La nostalgia de la mujer anfibio

Menuda maravilla hecha novela. Es la primera vez que leo a Cristina Sánchez-Andrade, pero estoy segura de que no va a ser la última. La narrativa de esta autora me ha cautivado de una manera increíble.

Partiendo de un incidente real, el naufragio del Santa Isabel en la ría de Arousa, la autora nos habla de un poblado gallego en el que sus habitantes no consiguen recordar lo ocurrido. Tan solo tienen algunos recuerdos borrosos de lo que pasó ese 2 de enero de 1921.

Lucha sí que tiene un recuerdo que atesora desde que tenía dieciséis años: un náufrago inglés con el que perdió la virginidad. Pero ese recuerdo, como el del resto de sus vecinos, está tan borroso que hay días que no cree que fuera real. Hasta que muchos años después, recibe una carta de aquel náufrago del que no conocía ni su nombre. Este personaje, el de Lucha, me ha fascinado por completo. Una mujer que tiene sus secretos, que con ellos consigue sentirse viva en un matrimonio concertado, que sale adelante con una hija que no encaja en el pueblo, y más tarde con una nieta llena de preguntas. Uno de los mejores personajes femeninos que he encontrado últimamente.

Aunque en esta novela hay personajes masculinos, las mujeres del pueblo son las auténticas protagonistas de esta historia. También tenemos a Cristal, la nieta de Lucha, una joven que no conoce su pasado e intenta indagar sobre él y sobre su madre, de la cual apenas tiene recuerdos. Una niña que se cría con sus abuelos en plena transición del Franquismo a la democracia española.

Este momento histórico también tiene su importancia en este libro, ya que todo el pueblo español vota de nuevo. Un cambio para todos, y sobre todo, para las mujeres. Una época muy importante para la liberación femenina en España.

La isla de Sálvora y el pueblo de Oguiño son el escenario de esta novela. Sus playas, calles y casas tienen acento gallego. Se puede oler y sentir el salitre en la piel gracias a unas descripciones vívidas y a veces algo extrañas.

Recomendado totalmente. Creo que todo el mundo debería de tener esta experiencia lectora, merece muchísimo la pena.

La madrugada del día 2 de enero de 1921, frente a la costa de la isla gallega de Sálvora se hundió el buque Santa Isabel, que se dirigía a Buenos Aires con más de 260 personas a bordo. Esa noche apenas había más de 25 personas en la isla, puesto que la mayoría estaban en poblaciones cercanas celebrando el año nuevo. Así, fueron pocos quienes pudieron acudir rápidamente al rescate. Sin embargo, destaca la historia de tres mujeres que no dudaron en subirse a sus dornas y que salvaron a casi 50 personas.
 
A partir de este hecho real, la siempre genial Cristina Sánchez-Andrade crea toda una ficción centrada en Lucha Amorodio (ojito, el nombre), quien fue confundida con una de esas heroínas, cuando ella solo acudió a la costa persiguiendo su velo… porque se casaba esa misma mañana. Sin embargo, lo que encontró en la playa fue a un náufrago inglés, un encuentro fugaz pero intenso que cambiará su vida y que no olvidará en todos los años venideros. Décadas más tarde, Manuel, apunta a su esposa Lucha con una escopeta, dispuesto a soltar al fin el rencor acumulado durante años. Dispara y ahí comienza todo.
 
‘La nostalgia de la mujer anfibio' presenta, teniendo a Lucha como hilo conductor, el devenir de la vida en ese rincón de Galicia en años fundamentales en la historia de España como los de la guerra civil, la dictadura o la transición y la llegada de la democracia. Todo ello, desde un punto de vista costumbrista, básicamente “señoras gallegas haciendo sus cosas” (como diría @mikeyfdez) y eso me parece insuperable.
 
Una novela original, divertidísima y llena de emociones. Con una relación preciosa (e inusual) entre Lucha y su nieta Cristal, quien acepta con la normalidad de quien no conoce otra cosa las rarezas de sus abuelos, que su abuela jamás se haya cortado el pelo, y todos a su alrededor parecen guardar secretos.
 
Una serie de personajes secundarios sustentan, junto con esas protagonistas, la novela. Destacando el grupo de mujeres que, se niegan a tener lavadora en casa, para poder seguir yendo al lavadero a charlar y ponerse al día de todas las novedades, sucesos, muertes y nacimientos de ese pequeño pueblo pesquero al que se acabaron mudando los habitantes de Sálvora.
 
Un lugar, por cierto, donde todos se conocen y cada cual cumple su función. Una realidad donde hombres y mujeres conviven, pero donde realmente parece que se muevan en esferas diferentes donde el otro no tiene cabida.
 
La narración tiene pequeñas pinceladas de surrealismo o realismo mágico, y también algo de simbolismo, dejando hueco para tradiciones y supersticiones, para el humor en medio del drama que subyace a toda la trama.
 
Lucha Amorodio, con tu larga melena, tus secretos, tu fuerza y tu infinita nostalgia, nunca te olvidaré. Gracias por esta historia, por esta protagonista. Si aún no habéis leído a Cristina Sánchez-Andrade, corred, porque escribe como nadie.

Para mí, la frase del inicio de Ana María Matute, es la que marca el ritmo y dirección de esta novela:
“No podríamos vivir, a buen seguro, sin
esos instantes de necesaria melancolía, sin la nostalgia. Porque un hombre o una mujer sin recuerdos deben parecerse mucho a un tronco hueco, recorrido por las hormigas y la lluvia”.

Se trata del derecho a saber, a conocer, a crear recuerdos y conservarlos. Todo esto contado a través de generaciones. El derecho a la memoria.

