hacia la ventana.
—Lo sé —contestó OreSeur—. Pero la gente suele creer en tonterías, si le dan suficientes pruebas.

—¿Cómo te has hecho tan popular?
—Maté a su dios.

Los skaa no hablaban de cosas como los espíritus de los muertos. Eso apestaba demasiado a religión, y la religión era para los nobles. Creer era la muerte para los skaa.