Cristina nos brinda una novela con aura propia. Es algo que ya encontré en Las Inviernas y me encantó su estilo tan característico. Ha creado personajes muy fuertes y especiales, en su mayoría mujeres, porque aquí las que narran son ellas. Vas a leer este libro a través de Lucha, Cristal, Jesusa… y mención especial a la meiga Soliña que es ella la que provoca el cauce que toman los acontecimientos de todo un pueblo de tradición marinera.

Todo un pueblo cae en un sueño que vuelve los recuerdos velados, recuerdos de un naufragio en su costa querida y que es el punto de partida de toda esta historia. Pero Lucha no olvida, Lucha es nostalgia y melancolía, es nuestra mujer anfibio. Curtida por el salitre, por las redes que cose, por esa cesta que carga vendiendo lo que sus propias manos sacan del mar, con su larga melena que le llega al suelo y que tan habitada está. Porque aquí te encontrarás pinceladas de realismo mágico creando una novela muy especial.

Es una novela muy rica y amplia en cuánto a referencias y aspectos a tratar: nos habla de salirse del molde, de la no normatividad. de maternidades. Habla del deseo, que muchos años después puede seguir perenne y también el amor que cuándo no es correspondido, duele. Hay aspectos políticos que son tratados desde un humor muy especial. También hay espacio para el feminismo. No he podido no acordarme aquí de Silvia Federici y su ensayo sobre mujeres y caza de brujas. Porque aquí las mujeres tenían un punto de encuentro dónde se convertían en narradoras: los lavaderos.

Federici decía así: “a las mujeres se las ha considerado históricamente como las tejedoras de la memoria: quiénes mantienen vivas las voces del pasado y las historias de la comunidad, quiénes las transmiten a las generaciones futuras y, al hacerlo, crean una identidad colectiva y un profundo sentimiento de cohesión. Legan el conocimiento y la sabiduría adquirida, ya sea sobre los remedios medicinales, los problemas del corazón o la comprensión del comportamiento humano empezado por los hombres”

Y creo que no podía ser más acertado en referencia a lo que a mí me transmitía esta novela.

No sé si he sabido expresar bien todo lo que esté libro me ha gustado y las ganas que tengo de que lo leíais también vosotras.

Un naufragio commociona la tranquila vida de un pequeño pueblo y la transforma para siempre, también a Lucha, una niña a punto de casarse que esa misma noche vive una experiencia que la marcará para siempre. A partir de este hecho la autora nos transporta a una pequeña aldea costera gallega y acompañaremos a 3 generaciones de mujeres muy diferentes atravesadas por el pasado, la tradición y las convenciones sociales.

El pasado, la memoria, la culpa y el olvido son los protagonistas de esta historia que tan bien retrata a esa Galicia entre la tierra y el mar. Una narración envolvente, llena de costumbrismo, y que nos habla de cómo los recuerdos conviven con nosotros y nos marcan, nos ayudan o nos condicionan y forman parte de nuestra vida.

Me habían hablado muy bien de Cristina Sánchez-Andrade y la verdad es que ha sido todo un descubrimiento, voy a leer más de ella sin duda. Me ha gustado mucho.

Acabo de leer "La nostalgia de la mujer anfibio" (Anagrama, 2022), de Cristina Sánchez Andrade.

Esta novela, -mi primera aproximación a la autora- es una novela extraña. Una novela que estuve a punto de abandonar después de unas cuantas páginas, hasta que, poco a poco, Andrade me fue envolviendo en su mundo rural/mágico/femenino y llegué a un acuerdo con Lucha Amorodio (¡eso es saber poner un nombre a tu protagonista!), y la entendí y la amé sin fisuras.
Se nos cuenta un hecho real, el naufragio del Santa Isabel en la ría de Arousa en 1921, y cómo las mujeres que vivían cerca se echaron a la mar a rescatar a los náufragos. Entre esas mujeres estaba Lucha, que en realidad no estuvo, porque el viento se llevó su velo de novia y ella se perdió con él y con un náufrago inglés del que siempre va a sentir nostalgia a partir de entonces. Porque ella se casaba ese día, pero no con el extranjero, sino en un matrimonio concertado con Manuel.
¿Cómo no va a sentir nostalgia esta Mujer Anfibio, criada entre algas y sal, mariscos y redes, que no se ha cortado el pelo jamás, que tuvo una hija y una nieta dignas sucesoras suyas?
¿Cómo no nos vamos a sentir identificadas con la nostalgia de Lucha, que es la nostalgia de todas las mujeres? Nostalgia de lo que pudo ser y no fue, nostalgia de las parcelas de libertad que hay que arrancar a mordiscos, nostalgia de la vida fingida que nos toca vivir, nostalgia de tantas cosas...
He leído por ahí que "ya estamos con otro libro feminista". Ese tono peyorativo me ha molestado mucho. No solo por lo que supone de desprecio al movimiento que tanto ha hecho y hace por los derechos de todas nosotras, sino porque reduce esta buenísima novela a poco menos que un panfleto de tres al cuarto.
¡Y eso sí que no, señores! Esto es una obra literaria de peso, donde se ha encontrado el tono justo entre fantasía, vida rural, realismo y realismo mágico, esto último es lo que me echó para atrás en las primeras páginas porque nunca me ha entusiasmado. Pero... ¡aquí es tan sutil, tan bien traído, tan necesario que sin él esta obra no habría conseguido, en mi opinión, la altura que tiene!

Se me olvidaba comentarles que, además de todo lo anterior, tiene el plus de ser una obra divertidísima; el sentido del humor de la Andrade es de nota, de verdad.